En uno de los armarios de la cocina tengo una balda sólo para tés y la verdad es que, aunque aún tiene hueco para más, no está tan vacía como alguien a quien no le guste el té podría pensar. El caso es que hoy estaba indecisa a la hora de harcerme el té de la tarde. Por la mañana, recién levantada, siempre tomo el mismo, porque sería incapaz de ponerme a decidir, pero por la tarde voy variando.
El Earl Grey de Marks & Spencer (comprado en York) empieza a escasear y yo intento prolongarlo lo máximo posible, hasta que quede una bolsa que preferiré que se pudra (o lo que sea que le pase al té) porque seré incapaz de tomar la última bolsita y la dejaré ahí para pensar que siempre tengo la opción. O hasta que vayamos a un sitio donde tengan Marks & Spencer*.
Así que hoy me he decidido a abrir el paquetito de celofán tan bien preparado con que nos obsequiaron en el taller de té. El té de regaliz o el té verde dudo que los tome alguna vez, pero hoy he ido directa a la bolsita de Pai Mu Tan (té blanco delicatessen) con fresa, combinación que recordaba que me había encantado. Y aquí estoy disfrutándolo, porque mi memoria no me engañaba. Ahora sólo me queda otra muestrecilla de este té y, claro, pasará lo mismo que con el Earl Grey de Marks & Spencer, porque este, aunque más cercano, cuesta un pastón (para ser un té, se entiende).
* Que en principio no será este verano aunque este año planear las vacaciones está complicadísimo. Sabemos el destino que queremos (¡en otro continente, nada menos!) pero con mis entrevistas da cosa hacer planes definitivos con reservas y vuelos. Si de la última ronda de entrevistas no sale nada creo que reservaremos y luego si en alguna entrevista futura me cogen tendré que explicar lo que hay.
lunes, 28 de enero de 2008
Pai Mu Tan con fresa (título exótico)
Publicado por Cristina en 19:01
Etiquetas Cosas de casa, Tés
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