Una de las cosas cotidianas que más pena me dan es que se me rompa una taza. Un plato o un vaso me importan menos, me da rabia, porque siempre da rabia, pero lo supero antes. Una taza rota, en cambio, me deja un humor raro.
También hay tazas y tazas, y si la taza en cuestión es reemplazable la cosa es más llevadera. Si la taza es una de mis preferidas o probablemente mi preferida a secas y prácticamente irreemplazable, entonces lo llevo mal.
Ayer tomé mi té de la tarde en la taza Muji a la que tantas fotos he hecho y de la que tantas fotos he puesto en el blog. Me gusta porque es toda de cristal y se ve el color del té perfectamente, me gusta porque es ideal para las fotos, me gusta porque la base es redondeada y le da aspecto de ser una gran gota de té que nunca termina de derramarse. Me gusta porque es ancha y tiene capacidad para medio litro que, sin llenarlo nunca, me da espacio para elegir la cantidad que quiero sin tener que regirme por lo que cabe. Me gusta porque así la marca de 0,5 l en el hervidor de agua me resulta muy práctica y ya tengo cogido el nivel que quiero.
Cuando fue la hora de cenar, como siempre, llevé la taza, junto con el floatea usado, a la cocina para fregarlos con las cosas de la cena. No lo llevo antes porque si Manuel lo ve por allí no se puede contener y lo friega, no aguanta ver cosas sin fregar y siente la necesidad de fregarlo todo al instante. Yo no soy de dejar los platos apilados y sucios días y días, pero un par de horas sí que aguanto. Y en mi filosofía del fregado no me gusta fregar una taza, una cuchara y un filtro de té solos (aunque lo haga otro) cuando puedo juntarlos con los platos, etc. de la cena y fregarlo todo de una "sentada".
Cuando tomé el té, la taza estaba intacta. Cuando la llevé a la cocina diría que también. Cuando la puse agrupada con el resto de cosas que había que fregar diría que seguía intacta. Pero cuando la estaba aclarando después de haberla fregado me encontré una enorme raja en la base, sin ser consciente de haberle dado ningún golpe (sé por la taza de Muji número 1 que se rajó con un pequeño golpe que es una taza muy, muy delicada). Así que en vez de secarla y guardarla en el armario como todos los días, la tuve que tirar con muchísima pena. Y luego imaginármela en el contenedor con más pena aun.
He aquí un par de las últimas fotos que le hice hace unos días (ya dije que hago muchas más fotos de las que luego pongo en el blog; estas no las habría puesto de no haber sido por la tragedia de anoche).
Y habrá quien se pregunte por qué no voy a Muji y compro otra. Pues porque es mi taza preferida y, como tal, desapareció de la faz de la tierra cuando yo le eché el ojo. Cuando la taza de Muji número 1 se me rompió y fui a una tienda de Muji a por otra me dijeron que ya no se fabricaba, preguntaron en otra de sus tiendas y me dijeron que allí les quedaban dos. Allá que fui, me llevé las dos. La que se rompió anoche era una de ellas, la otra aún está empaquetada en un cajón y miedo me da sacarla y usarla porque la taza de Muji número 3 es la última de su especie. Lo que quiere decir que cuando se rompa será como el final de una tragedia griega o algo así.
Cuando eso suceda - o antes, si decido ir a por reservas - me tocará pasarme a la taza de Muji de 470 ml, más pequeña, más alargada y, creo yo, a pesar de ser de cristal igual, menos mona.
A lo mejor ya lo sabes y no te aporto nada... si una taza de cristal se rompe así y no le has dado ningún golpe, puede ser por el cambio de temperatura. Si echas agua hirviendo y luego la metes en el frigorífico, o sin más, cuando aún está muy caliente, echas agua fría del grifo por encima, se resquebrajan. Yo ya me he cargado unos cuantos vasos así, hasta que me di cuenta...
ResponderEliminarMuy chulo tu blog!
Sonsoles
Gracias :)
ResponderEliminarSí, sí que lo sabía y además fue lo primero que pensé, puesto que no era consciente de haberle dado un golpe, pero tampoco soy consciente de que hubiera ningún cambio de temperatura. Friego con agua caliente, sí, pero más caliente está la que echo para hacer el té y no le pasa nada.
Es una taza delicada, así que puede ser que tenga un tiempo de vida limitado por cambios de temperatura "constantes", uso, etc. No sé. Pero gracias otra vez.
Hola Cristina!
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog, saltando de blog en blog y me ha encantado!
Tengo que darte la razón en que la nueva taza no es tan bonita como la tuya, pero por lo menos tienes un montón de recuerdos de ella!! ;)
Por cierto no sé si serás de Madrid y vives en Barcelona o al reves, como he visto que ibas a Madrid...yo soy de Madrid y en breve me voy Barcelona a vivir por trabajo...
Saludos!!
Lo que da de sí una raja en una taza. Me encanta como explicas las cosas!!!
ResponderEliminarY a mi sí me gusta la nueva taza!!
Ay, qué lástima.
ResponderEliminarLas pequeñas cosas son las que compensan y descompensan la balanza... A mí también me daría no sé qué utilizar la taza número 3... :D Ya contarás.
Como te entiendo, porque he tenido 2 tazas MUJI, me encantaban por lo que tu has contado ,transparencia ,ves como la infusión crea hilillos en el agua... pues se me rompian y me daba un coraje, no aguantan mucho el trasiego de la vida, cuando me harte, me compre un mug de Bodum, monisíno el, transparente y que aguanta mucho mejor los avatares del fregoteo diario, lo mimo, lo lavo con suavidad con la parte de la esponja para que se hagan rayas... dile a la taza que la vida sigue y hay muchas más que tienes que conocer, que fragil es la belleza aggjj(suspiro).
ResponderEliminarAngeles
Yo le cojo muchísimo apego a las cosas que uso con frecuencia, sobre todo a las de la cocina también. Se me han roto bandejas o tazas que tardo días en tirar porque me cuesta separarme de ellas... Ays, en fin, la nueva tampoco está mal, pero piensa que aún queda tu Muji número 3 sin romper!!
ResponderEliminarsaluditos (RIP Taza Muji nº2)
vaya, siento leer esto... yo también tiendo a coger apego a algunos objetos y pensar en perderlos me llena de ansiedad, la verdad.
ResponderEliminarEs curioso lo de cogerle cariño a las cosas...yo tengo alguna taza y algún plato que no uso por miedo a que se rompan, sólo los contemplo de vez en cuando y pienso en lo bonito que sería tomarse un buen té en ellas...¿tendrá esto un nombre clínico? Tazafilia?
ResponderEliminarPor otro lado, la mancha de mora con otra verde se quita...siéntete libre de comprar nuevas tazas preferidas sin remordimiento por acumulación. (¿Síndrome de la taza de Diógenes?)
Isina: bienvenida al blog, y gracias por el comentario. Yo soy de Madrid y en verano hará tres años que vivo en Barcelona. ¿Tú cuándo te trasladas? Te gustará, ya verás.
ResponderEliminarMar: jajaja... yo misma cuando estaba escribiendo esta entrada pensaba que se me estaba yendo un poco de las amanos para contar que se me había roto una taza que me gustaba mucho. Pero ya no tenía forma de pararme los pies ;)
Iris: a mí también me da no sé qué y a taza sigue envuelta en el cajón (¿no sería una terrible ironía descubrir que está rota al abrirla? argh, me he asustado a mí misma). Vale que ayer apenas estuve en casa y hoy tampoco estaré mucho, pero tiempo para sacarla he tenido...
Ángeles: ay, sí, cómo me gusta ver lo de los hilillos. Yo he tenido dos tazas de Bodum, unas que tienen el asa y un poco alrededor del cristal metálico. Una se rompió (en fin...) y la otra la tiene Manuel apropiada para el desayuno. ¿La que tú tienes ahora es una que es toda de cristal como la de Muji? ¿Qué capacidad tiene, lo sabes?
Lillu: yo lo tengo que tirar en el momento o no lo tiraría nunca...
Gatesca Pantomima: la verdad es que me consuela ver que no estoy sola.
Maelstrom: ¡yo también tengo tazas de esas! Todas las he usado en algún momento pero al final el miedo a que se rompieran me ha hecho apartarlas de la circulación. Es terrible eso de tener una taza y no beber en ella, pero yo creo que el té me sentaría mal de la tensión acumulada por miedo a que se rompa ;) Así que yo también soy tazafílica.
Lo malo es eso, que encontrar tazas de "diario" (dirio por decir algo, las otras no son ni para los días más especiales del mundo) y asumir que se pueden romper no es fácil. Tienen que ser reemplazables y, claro, el hecho de que la taza número 3 de Muji no lo sea estropea un poco las cosas.
Hola, si, es toda transparente, en la parte de arriba hace un reborde algo más grueso, es como el tipico mug, pero en vidrio, la capacidad es de 300 c,c y la venden con un colador pero si solo quieres la taza te la venden sin el, la compre en el mismo sitio dende compre la floag tea y me costo cuatro euros cincuenta, las Muji son muy bonitas, pero creo que son demasiado fragiles, bueno ya se sabe la belleza es efimera, un saludo.
ResponderEliminarAngeles
Pues me traslado para mayo o así, así que ya me queda poquito!! Espero disfrutar de la ciudad y después de leer una entrada tuya sobre la opera en el Liceo, yo quiero ir! Gracias ;)
ResponderEliminarÁngeles: pues iré a verla en persona y a ver si nos caemos bien. Ya te contaré :) Gracias por la información.
ResponderEliminarIsina: sí que te queda poco, sí. Suerte con el traslado. No sé si conoces Barcelona, pero verás como no sólo te tienta el Liceo... :)
Eso sí, vienes de cara al calor, que es muy diferente del de Madrid. Prepárate para la humedad.
Hola Cristina! Llevo unos días leyendo tu blog, y como he visto que agradeces los comentarios, pues he pensado en saludarte.
ResponderEliminarHará cosa de un mes mi madre me dijo que me había comprado una "cosa que flota" para el té, porque sabe que me encanta el té, y esa descripción de cosa-que-flota me hizo mucha gracia. Cuando vi mi floatea, me enamoré de él a primera vista, porque es práctico y muy mono (el mío es verde turquesa). Me metí en google para curiosear sobre los huevos de té, y a raíz de eso llegué a tu blog. Vi que no sólo te gusta beber té, sino que además ponías fotos preciosas de tus infusiones, de modo que empecé a leer todas tus entradas, y en ello estoy. A mí también me gusta mucho leer, viajar, cocinar y comer... Como dijiste en una entrada, mis gustos por el té también son monocromáticos, pero yo me inclino más por los verdes y blancos, el negro se me hace muy fuerte, y el rojo un poco. Por cierto, ha sido leer tu entrada sobre la taza Muji y entrarme una morriña muy grande por mi taza Bodum de cristal, que se ha quedado en casa de mis padres. Es tan bonita... Como dice Ángeles, tiene el borde de arriba más grueso que el resto de la taza y es de 300 ml. No es tan bonita como otras, pero es muy resistente y transparente.
Me siento muy a gusto en tu blog, de modo que si no te importa te visitaré de vez en cuando! Por cierto, yo soy de Barcelona, aunque ahora me he mudado a un pueblo pequeño de la costa catalana.
Gemma.
Gracias por el comentario, Gemma, y bienvenida.
ResponderEliminarEl floatea es una maravilla, a mí cada día que lo uso me parece más cómodo. Ahora me costaría volver al filtro que usaba antes, la verdad.
Tomo nota del apoyo a la recomendación de la taza Bodum, tendré que acercarme a verla bien porque con la taza de Muji que me queda estoy más bien paranoica, hace un momento estaba convencida de que perdía gotas por alguna grieta invisible (parece ser que todo era fruto de mi imaginación). Quiero una taza transparente, pero ahora sí que estoy convencida de que quiero que sea un poco más robusta.
Y nada, yo encantada de que me sigas visitando y dejando algún comentario :)