Las dos noches de viernes navideñas han sido el punto y final perfecto del Año Gaskell.
Nos han acompañado las adorables señoras de Cranford en una vuelta a la pantalla que no se basa en nada concreto de Elizabeth Gaskell. Se usan los personajes ya conocidos y se añaden algunos nuevos. Todo ello - y esto es de lo más sorprendente - sin salirse del tiesto y sin que apenas se note que Gaskell ha quedado relegada a creadora de los personajes y no de la historia. Por lo visto Heidi Thomas, la guionista, se leyó infinidad de cosas victorianas en general y de Elizabeth Gaskell en particular con el fin de recrear el lenguaje, el caracter y el ambiente a la perfección. Y hasta donde yo veo lo ha conseguido.
Tenemos al inolvidable cuarteto de señoras haciendo de las suyas y a un director que por lo visto encuentra tan irresistible como el espectador lo de ponerlas a las cuatro en un mismo plano y en situaciones de lo más variadas. Verlas por la calle, sentadas en sus mecedoras, asomando las cabezas por encima de un seto, montando en tren por primera vez o fisgando por la ventana son imágenes en las que no hace falta más: hacen sonreír ya de entrada. Y si se les suma el diálogo rápido de estas mujeres ya no se puede pedir más.
A ellas se les suman viejos conocidos y nuevos personajes. Se desarrollan historias que se dejaron inconclusas en la primera entrega y se añaden otras nuevas. El primer capítulo, sin defraudar porque la sola presencia de las cuatro "amazonas" ya es un gran punto a favor, nos dejó diciendo que era un poco más de lo mismo, puesto que una de las historias recordaba mucho a una de las historias que formaban parte de la primera entrega. Pero el segundo capítulo mejoró muchísimo y dejó en ridículo a la frase de que "las segundas partes nunca fueron buenas". Una delicia: divertido, emocionante, conmovedor...
No obstante, cuando anunciaban esta vuelta de dos episodios como "especial de Navidad" yo siempre pensaba que en Cranford también sería Navidad, pero no. Lo de "especial de Navidad" es básicamente porque se emite en Navidad. Y que conste que no me quejo, sólo lo encuentro un poco confuso. Soy una incondicional de Cranford sea Navidad, Semana Santa o pleno verano.
En las cartas de Elizabeth Gaskell, hablaba a veces de Cranford y de su modelo en la vida real, Knutsford (donde creció y está enterrada Elizabeth Gaskell). En varias dice que todo lo que se cuenta en Cranford es cierto y que muchas cosas más divertidas y poco comunes no las incluyó por miedo a que sonaran incluso más increíbles. En una de las cartas, contestado a una de John Ruskin cuya madre por lo visto adoró el libro, le asegura que ella conoció a la vaca del pijama de franela y al gato que se tragó el encaje y tuvo que tomar laxante, etc. Y le cuenta alguna anécdota más (dice que tiene muchas más) como las dos hermanas, ya mayores, solteras, que para recibir a su sobrina recién casada deciden cambiar la alfombra. La sobrina y el marido no se enteran del gesto hasta que una noche, durante la cena, ven a la doncella (que es nueva) dar pequeños saltitos y hacer pequeños movimientos extraños al andar. Cuando sale la doncella de la habitación, una de las hermanas exclama: "¡Hermana! Creo que nos quedaremos con ella". Cuando la sobrina les pregunta en qué basan la decisión, le explican que la alfombra es nueva y que han instruido a la doncella para que no pise los trocitos claros, sólo los oscuros del estampado.
Cranford sigue siendo una joya.
Y ahora me voy a seguir quitando la Navidad...
viernes, 8 de enero de 2010
Noche de viernes: Cranford especial Navidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Feliz Año, Cristina!! Crandford es una delicia...no quería comprar la edición de "especial de Navidad", hasta leerte. Y creo que me lo pediré para el año que viene. Lo que cuentas y como lo cuentas, me ha gustado muchísimo. Me han entrado ganas de releer Crandford y ver de nuevo la serie.
ResponderEliminarUn abrazo grandísimo!! Te iré leyendo poco a poco.
Yo desmonté toda la decoración el mismo día de reyes por la tarde. Pensé que si no lo hacía en ese momento me iba a costar mucho y a las 9 ya estaba todo empaquetado hasta el año próximo. Bueno, todo menos los dos dinosaurios, que han vuelto a su lugar de origen.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Jajajajaja! Que bueno lo de dar saltitos para no pisar las zonas claras! jajajajajajaja! El primer capítulo me pareció algo flojo pero con el segundo quedé más satisfecha, aunque estuve esperando todo el rato a que apareciera la Navidad en Cranford... Cómo nos engáñan! Me pareció genial la escena del tren! Sin perder la esencia del pueblo y sus personajes, sigo prefiendo los capítulos originales. Las historias me parecieron más curiosas, llenas de situaciones sobre esas pequeñas cosas que llenan nuestra vida.
ResponderEliminarPor cierto, aún tengo la decoración... ponerlo me encanta pero quitarlo...ya lo dejo para el fin de semana.
ResponderEliminarMaría: pues si te fías de mí y la primera te gustó con esta no lo dudes. Obviamente no es la primera, pero yo la considero una segunda parte muy a la altura, con grandes momentos.
ResponderEliminarMar: ¡qué rapidez la tuya! You soy tirando a vaga para quitar los adornos pero como a Manuel no le gusta nada que acaaben las fiestas y los adornos las sobrevivan por mucho tiempo, él ya quitó algunos el día 7 y no era cosa de tener la casa medio navideña medio normal ;)
Guacimara: yo con el primero también me quedé un poco así, pero el segundo me pareció muy bueno, muy a la altura de la primera serie. Me consuela ver que no fui la única que estuvo esperando ver la Navidad en Cranford. La del tren fue, sin duda, una de mis escenas preferidas :D
Suerte con el quitado de adornos.