jueves, 14 de febrero de 2008

Plumas literarias

Cuando hablé de Las Olas de Virginia Woolf me olvidé de mencionar una cosa que tenía en mente desde que unos días antes me había dado una vuelta por algún centro comercial. Sin saber cómo me encontré cara a cara (o cara a plumín) con una exclusiva pluma de Montblanc dedicada o inspirada por Virginia Woolf. Una serie limitada del año 2006 para celebrar precisamente el 75 aniversario de la publicación de Las Olas. Y luego escribí aquella entrada tan larga para encima dejarme esto fuera. Ya me gustaría poder decir que nada más verla abrí el bolso y saqué la Visa Platino, pero me temo que no es el caso. Mi humilde Visa no podría ni comprar el pequeño rubí que tiene la pluma en el clip. Pero bueno, lo llevo bien porque yo también tengo un par de plumas literarias y casi me atrevería a decir que hasta más chulas.

Así que inspirada por Montblanc y su pluma Virginia Woolf (y ojo que hay muchos más escritores con pluma Montblanc, hasta Cervantes) me decidí a hacerles una fotos - bastante monas, creo yo - a las mías.

De hecho en esta misma foto aparecen dos buenas pertenencias Brontë relacionadas con la papelería. Debajo el precioso Paperblank de Charlotte Brontë y encima, muy a juego, la pluma de Charlotte Brontë. Bueno, no la suya propia, porque para empezar en la época aún tenían que mojar su pluma en el tintero, sino una inspirada al estilo de la de Virginia Woolf. La foto quedó muy mona, pero no se aprecia que en el bordecito de la tapa de la pluma aparece la firma de Charlotte.

Son regalos las dos pero combinan como si fueran tal para cual.

Y claro, hablando de pluma y tintero yo también tengo de eso. Aunque hay una similar de las Brontë, esta es de Jane Austen (o inspirada por, insisto, que nadie vaya a pensar que no me compro la pluma de Montblanc pero tengo en casa LA pluma DE Jane Austen). Esta se encuentra en pose permanente en la sección Jane Austen de la estantería (lo que se ve debajo es esta edición Pulga de Orgullo y Prejuicio), acompañada por sus plumines sin estrenar (tendré que aprender a manejar el normal primero). Como puede verse una vez intenté hacer mis pinitos en escritura inglesa y caligrafía. Fue divertido, aunque un poco estresante, y un día de estos tengo que repetir. De hecho hace no mucho me compré un folletito que enseña los movimientos para escribir bien con este tipo de pluma. Además dos de las papelerías que suelo frecuentar en Barcelona están estupendamente surtidas en el asunto: tienen muchísimas plumas y tipos y colores de tintas y siempre que paso me quedo embobada (y muy tentada) mirándolas.

Hablando de papelerías - centros de perdición para mí - en Barcelona es cierto que hay bastantes muy chulas. Pero últimamente no paro de acordarme de un artículo que leí hace siglos (pero en serio, casi literalmente) en un País Semanal donde Rosa Montero (?) se quejaba de que con tanto cuadernito de corazoncitos y tantos bolis tan coloridos uno añoraba ir a la papelería a comprar cosas normales y corrientes de color sepia y sin decoraciones añadidas. En su momento creo que me marcó porque no estuve nada de acuerdo, y sigo sin estarlo del todo, pero es que en Barcelona no consigo dar con ninguna papelería a la vieja usanza (tipo Salazar, por ejemplo) donde puedas comprar cosas normales como sobres acartonados. Una que tenía localizada cerca de la Universidad y que tenía pinta de llevar ahí desde que se puso la primera piedra en el edificio de la universidad cerró hace poco (mi sino). Y desde entonces en las papelerías sólo puedo dejarme tentar por los cuadernitos de colores y los tacos de notas en forma de nube.

Al menos huelen como tiene que oler una papelería.

3 comentarios:

  1. Qué preciosidad de plumas. En el colegio, me dio una temporada por escribir en pluma, pero eran de estas que te regalaban por la comunión con sus cartuchos de tinta. Nada que comparar con la de la foto.
    En una librería he visto los cuadernos de notas de Paperblank, pero el de Charlotte no lo tienen, qué lástima, aunque seguro que cae alguno.

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  2. Pues sigue buscando el cuaderno, porque merece la pena. No sólo es que es bonito por fuera, es que por dentro también está muy bien, no sólo por la calidad del papel, sino por el bolsillo interior que siempre encuentro tan práctico.

    Lo malo es que estos cuadernos siempre imponen mucho a la hora de escribir en ellos :P

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  3. Eso es cierto, una vez lo tienes qué vas a escribir que le haga justicia. Habría que pensárselo mucho.

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