Reyes 2010

Empiezo por el roscón/tortel de Reyes con el que debo confesar que nos llevamos un chasco. No porque viniera mal presentado, porque de hecho la caja donde venía era bien mona, incluía coronita y versos típicos, tenía buena pinta (como se puede ver en una de las últimas fotos hechas con la cámara vieja) y olía de maravilla, sino porque resulta que hubo un lío lingüístico-cultural. Yo pedí Roscón y me reservaron el roscón como equivalente del "tortell"... y resulta que "tortell" es tortel, no Roscón. Un poco de confusión para que decir que resulta que el tortel va relleno de mazapán (o de cabello de ángel, cosa que hubiera sido infinitamente peor) y ni a Manuel ni a mí nos gusta. Así que al principio creamos un modo alternativo de comer el tortel quitando el relleno (que se desprende sin problemas) y comernos lo que sabe al roscón que nos gusta y que es cierto que está riquísimo. Aunque hacia el final - aún queda un pedacito - hemos ido comiendo todo y no ha sido tan traumático porque es masa de mazapán muy ligerita pero si hubiera sabido lo del mazapán hubiera pedido el tortel relleno de nata o de crema. Tiene haba y figura bien monas y ambas le tocaron a Manuel.

Algunas horas después de no poder resistirnos a probarlo antes de tiempo, llegó la mañana del día de Reyes y a por los regalos que fuimos. Finalmente los pusimos debajo del árbol. A las seis y pico de la mañana ya estaba yo jugando un poco con mi cámara antes de poner a cargar la batería (lo malo de la electrónica es eso: que haya que cargar las cosas antes de poder disfrutarlas a fondo). Abrimos todos los regalos: los nuestros y los venidos de Madrid.

La cámara es compacta pero un poco más grande que la otra y con más prestaciones. Es la Sony DSC-H20. Ayer me pasé todo el día entre exclamaciones de sorpresa, sobre todo por el hecho de que esta cámara haga fotos con "poca luz" de forma impecable (con la cámara vieja tenía que haber mucha luz para conseguir algo un poco más vistoso que una masa grisácea) y, relacionado con eso, el hecho de que yo no tenga que contener la respiración y hacer un grandísimo esfuerzo para evitar que se note que tengo pulso mientras hago la mayoría de las fotos. Con la nueva haces "clic" y tan ricamente, aunque haya poca luz la foto sale como si hubiera habido un foco. Impresionante. Incluso cuando te avisa de que hay vibraciones no pasa nada, activa el estabilizador y ya me puede latir el corazón todo lo que quiera, que mis fotos no se ven afectadas.

Los colores son también mucho más vivos que con la cámara vieja aunque precisamente las dos primeras fotos que subo con esta cámara luzcan un poco menos que el resto (y en cualquier caso la diferencia incluso en estas es abismal), pero ya lo iréis viendo. Me fascina la claridad con la que se ven las cosas, lo bien definido que se ve todo.

Hubo más regalos aparte de la cámara (que en la foto sale representada por su caja), así que los comento un poco:

- Un "floatea": una bola para té de lo más ingeniosa. No se hunde y no hay que quemarse para sacarla. Además viene con un "cucuruchito" de lo más apañado para depositarlo una vez que se ha tenido el té el tiempo suficiente dentro. Documenté el proceso cuando me tomé el té de la tarde (cualquier excusa es buena para desenfundar la cámara nueva) así que habrá una entrada sobre ello.

- El ya típico calendario de Mafalda.

- Un juego de manopla y trapito forrados en aluminio para sacar las cosas del horno. Hasta ahora usaba una mini manopla de silicona pero empecé el año abrasándome un dedo con la parte de arriba del horno precisamente por lo mini que era. En vista de la enorme ampolla que se me hizo (y que aún tengo, y lo que le quedará) los Reyes decidieron tomar cartas en el asunto.

- Un libro enorme - de 1,055 kg, lo pone - con aspecto de tableta de chocolate gigante llamado Los aromas del chocolate venido de Madrid. Trae curiosidades, información, sugerencias, "ejercicios prácticos" de cata y muchas recetas muy sofisticadas con chocolate. Aparecerá mencionado por el blog más veces, de eso no hay duda.

- Y su opuesto: un boli minúsculo, como una habita del roscón.

- También de Madrid dos DVDs: la última película de Harry Potter en DVD y el último concierto de Bon Jovi en DVD (y un tercero para Manuel, Up). El concierto ya lo empecé a ver.

Y por último estos tres que se merecen foto aparte porque el hecho de que sus colores coincidan y se complementen me enganchó un buen rato con la cámara nueva.

- Una tetera monísima de La Cartuja de Sevilla que ya he lavado (lo digo porque cuando hice las fotos aún tenía restos de la etiqueta y el celo) y que llegó en perfecto estado desde Madrid. (Y todo lo de Madrid llegó en una caja monísima que ha desterrado a mi vieja y llena caja de costura (y a ver si con eso retomo el punto de cruz, que lo tengo totalmente abandonado).

- Un par de catálogos de subastas chulísimos, como libros, de hecho. Ambas subastas - una en Christie's y otra en Sotheby's) incluían cosillas Brontë. Pero Brontë o no Brontë son una gozada de hojear: ambas están llenas de fotos de libros antiguos con encanto, anécdotas, dedicatorias, cartas manuscritas, ilustraciones originales, muebles, y pequeños objetos. Hay Brontë y también Dickens, Austen, Kate Greenaway, Winnie the Pooh, algún Sendak, Poe, Elizabeth Barrett Browning... Y todo con un olor, un papel y unas fotos que hacen que hojearlos una y otra vez sea inevitable.

Y pululando de cosa nueva en cosa nueva pasamos el primer día de Reyes barcelonés, con llamadas a la "nave nodriza" para conocer el estado de sus Reyes, por supuesto. Por lo visto allí nos espera alguna cosa más, lo que significa que nuestros Reyes aún no han pasado del todo. ¡Estupendo!