Sé que ya lo he dicho una o dos veces (o quinientas), pero, ay, lo que me gusta a mí abrir el buzón y encontrar cosas que no sean a) propaganda (no incluyo catálogos; Manuel dice que a mí me das un catálogo de cualquier cosa desde una ferretería a utensilios del campo y me engancho), b) cartas del banco (a no ser que sea para informarme de algo bueno, claro) y c) facturas. Cualquier cosa que no pertenezca a uno de esos grupos me hace ilusión. Así que si hace unos meses hice una foto parecida a esta cuando llegaron la revista de Persephone y el catálogo justo cuando leía un libro suyo, la casualidad del otro día cuando llegó la Gazette y demás de la Brontë Society justo cuando leo un libro sobre la historia de Haworth (el pueblo de las Brontë) no pasó desapercibida. Mismo procedimiento: ponerse la ropa de casa, quitarse las lentillas, poner a hervir agua, pequeño cambio porque ahora uso el floatea en lugar del filtro, té de Navidad en este caso (y se sigue agradeciendo lo reconfortante que es) y, con el té humeante al lado, toda mi atención centrada en las páginas de la Gazette y papeles que la acompañan. Y tan ricamente.
Otra tarde a principios de esta semana fue igual de interesante pero muy diferente. A pesar de que en los días de lluvia no veo el momento de llegar a casa, el otro día pude hacer una escapada librera un poco pasada por agua. Con la excusa de recoger el último libro reeditado de Barbara Pym (no dejo pasar oportunidades ya y voy rellenando huecos con estas reediciones de Virago) que tenía encargado en una librería, me dio tiempo a hacer una fugaz visita a Hibernian Books: entré directa a la T y a la estantería de Virago y en poco tiempo tenía tres libros de Elizabeth Taylor (para rellenar huecos en la estantería también). Un giro casual entre las prisas me dejó cara a cara (técnicamente cara a lomo) con una edición clásica de Penguin de High Wages, la última novela que ha reeditado Persephone de la aclamada Dorothy Whipple, escritora a la que por lo visto Virago nunca quiso reeditar porque les parecía de mala calidad y que sin embargo ahora es la escritora superventas de Persephone. Sólo he leído alguna historia suya publicada en la revista bianual de Persephone y no me disgustó, así que tengo ganas de saber con quién coincido.
Así que en un ratito de nada me hice con cinco libros, cuatro de los cuales costaban juntos prácticamente lo mismo que el de Barbara Pym nuevo, que tampoco fue nada caro.
Y continúan las alabanzas a mi cámara nueva porque antes los días grises eran días de no hacer fotos o días muy frustrantes en caso de empeñarme en hacer alguna foto a pesar de todo. El gris del día se pegaba a las fotos y no había forma de que se vieran los colores reales de las cosas, sólo una versión pálida y mortecina de ellos. Así, con un suspiro, el otro día - gris - pensé en probar a hacer alguna foto del botín de libros. Y se me va a desencajar la mandíbula de tantas sorpresas con las fotos. ¡Qué colores a pesar de los nubarrones! (Al menos yo sí que veo unos colores muy vivos, espero que sea así también en otros monitores).
Siguiendo con el parte meteorológico que desprende esta entrada, añado que hoy no hay ni una nube en el cielo, que está azul, azul, azul.
viernes, 22 de enero de 2010
Nubes y claros
Publicado por Cristina en 9:47
Etiquetas Álbum de fotos, Brontë, Cosas de casa, Libros
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Yo también soy de las que me engancho a los catálogos jajajaja! Que tengas dulces lecturas de fin de semana.
ResponderEliminarAy, a mi dame cualquier papel impreso (menos facturas) y soy feliz.
ResponderEliminarPor cierto, el otro dia se me olvidó decirte el nombre de la tienda inglesa, soy un despiste.Se llama " A taste of home" muy apropiado,no? se me olvido comentarte tambien, que al fondo de todo, donde tienen los tés y especias ,hay en un lado libros y dvd, había un letrero, en ingles , pero me parecio, una especie de biblioteca mini mini, supongo que lo veras cuando vayas, yo con las prisas no pude cotillearlo bien y la persona que esta en la tienda no hablaba mucho castellano, asi que no le pude preguntar, feliz finde.
Angeles
Anda, no salió mi comentario. Te decía que yo también veía los colores vivos, y que leyéndote parece que entran ganas de tomar té y ver catálogos. :-)
ResponderEliminarGuacimara: jajaja, me daba que no era cosa mía únicamente ;)
ResponderEliminarÁngeles: ¡gracias! hice una búsqueda con la dirección y ya lo vi. Cuantas más cosas cuentas más me tientas. A ver si esta semana consigo pasarme.
Elvira: gracias por confirmar lo de los colores, a veces me entra la duda :)
Cristina, que entrada tan bella...con la revista de Haworth, y demás...incluso el sobre color manila y los sellos...Me encantan esos encuentros. Además que a mí me sucede igual: me pongo ropa de casa, pongo agua a hervir, bolsa de té (con té,...del que surja ese día)...en fin...el otro día me llegó un paquete de Amazon que no esperaba. Con un regalo...esos son momentos maravillosos, pero me ilusionan igual que cuando mi amiga y vecina me deja una nota en el buzón.
ResponderEliminarUn abrazo grande, y con sello!! (jejeje)
María, me encanta que hayas mencionado el detalle del sobre y los sellos porque, efectivamente, para mí también tienen su encanto :D
ResponderEliminar¡Ya contarás qué contenía el paquete de Amazon! Cosas buenas, de eso no me cabe duda.