viernes, 15 de enero de 2010

Under the Greenwood Tree, de Thomas Hardy

No he conseguido dar con la portada de nuestra edición de Under the Greenwood Tree, de Thomas Hardy. Normal, porque es de una edición de Macmillan del año 1977. Nuestra copia, además, es de segunda mano (viene forrada con aironfix por alguien no muy ducho en conseguir que no quedaran burbujitas y que yo creo que lo pusieron cuando el libro ya estaba bastante maltrecho) y, aunque no lleva el nombre del dueño, sí que tiene inscrito "Bought in St Andrews, Scotland, 1978" (comprado en St Andrews, Escocia, 1978) y debajo un enorme sello de Elephant books (esto ya en Barcelona) de una expedición que hizo Manuel a esa librería. Yo nunca llegué a ir. Al libro se le notan los años: las páginas, que nunca debieron de ser de papel de muy buena calidad, están amarillas (cosa que no me disgusta necesariamente) y se han puesto más ásperas), alguna vez se ha debido de mojar y nadie se molestó en ponerlo a "prensar" en una estantería bien apretado, así que ahora es como si le hubieran hecho la permanente. No sé por cuántas manos habrá pasado ni cómo llegó de St Andrews a Barcelona, ni qué les pareció a los anteriores lectores que cargaron con él bajo la lluvia escocesa o barcelonesa.

Pero a mí me ha gustado. Me gusta mucho cómo escribe Thomas Hardy, cómo retrata a los rústicos habitantes de sus aldeas pero me cuesta mucho decidirme a leerlo porque, aunque sean buenas lecturas, el arma punzante que siempre suele llevar encima me impone un poco. Gran parte de la obra de Thomas Hardy se lee con los ojos tapados y mirando sólo por una rendijita entre los dedos. Pero este, que es su tercer libro (escrito, además, después de uno que luego destruyó, The Poor Man and the Lady), publicado en 1872, todavía no ha llegado a esos extremos. Hardy, sin duda, ya apunta maneras, pero puede decirse que aún estaba sólo afilando el arma punzante.

El título completo del libro, y Hardy decía mucho en sus títulos, es: Under the Greenwood Tree, or The Mellstock Quire. A Rural Painting of the Dutch School. (Bajo el árbol o el coro de Mellstock. Una pintura rural de la escuela holandesa). Lo dice todo. El libro comienza siguiendo los pasos de un grupo de músicos locales y rústicos, pero luego desvía su atención hacia uno de ellos que cae rendido a los pies de la nueva maestra de la escuela local (y que se ha hecho con el monopolio de música en la iglesia que antes tenían ellos) que a su vez se debate entre varios pretendientes. Y todo pintado con una atención a los pequeños detalles, efectivamente, digna de cualquier cuadro de la escuela holandesa mediante pequeñas escenas sucedidas a lo largo de cada una de las estaciones del año: comienza en Navidad (con una fiesta de Navidad divertidísima), en pleno invierno (y es la página que aparece en la foto, acompañada del marcapáginas elegido de Carl Larsson) y concluye en otoño. El frío, la llegada de la primavera, el verano y el otoño con sus tonos ocres están descritos con total precisión dentro del ámbito rural que Hardy tan bien conocía y sabía retratar.

El libro está lleno de pequeñas observaciones bastante reales, de esas que hacen gracia porque suelen ser universales. De todas me quedo con esta, que me hizo reírme en alto cuando la leí:

“How long will you be putting on your bonnet, Fancy?” Dick inquired at the foot of the staircase. [...]
“Only a minute.”
“How long is that?”
“Well, dear, five.”
“Ah, sonnies!” said [Dick's father], “’tis a talent of the female race that low numbers should stand for high, more especially in matters of waiting, matters of age, and matters of money.”

-¿Cuánto vas a tardar en ponerte el gorro, Fancy?- preguntó Dick desde el pie de la escalera. [...]
-Sólo un minuto.
-¿Cuánto tiempo es eso?
-Bueno, querido, cinco.
-¡Ah, hijitos!-dijo el padre de Dick- es un don que tiene la raza femenina el de sustituir los números altos por los bajos, sobre todo en asuntos de esperas, asuntos de edad y asuntos de dinero.
(Traducción bastante mala mía)

Ahora nos queda por ver la miniserie, que la tenemos a la espera desde hace siglos. No sé qué tal será, porque gran parte del libro son descripciones puras y duras.

Y por cierto que ahora me doy cuenta de que pocas veces se verá esto en el blog: en los tres libros que llevo leídos en 2010, dos son escritos por hombres y uno por una mujer. Cuando al final de año haga el balance habrá que recordar que durante un tiempo la balanza se inclinó hacia este lado.

5 comentarios:

  1. De Hardy tengo por leer en casa Jude, The Obscure y Tess así que aunque haya visto muchas adaptaciones cinematográficas de su obra, no puedo opinar.
    El marcapáginas es really gorgeous!!!!!!!!

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  2. Yo tampoco he leído nada de Hardy. :(

    ¡Qué mono el marcapáginas de Larsson!!

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  3. Como la prima de Andrey, he visto varias adaptaciones de sus obras, pero no he leído nada de Tomas Hardy. Genial el estracto escogido.

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  4. Hola,de Hardy solo he leido Tess y me dejo... rara, triste, no se. Jude, vi la pelicula y vamos el pobre no era la alegria de la huerta, supongo que es un escritor con el que no logro conectar en su universo muyy especíal, por cierto la entrada que hiciste de el, la historia de corazón, me encanto.
    No dudes de los encargos varios, ya te lo dire cuando llegue, un saludo.
    Angeles

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  5. Prima de Audrey: Jude lo leí en 2008, y hablé de él en el blog así que por los archivos andará. Si conoces las historias los libros no te pillarán por sorpresa, cosa que con Hardy ayuda.

    Elvira: Hardy no me atrevo a recomendarlo nunca porque a mí me impone mucho. Así que así como con otros libros y/o autores digo "anímate" y todo eso con Hardy no. No porque no me guste, sino porque es un autor muy suyo y no quiero sumir a nadie en sus historias.

    Guacimara: a mí la conversación esa que cito es que me pareceió genial y muy vigente incluso a día de hoy. Y lo mismo que a La Prima de Audrey: eso que tienes ganado, que ya hay cosas que no te pillarán por sorpresa en los libros.

    Ángeles: ¿Pero crees que habrá alguien que no se quede "rara, triste, no sé" después de Tess? Yo me quedé así y en general (esta por ejemplo era una excepción aunque ya iba apuntando maneras) los libros de Hardy - su universo especial que tú dices - dejan así. Por eso me impone tanto y por eso tengo que coger aire siempre antes de leer algo suyo.

    Sí, sí, ya contarás los encargos :D

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