Hoy otra vez hablo de un libro ya que esta misma mañana, de camino a la segunda entrevista (ni idea de qué tal fue, ya llamarán para decir si sí o si no), me terminé Atonement (o Expiación).
Ahora, horas después de haberlo terminado y con visita a Ikea de por medio (donde por fin he encontrado y comprado el tipo de olla que buscaba y también unos deliciosos bollitos típicos de canela), sigo procesando el final.
Muchas veces me pasa que durante años sé que quiero leer un libro pero no se sabe muy bien por qué nunca me decido a comprarlo y lo voy arrastrando, anotado en la lista de libros que quiero de mi cuaderno. Y voy leyendo buenas críticas y voy dejándolo para más adelante. Hasta que llega un punto, en este caso el terror a que alguien me lo destrozase después de ver la película, en que por fin lo leo. Y, entonces, cuando lo termino, me cogería y me daría de tortas por no haberlo leído antes.
Cuánto me ha gustado Atonement, no sólo por la historia, sino por el estilo en que está escrito (Manuel me informa de que se llama estilo Rashomon) y la forma en que está escrito, con descripciones maravillosas.
Y hacia el final me he quedado sin palabras no una sino dos veces (no puedo explicar por qué, no quiero destriparlo). Si el resto del libro me ha parecido impresionante, el final ya no lo puedo ni describir.
Quizá uno de los motivos por los que le iba dando largas al libro era porque sabía que trataba de la guerra. Y a mí, de entrada, los libros sobre la guerra no me llaman. Luego leo y descubro algunos que me gustan muchísimo (véase The Siege de Helen Dunmore) y, siempre que se trate de historias particulares, los libros que tienen como telón de fondo la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra tienden a parecerme interesantes. Descubro pequeñas cosas que me parecen muy curiosas, en el caso de Atonement, por ejemplo, me sorprendió eso de que en Londres, durante la Segunda Guerra Mundial, se borraron los nombres de las calles y las señales con indicaciones. Los autobuses circulaban sin decir adónde iban. Se requisaron los mapas de la ciudad. Todo para distraer al enemigo, claro. Y si se veía a alguien sospechoso que hablaba inglés demasiado bien se le hacía recitar una típica nursery rhyme (rima infantil). Yo todo esto lo complementaba mentalmente con todo lo que explicaba Javier Marías en sus tres libros de Tu Rostro Mañana sobre los carteles y las advertencias de no irse de la lengua.
Lo que sí sé siempre que me gusta son los libros que hablan de libros y de leer, y este eso lo hace mucho. Y la cita inicial es nada menos que de Jane Austen (que es mencionada más veces después). Además hay muchas más referencias a muchos otros libros, muchos guiños también.
Y llevo un rato mirando en la wikipedia y el resto de internet cosas relacionadas con el libro: lugares, estaciones de metro... Eso sólo pasa con los buenos libros.
También me acabo de leer la crítica y la entrevista con Joe Wright - director de la adaptación cinematográfica - del Dirigido de este mes (por sugerencia de Manuel). Y aunque Joe Wright hasta ahora no es santo de mi devoción (¿cambiarán las cosas con Atonement?) me han gustado algunas de las cosas que dice, como que trató de cambiar lo menos posible y de perder lo menos posible del libro a la película. Claro que también dice que no respeta a los autores... (de ahí Orgullo y Prejuicio).
Y seré una purista/integrista y debería juzgar las películas por sus méritos propios y no por el original, bla bla bla. Pero creo que tiene razón, que hay por ahí quien adapta un clásico como si fuera al supermercado e intentara recordar de memoria la lista de la compra: que vuelve a casa sólo con lo que le gusta y por eso lo recuerda y encima, por el camino, añade algo que no estaba pero únicamente en el momento de comprar tiene buena pinta.
Ahora quiero ir ya ya ya a ver la película, veremos si es factible.
Resumen para quien se quiera ahorrar leer toda la parrafada que apenas dice nada: ¡¡leed YA Atonement, Expiación o como lo queráis llamar!!
lunes, 21 de enero de 2008
Atonement
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Parece que el libro ha de estar interesante. La película no me llamaba demasiado, pero me acabo de enterar de que la han nominado a la mejor película, y entre eso y lo que cuentas del libro, me ha entrado la curiosidad, la verdad. A ver si lo encuentro en la biblioteca de la universidad y lo leo.
ResponderEliminarYo ahora me muero de ganas de ver la película, que no creo que esté mal.
ResponderEliminarSi lo encuentras no dudes en leerlo, ya verás cómo te enganchas. Y si lo lees: ya me dirás qué tal.