Empire State Building

Creo que no mucha gente puede presumir de haber ido andando por la quinta avenida, en busca del Empire State y, sabiendo que debería estar por esa zona, preguntar "¿pero dónde está el Empire State?" justo cuando el Empire State, el edificio más alto de Nueva York, está prácticamente a dos pasos. En nuestra defensa hay dos cosas: 1) que el edificio está en obras. La mayoría son por dentro, pero la parte de abajo tiene andamios, que son lo que más se ve. Omitiré que en la marquesina que forman los andamios los carteles que anuncian que eso es el Empire State son gigantes. 2) que aun más que el Chrysler al ser tan alto desde el suelo se pierde toda perspectiva de lo alto que es, por contradictorio que suene.

Entrar es carillo (aunque no tan caro como entrar en la Casa Batlló en Barcelona). Cuesta $20 subir hasta el piso 86 (la entrada básica, que luego las hay con mapa de las vistas, con audioguía...). Y luego extra (creo que $15) si quieres subir hasta el siguiente mirador. Nosotros subimos "sólo" hasta el piso 86, no por no pagar el extra, sino porque creo que ya es suficiente y las vistas tampoco iban a cambiar muchísimo. El caso es que dependiendo del día haces más o menos cola para todo: comprar entradas, pasar el control de seguridad y esperar a un ascensor.

La velocidad del ascensor es impresionante. El contador de pisos va de diez y diez y mucho más rápido que muchos ascensores que van de uno en uno. Llega un punto, no recuerdo a qué altura, en que se te tapan los oídos como si fueras en avión. En ascensor llegas, en un momento, hasta el piso 80 y, al menos el día que estuvimos nosotros, te ofrecen la posibilidad de subir los seis pisos restantes a patita o de esperar unos 15 minutos para coger otro ascensor. Nosotros, como la mayoría de almas cándidas, elegimos subir andando. Y resulta que por algún motivo los tramos de escalera entre pisos son irregulares. El primero es muy cortito pero después, y no sólo por la percepción de ir más cansado, los tramos van siendo más largos hasta el punto de que hay algunos que yo creo que son más de un piso. Pero es una experiencia.

En el folleto que te dan te explican la historia del edificio. Yo ya conocía un poco porque se habla bastante de él en Extremely Loud and Incredibly Close (Tan fuerte, tan cerca), de Jonathan Safran Foer. Un dato impresionante es que cuando se construyó, entre 1929 y 1931, la media semanal de pisos levantados era de cuatro y medio.

Todos los días en Nueva York nos hizo un sol espléndido. Menos esa mañana a primera hora del Empire State en que había nubes muy bajas y como neblina y de vez en cuando hasta caía alguna gota. El mirador está plagado de gente, así que tienes que ir esperando a que se queden huecos libres en las vistas que quieras admirar. Las vistas son espectaculares y mirar hacia abajo y ver todo lo que sabes que es tan grande minúsculo impresiona también. Aunque allí arriba elaboré mi teoría de que antes debía de ser aun más impresionante. Ahora casi todo el mundo ha ido en avión y ha mirado hacia abajo desde alturas mucho mayores. No directamente sobre la quinta avenida, eso no, pero ya me entendéis.

Así que os invito a que os asoméis, mejor haciendo grandes las fotos:
A la paloma no es que no le sacase las patas a propósito, sino que se coló así en la foto que yo estaba intentando hacer.
Vista norte. Esa masa verde es Central Park.
Mirando hacia abajo. La calle más ancha es la quinta avenida.
Vista este. Brooklyn, etc.
Vista sur. El Flatiron bien cerquita y a lo lejos, en la punta de Manhattan, Wall Street. Las gruas que se ven a la derecha entre los edificios son las de la zona 0. A la derecha de la foto, casi en la esquina está la Estatua de la Libertad.
Vista oeste. Nueva Jersey, etc.