He salido a comprar y no había ni un alma en la calle. He supuesto que estaba todo el mundo metido en casa, un poco receloso y asustado por eso tan inusual que pasaba fuera.
Llovía.
jueves, 17 de abril de 2008
Ni los más viejos del lugar lo recuerdan
Publicado por Cristina en 12:55
Etiquetas Barcelona, Cosas de casa
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