En Amazon son raros. Ayer me informaron de que me mandaban una segunda entrega de mi pedido, pero se quedaban aún con un resto (Cranford y dos o tres cosas más). Y lo peor es que esta vez me lo envían por correo tradicional.
Estoy confusa. Pensaba que lo iban a dividir en dos partes: el primer envío y Cranford & Co y que siempre, siempre, siempre me lo iban a mandar por mensajero ultrarrápido. Y resulta que no, que soy una ilusa.
Pero bueno, hace ilusión ir recibiendo las cosas poco a poco, aunque para cuando me lleguen por correo tradicional los libros ya se habrán revalorizado de tal manera que podré poner un puestecito en eBay o algo así. Y forrarme, claro.
Empiezo a pensar que es una estrategia de márketing. Han visto que dejándome un pedido aún abierto caigo en la trampa de Wishlist vs. Basket y mi pedido va alcanzando dimensiones peligrosas. Pero claro, para mantenerme contenta me van mandando paquetes para que disfrute de las delicias de abrir las cajitas de cartón. Anda que no son listos.
Lo que no saben es que hasta el día 11 de febrero - cuando se supone que sale Cranford a la venta - paso por las páginas web de libros y demás muy de puntillas para evitar tentaciones. Y si algo me tienta más de la cuenta miro a mi pila de libros nuevos hasta que se me pasa.
Por cierto: a la interesada en Middlemarch le comunico que Middlemarch está en camino, pero que el añadido sigue en tierra haciendo compañía a Cranford.
martes, 29 de enero de 2008
Parte 2 de 3
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