jueves, 17 de enero de 2008

Rico, rico

Hace tiempo que no hablo de mis (escasas) aventuras gastronómicas.

Hoy he innovado un poco. He cogido el libro de recetas de Arguiñano, ya debidamente señalado con banderitas en los platos que me tientan y que son suficientemente fáciles para mí, y me he decidido por las chuletas rellenas. Sólo que en mi caso en vez de rellenas han sido envueltas (con las lonchas de jamón y queso). Y es que lo de abrir la chuleta de cerdo por la mitad, aunque Arguiñano insinúe que se puede hacer en casa, a mí no me ha salido. Tampoco es que haya puesto mucho empeño, que desde el principio ya tenía claro que el orden de los factores no altera el producto y total había que empanar la chuleta igualmente, rellena o envuelta. A pesar de la improvisación en el orden de los factores han quedado muy ricas, acompañadas por sus patatitas asadas.

En la cocina siempre hay ese momento de tensión que hace que sea igualito que hacer puenting. Con la tortilla de patatas es el momento de dar la primera vuelta y en el caso de hoy era el momento de sacar las chuletas de la sartén, porque no tenía ni idea de cuándo estarían bien hechas pero sin alcanzar el estado de suela de zapato. Al final no he tenido mal ojo, pero qué tensión.

Total, que tanto hablar de comida me recuerda que la única lectora (te mantendremos el título de honor) hace tiempo, antes incluso de la pintada de los Donettes, pidió la predecesora de la foto de los limones y las naranjas del Mercado de la Boquería, tomada en mayo de 2006. Et voilà! Tomates y kiwis:Hmmm... igual dentro de poco me paso a continuar la serie, porque me encanta cómo quedan.

5 comentarios:

  1. Gracias por atender mi peticion. Muy bonita la foto.

    Pues suena bien el plato nuevo que inventaste. San Jacobo millonario, podria llamarse. Estas hecha una chef. Tienes que ver a Jamie Oliver, que ahuma salmon en cajas de galletas de lata. Te he hablado alguna vez de el?? No estoy segura. Es ingles y cocina genial, puedes buscar videos de En casa con Jamie Oliver y a ver que te parecen.

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  2. Pues sí que lo habías mencionado alguna vez, pero no sabía que estabas tan puesta. ¡A ver si te voy a contratar de cocinera para que me ahumes el salmón de manera rara! (Claro que no me gusta el salmón...).

    Echaré un ojo, a ver si hay algo sencillito que no necesite cajas de galletas de lata.

    Me apunto lo del San Jacobo millonario, me ha gustado el nombre.

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  3. Buscalo, ya veras como mola. Es un tio muy simpatico, y hace unas cosas que tienen muy buena pinta. Y aunque no te guste el salmon ahumarlo en una caja de galletas mola tanto que yo me lo plantearia... Luego lo tiras, o lo donas, o algo. Yo siempre he querido probar, pero como mi madre me vea acercarme a la cocina con un salmon y una caja de galletas me echa. Aprovecha tu, mujer!

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  4. Dice Manuel que a él sí le gusta el salmón y que le parece muy mal que no quiera hacer lo de la caja de galletas.

    Yo creo que la mejor solución para que todos nos salgamos con la nuestra es: que te vengas unos días, ahumes todo el salmón que quieras en una o varias cajas de galletas y os lo zampéis entre los dos mientras yo me como un San Jacobo millonario de los míos.

    Yo creo que es una decisión digna del rey Salomón.

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  5. Me gusta la idea, aunque yo no dejaria el destino de mi cocina (y del resto de mi casa) en manos de alguien como yo. Y menos si tengo un salmon y una caja de galletas... Puede ser muy peligroso. Pero si que tengo que ir. Lo tomo como una invitacion en firme. Ya veremos si me llevo el salmon.

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