Noche de viernes: Cumbres borrascosas (1950)

Un día tengo que mirar en los archivos del blog cuántas versiones de Cumbres borrascosas hemos visto desde que mantengo el blog y sumarlas a las que vi en los años pre-blog. En cualquier caso son muchas más de las que yo podía imaginar, así que imagino que alguien al ver el título de esta entrada haya dicho: "¡¿OTRA?!" Pues sí, otra más.

Y además de la misma serie de aquella Jane Eyre casi casera, interpretada en directo. Esta en teoría también, a nuestro entender, era en directo, pero había cosas que nos hicieron dudarlo, así que no sé. Y como aquella Jane Eyre, en esta adaptación también salía un jovencísimo Charlton Heston. De Rochester a Heathcliff, a la inversa y en menos tiempo que Timothy Dalton.

Como adaptación no está mal, se deja ver, muy de su época. Con decorados bastante más elaborados que los de Jane Eyre sólo un año antes. Algunos cambios un poco chocantes, quizá el más llamativo de todos el hecho de que convirtieran a Joseph, el criado desaliñado de cuya boca salen continuamente citas apocalípticas de la Biblia, en el perfecto mayordomo inglés. A Manuel le chocó tanto que, cuando yo había dado esto por hecho para mis adentros, me preguntó extrañada que quién era ese. Cuando le comenté que pensaba que era Joseph me miró incrédulo y me contagió la duda. Al rato se dirigieron a él como Joseph así que quedó resuelta, pero no por ello menos confusos nosotros.

Y a falta de banda sonora, todo el rato sonaba de fondo la misma música. A mí me sonaba ligeramente, pero no fue hasta que, de nuevo, Manuel preguntó a qué venía esa música cuando le presté más atención pero sin saber qué música era exactamente; Manuel sí lo sabía: Greensleeves (en la película era instrumental, ese enlace es a la versión de Loreena McKennitt, que probablemente sea la más conocida para mí).

Pero lo que realmente me gusta de estas adaptaciones del Studio One se descubre si
revelo el nombre completo del programa: Westinghouse Studio One. Las adaptaciones estaban patrocinadas por Westinghouse y los anuncios, en teoría igual que la adaptación, eran en vivo y en directo. El viernes nos vendieron una televisión ("preparada para el color cuando llegue a su zona", parecía aquello digno de Jasper Fforde) y un modernísimo frigorífico con un rudimentario sistema no-frost. No tengo ni idea de publicidad y quizá sea la influencia pre-Mad Men (Mad Men sucede en la década de los años sesenta) pero después de ver intermedios actuales de todo tipo de cosas y no quedarme con ganas de comprar la mayoría de las cosas y ver un anuncio de 1950 con un frigorífico ya totalmente antediluviano y quedarme con ganas de que salga un teléfono en pantalla para comprarlo ya mismo encantada de la vida, algo me dice que la publicidad ya no es lo que era. Por no hablar del lema de Westinghouse, que lo repito a la mínima desde entonces (cosa que me pasa con pocos actuales): "You can be SURE... if it's Westinghouse".

Qué tiempos.