Pues ayer volví a casa compuesta y sin olla. Me tocó la peor dependienta de El Corte Inglés y, como siempre, aunque lo que busque sea lo más normal del mundo, encontrarlo se vuelve una misión digna de Sherlock Holmes o quienquiera que busque cosas y las encuentre sin problemas. ¡Sólo quiero una olla!
Quedé con Manuel para comer y seguimos probando sitios del Paseo de Gracia. Ayer tocó QuQu, que nos sorprendió muy positivamente. Comimos muy bien, los postres estaban más que buenos y todo a muy buen precio.
Con el estomaguito lleno hicimos una incursión en la Casa del Libro y yo tuve un caso de esos en los que la portada de un libro me atrapa y muy malo tiene que ser el resumen de la contraportada para convencerme de que ese libro no se puede venir a casa conmigo. Ayer hubo suerte y el libro pasó por caja. ¿No es preciosa la portada?
Y seguimos subiendo, todo el tiempo entre la marea humana de gente que hay en Barcelona con acreditaciones de Bread and Butter, hasta acabar en pleno barrio de Gràcia, con parada en la Plaça del Diamant incluida (lo siento pero es tan fea y un poco dejada), hasta acabar en el cine para ver... Blade Runner. Manuel está empeñado en educarme cinematográficamente y lo va haciendo poco a poco a golpe de clásicos. Parece ser que hasta el día de ayer era un sacrilegio que yo no hubiera visto en mi vida Blade Runner y apenas supiese de qué iba la cosa. Por lo visto hoy he amanecido menos inculta.
sábado, 19 de enero de 2008
Paseo de Gracia
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