Para completar el ciclo Tess y poder ver la nueva versión con conocimiento de causa, el viernes pasado estuvimos viendo Tess, de Roman Polanski.
La historia detrás de la película es igual de triste que la película en sí. La última vez que Roman Polanski vio a su mujer, Sharon Tate, esta le dio una copia de Tess of the D'Urbervilles de Thomas Hardy y se lo recomendó (al parecer la copia se la había regalado Julie Christie a Sharon Tate con la dedicatoria "para mi heroína Hardy"). Después de la muerte de Sharon Tate, Polanski se puso manos a la obra con la adaptación, que le dedicó con un simple "Para Sharon" durante los créditos iniciales.
A Manuel le encanta esta versión, entre otras cosas por Nastassja Kinski. Y a mí me pareció buena. Es difícil de comparar con la miniserie que vimos la anterior semana. De esta me gusta más la atmósfera. Quizá la otra siga la novela más al pie de la letra y esta capte mejor el espíritu (el eterno debate). Me parece mejor la representación de Alec en esta, ya que como dije en la otra me parecía que le habían pintado demasiado bien. Aquí, la última escena con Alec, es, creo, como debería ser. Angel es igual de tonto en ambas, es difícil matizar su papel cuando Hardy ya lo dejó todo dicho.
Si tengo alguna pequeña pega es que, a pesar de las expresiones faciales de Nastassja Kinski que dicen en un segundo lo que no se podría decir con líneas y líneas de texto, el acento de ciudadana del mundo me fastidiaba un poco. A veces se le escapaban sonidos, acentos que no sonaban muy ingleses y que rompían, en mi opinión, un poco la atmósfera, pero nada imperdonable.
Conclusión: que como la mayoría de las veces me cuesta mucho quedarme con una de las dos versiones.
lunes, 1 de septiembre de 2008
Noche de viernes: Tess (1979)
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