Ayer el orden de prioridades no sufrió mucho. Al más puro estilo Emily Brontë* pude leer la (sorprendente para la única lectora) Brontë Society Gazette mientras iba haciendo el arroz. Y luego, cuando lo dejé reposar, eso ya fue el gran festín. Una pena que no fuera de los mejores números y una alegría que el arroz quedara bien rico.
Lo mejor fue que cuando llegó Manuel con la recién comprada Guía del Ocio me informó de que Marlango actuaban en el Palau de la Música el día 1 de febrero. Desde que los conozco, la agenda de Marlango y la mía no suelen coincidir mucho, así que ayer me costaba creer que verlos, y además en un sitio así, fuera posible. Y casi resulta que no lo es. Cuando quisimos comprar las entradas nos encontramos con que quedaban bastante pocas. Así que no tenemos la primera fila (ni la segunda ni la séptima) pero veremos y oiremos a Marlango en directo por fin. Y también veré el Palau de la Música por dentro al fin, que con las visitas al interior también tengo un historial de agendas incompatibles. Por fuera es precioso y las fotos del interior no son menos impresionantes.
Ya le digo a Manuel que mis grupos preferidos son de actuar el día uno del mes: Marlango el 1 de febrero, Bon Jovi el 1 de junio. Voy a tener que mirar la programación para el resto de días 1 por si las moscas.
Y en temas más caseros y cotidianos: hoy vamos a Ikea. Resulta que la televisión nueva - y ahora también el nuevo aparatejo que transmite la señal de la antena por ondas - sigue por ahí arrumbada y sin mueble donde instalarse y no puede ser. Veremos si Ikea nos da un hogar para la pobrecita. Y veremos también con cuántas cosas más aparte de lo que vamos a buscar volvemos. Porque nadie sale de Ikea sin algo que no tuviera en mente. Yo de momento sé que quiero arrasar en la tienda sueca.
*Emily Brontë amasaba pan mientras estudiaba alemán con un libro abierto sobre la mesa de la cocina.
viernes, 11 de enero de 2008
Ikea y Marlango
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