¡Qué tentador es tener una frutería que vende arándanos tan cerca! A pesar de lo carillos que salen es una maravilla hojear recetas con arándanos azules y saber que, si quieres, puedes hacerlas, a no ser que lleven más ingredientes difíciles de encontrar, claro está.
Eso es lo que rondaba mi cabeza hace unos días cuando pasaba las páginas del libro de las 100 galletas en busca de alguna para el sábado hasta que empecé a darme cuenta de que muchas de las recetas pedían arándanos azules, sí... ¡pero secos! Esa sí que es buena: ahora que los tengo frescos a 200 metros resulta que los que necesito son - otra vez - los difíciles de encontrar. Así que como no terminaba de decidirme por nada en concreto, al encontrar esta receta con buena pinta y la opción de utilizar arándanos azules frescos o secos me decanté por ella.
Y supongo que las que no dan opción y los piden secos directamente no sufrirían demasiado si se les pusieran frescos, ¿no? Es que al final todo parecido con la receta original fue casualidad: la receta pedía 50 grs de arádanos azules y 50 grs de arándanos rojos y yo puse 100 grs de arándanos azules sin más. Y las pepitas necesarias de chocolate blanco y yo las puse de chocolate negro. Pero el resultado ha sido muy positivo así que no hay quejas.
Hablo en primera persona porque el sábado Manuel me dejó sola ante los fogones, ya que optó por una nada envidiable ronda de visitas hospitalarias. Creo que de no haber tenido los arándanos en el frigorífico yo hubiera pasado de hacer repostería por mi cuenta, pero como no podía dejar que se pusieran malos, pues ahí estaba yo, decidiendo sola si el tamaño de mis montoncitos de masa en la bandeja del horno sería demasiado pequeño o demasiado grande o si estaría dejando poco espacio entre unos y otros y en el horno se solidificarían en una única galleta gigante. Vamos, las mismas dudas de todas las galletas, sólo que sin apoyo moral en este caso.
Al final creo que salió bien la cosa y me salieron 32 galletas cuando la receta decía que los ingredientes eran aproximadamente para 30: di en el clavo con el tamaño. Qué divertida telehorno con los arándanos azules adquiriendo un tono color sangre (sangre plebeya, no sangre azul como podría indicar el nombre), a veces desparramándose un poco y a veces como palpitando. No sé cómo no han montado una película gore con arándanos.
Pero bueno, lo más importante de todo es que quedaron ricas, mis galletas solitarias sanguinarias. Cuando llegó Manuel me pilló en plena sesión fotográfica y, como ya se habían enfriado, ejerció de catador. Dio el visto bueno. A lo que yo no doy el visto bueno es a los domingos grises. Vale que mi cámara hace fotos casi en la oscuridad y que hace fotos también con la luz artificial sin necesidad de ponerse toda tensa para que no tiemble demasaido el pulso... pero me gustaría poder comprobar qué se siente al hacer fotos de un desayuno dominical con luz natural y no artificial con la cámara nueva. No creo que sea tanto pedir, un poco de sol de buena mañana.
La plancha dominical estuvo amenizada por The Gay Bride (La novia alegre, en ese enlace dicen que pertenece a los géneros de comedia - de acuerdo - y terror, ¡¿qué?!), de 1934 (hemos vuelto hacia atrás para rellenar este hueco), donde curiosamente salía un hombre planchándose sus pantalones (¿quizá la ficha técnica del enlace en español la hizo un hombre y lo de plancharse sus propios pantalones le dio mucho miedo y de ahí lo de terror?).
Y una última foto, que aunque Virginia Woolf ya tuvo el año pasado su correspondiente dulce por su cumpleaños, el sábado pensé que me sentiría mal sin mencionar que hoy - 25 de enero - es su cumpleaños. Nació en 1882 y 128 años después aquí estoy yo, con la habitual lectura suya de comienzos de año (mañana más sobre la lectura anterior a esta) y una bandejita con galletas. No sé qué opinión le merecerían a la señora Woolf las galletas de arándanos y chocolate, aunque tiene pinta de no haberle hecho ascos a la comida, no sé si también a los dulces.
Editado para añadir la receta original (yo ya he dicho que hice modificaciones):
Ingredientes para 30 galletas:
- 225 grs de mantequilla blanda
- 140 grs de azúcar extrafino moreno
- 1 yema de huevo ligeramente batida
- 2 cucharaditas de zumo de naranja
- 280 grs de harina
- 55 grs de arándanos azules frescos o secos
- 55 grs de arándanos rojos frescos o secos
- 25 grs de pepitas de chocolate blanco
- sal
Preparación:
Forrar una bandeja para horno con papel de hornear y precalentar el horno a 190º.
Poner la mantequilla blanda y el azúcar en un bol y mezclarlos bien. Incorporar la yema y el zumo de naranja mientras se va batiendo. Tamizar la harina y una pizca de sal sobre la mezcla y añadir los arándanos azules y rojos y las pepitas de chocolate. Remover bien todo hasta que no queden grumos.
A continuación, tomar porciones de la masa con una cuchara y colocarlas dejando un poco de distancia entre ellas sobre la bandeja preparada con el papel de hornear.
Hornear entre 10 y 15 minutos, hasta que queden ligeramente doradas. Una vez fuera del horno, dejarlas en la bandeja de 5 a 10 minutos para que se enfríen un poco y, con la ayuda de una espátula, colocarlas sobre una rejilla hasta que estén totalmente frías.
(Hornear la segunda tanda si la hay).
lunes, 25 de enero de 2010
Galletas de arándanos y chocolate
Publicado por Cristina en 7:32
Etiquetas Álbum de fotos, Cine, Con las manos en la masa, Cosas de casa, Libros
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¡Oooh, galletas de arándanos con chocolate blanco! ¿Puedes pasarnos la receta? Yo no añadiría el chocolate negro porque no me gusta, pero tienen una pinta deliciosa.
ResponderEliminarPor cierto, quería hacerte una pregunta: ¿Conoces alguna tienda en Barcelona donde vendan ropa victoriana y complementos, o al menos que estén insirados en aquella época?
Gracias,
Tanakil.
Envidio tu buena disposición para la repostería.
ResponderEliminarTengo ese mismo marcapáginas de Virginia y por supuesto el libro también aunque creo que en otra edición. saludos
Aaahhhh, nooo, no puedo leer esto antes de desayunar. Me voy corriendo. :-)
ResponderEliminarQué entrada tan tentadora, Cristina!!! Se me hace la boca agua...es cierto...tu cámara es mejor...(jajaja) y coge demasiado bien los colores.
ResponderEliminarDe momento, tendré que contentarme con leerte y tomarme un té virtual contigo...(hoy es de Navidad...aún me queda para parte de Febrero).
Virginia Woolf se sentiría encantada de recibir tus galletas en su cumpleaños. Precioso marcapáginas y edición del libro. El mío es en español...en fin...qué remedio!! A Woolf si que no me atrevo a leerla en otro idioma de momento...ya me es difícil en el propio como para intentarlo en el original...jaja. Pero me encantaría poder hacerlo.
Un abrazo grande y que tengas buen día!!!
Oh pues tienen una pinta impresionante!
ResponderEliminarMmmm! Que galletas más tentadoras! Tengo en espera el mismo libro en castellano, para cuando acabe con la Sra. Dalloway. La foto con las galletas y la taza de topitos de colores parece de catálogo! Me encanta!
ResponderEliminarTanakil: ¡ya te he puesto la receta! Ojo que es la original y ya sabes que yo hice algunas modificaciones como lo del chocolate. A mí el blanco también me gusta mucho pero entre que en pepitas es más difícil de encontrar y que a Manuel le gusta más bien poco, me decanté por este.
ResponderEliminarY me temo que con lo de la tienda no puedo ayudarte, no tengo ni idea :( Pero si la encuentras no dejes de contarlo.
La prima de Audrey: ¡sabía que te fijarías en el marcapáginas! Tengo otro de Woolf pero es de esos enooooooormes, así que apenas lo uso.
Elvira: jajaja, buena idea :D
María: gracias por el elogio a la cámara, no me canso de oírlos :D Veo que ambas seguimos con el té de Navidad. Yo también cuento con que se acabe en febrero... veremos.
No he leído nada traducido de Virginia Woolf, pero me imagino que traducirla no debe de ser nada fácil. Sé que Carmen Martín Gaite tradujo To the Lighthouse (Al faro), pero nunca he leído ningún fragmento de la traducción que, si me guío por sus traducciones Brontë, será muy "suya".
Andrea: quedaron ricas, sí. Estamos ya en las últimas.
Guacimara: espero que vayas bien con Mrs Dalloway :) Si mencionas libros futuros es que la cosa va bien, creo yo. La cosa de topitos de colores no es una taza, es la gran lata de galletas/bizcocho que compramos el año pasado y que ayuda mucho a la hora de buscar fondos monos para las fotos ;)
Cristina,
ResponderEliminar¿qué quiere decir "mantequilla blanda"? Ejemplo (marca), por favor. ¿Se puede poner azúcar blanca en vez de moreno?
En cuanto a ropa victoriana, me he puesto en contacto con gente de Barcelona que hace encuentros vestida de esa época y puede que en breve me haga un traje.
Quizá ya lo has visto en el blog 1840, pero el 7 de febrero hay una quedada Steampunk en Barcelona.
Gracias por la receta ;-)
Tanakil.
Mantequilla blanda no es una mantequilla especial, es mantequilla derretida (en un bol en el microondas) :)
ResponderEliminarY sí, seguro que puedes poner azúcar blanco, sólo te cambiará ligeramente el color, eso es todo.
Qué cosas, pues ya enseñarás tu vestido victoriano. Y no, no sabía lo del 7 de febrero... de hecho no sabía ni lo que era el "steampunk" pero ahora ya me he enterado.
Qué buenas galletas, tengo pendiente hacer unas parecidas, a ver con qué las hago al final.
ResponderEliminarEstas quedaron riquísimas y las tuyas parecidas seguro que también.
ResponderEliminarestan riquisimas con un pòco de canela
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