Amanece un día más sobre Nueva York y ya es sábado. De nuevo metro de buena mañana y una zona desconocida y menos turística. Vemos a los residentes de la zona hacer sus vidas: niños que aprenden a montar en patinete (¡con casco!), gente que pasea al perro, etc. Pero aún es temprano un sábado y, en general, lo que predomina en las calles es la tranquilidad.
Nuestro objetivo es el Chelsea Market. Y sí, empiezo a observar cierta tendencia en nuestros viajes a la pasión por los supermercados (la oda a Wholefoods de ayer, sin ir más lejos) y los mercados. Pero yo los encuentro irresistibles y una forma muy cómoda y amena de ver un aspecto cotidiano de la ciudad que se visita.
El Chelsea Market de tan buena mañana estaba bastante desierto; las tiendas comenzaban a ponerse en marcha, como el panadero de la foto, que, junto con sus compañeros, trabajaba a destajo y los visitantes podíamos observarlo trabajar a través de los cristales. Era hipnótico. En el rato que estuvimos vimos cómo se fue llenando poco a poco, pero supongo que la "hora punta" del sábado aún quedaba lejos. Más para nosotros.
El mercado no es exactamente como los de aquí, pero puede que allí tampoco sea exactamente "típico". Es una especie de nave industrial con tiendas a los lados. Algunas venden productos frescos como los mercados de aquí, pero también las hay que son como de centro comercial: había una librería, muchísimas cafeterías, una tienda de cestas de mimbre y una tienda de té preciosa. Manuel me aparcó en la tienda de té y se fue a seguir explorando. En la tienda de té había muchos muy tentadores, pero entre que el día anterior había comprado ya cuatro y que los de esta tienda eran tirando a caros, decidí conformarme con uno para llevar, leyendo mal la pantalla de ofertas. Así que Manuel volvió, exploramos la parte de bebidas Boylan y similares y contemplé la posibilidad de tomar una de "crema de vainilla" pero al final me decanté por un té blanco de arándanos azules (como el que había comprado el día anterior de Tazo), pensando que al fin y al cabo esto era una tienda de tés y que lo de Boylan lo vería en otro sitio. Pedí el té y cuando lo estaba pagando me di cuenta del GRAN error cometido: los tés que tenían para llevar eran todos fríos. La parte de ICED TEAS de la pantalla de ofertas la había pasado completamente por alto. Manuel dice que le había chocado la elección, pero no había dicho nada. Y yo intenté tomarlo, de verdad que lo intenté, pero tanto como me gusta el té caliente, me da asco el té frío. Así que a los tres sorbos me daban unas arcadas horribles y tuve que tirarlo, sintiéndolo muchísimo y entendiendo que - como ocurrió, por desgracia - ya nunca más volvería a ver la "crema de vainilla" de Boylan. Mala elección.
Una vez superado el triste numerito del té, Manuel me dijo que tenía que entrar en la tienda de verduras (la foto de arriba). Intenté averiguar por qué y no conseguí sacarle nada. Me dijo, además, que tenía que entrar sola. Así que allá iba yo cuando al ir a abrir la puerta salía alguien y del frío que salió de dentro creo que me quedó escarcha en el pelo. Así que dejé caer la puerta y ni me planteé entrar. Efectivamente Manuel había entrado a curiosear y casi no lo cuenta del frío que hacía dentro (de ahí lo de que tenía que entrar yo sola), era como una cámara frigorífica y lo más sorprendente de todo es que dentro había gente comprando tranquilamente en camisetas de tirantes. Lo de los americanos con el aire acondicionado excesivo es impresionante.
Seguimos dando una vuelta por el mercado, cada vez más lleno, y viendo las fotos que decoraban las paredes de ladrillo. Entramos en una tienda de productos de cocina y por fin me compré unas tacitas medidoras para no tener siempre que andar convirtiendo las medidas de las recetas americanas y un "baster" que nunca he sido capaz de encontrar en Barcelona salvo en versiones profesionales y carísimas.
Y por fin nos decidimos a buscar un sitio para desayunar. Fue difícl por la cantidad de sitios con buena pinta pero fácil por la fascinación anterior de los panaderos en acción: Amy's Bread donde, como siempre y como puede verse por la foto de sus muchos tipos de pan, nos costó decidirnos por sólo una cosa. El apabullamiento de la multitud de posibilidades es tal que al final es casi más fácil no elegir nada y salir con las manos vacías que elegir una sola cosa. No recuerdo qué fue lo que pidió Manuel, probablemente lo he olvidado debido al delicioso sabor de mi red velvet cupcake. Desayunamos en el Chelsea Market mismo, haciendo uso de las sillas y mesas a disposición de cualquiera.
El desayuno nos supo a gloria (sobre todo a mí después del té helado) y el Chelsea Market nos encantó. Habíamos repuesto fuerzas para el siguiente plan del día, que me habían recomendado sólo hacía unos días, con el planning ya hecho, pero que, al estar al lado del Chelsea Market, era imposible dejar pasar. Y qué buena recomendación fue esa.
martes, 31 de agosto de 2010
Chelsea Market
Publicado por Cristina en 10:39
Etiquetas Álbum de fotos, Nueva York
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Lo estás contando genial...me estás dando una envidia tan brutal que he empezado a planear mi viaje a NY.
ResponderEliminarPero no te perdono que nos dejes con esta intriga..¿A dónde fuisteis?
¿Qué tal Dorothy Parker?
Saludos
¡Gracias! No me extraña que te haya dado por preparar tu viaje. Creo que yo ya estoy preparando el nuestro próximo ;)
ResponderEliminarLo de dónde fuimos después lo cuento mañana, pero vamos, que tampoco tiene gran misterio.
Ah, Dorothy Parker de maravilla, no me podía esperar que me fuera a gustar tanto. Sigo con ella porque allí, como preveía, leí más bien poco (pero un poco sí, por hacer los honores), pero vamos, encantada. Quedaré eternamente agradecida por la recomendación :D
Yo también estoy intrigada... Es verdad que lo cuentas estupendamente. Y en las fotos, insisto, se nota mucho el cambio de cámara. A mí me pasa lo mismo cuando comparo las de la antigua digital con las fotos de la nueva. Un gusto.
ResponderEliminarMuchas gracias, Elvira. Lo de las fotos también lo he notado yo mucho, es una gozada. Allí también lo era, eso de no tener que hacer mil intentos de foto no movida y demás :)
ResponderEliminarNo recuerdo, quizá tú lo sabras, quién dijo que para conocer una ciudad hay que visitar el mercado y el cementerio. En las ciudades que he visitado he cumplido con lo que el tiempo ha dado de sí, pero lo que no he dejado de hacer es visitar el mercado.
ResponderEliminarUn saludo de día -1 de septiembre
enric
Hola Cristina! No me he podido conectar hasta hoy y he leido los últimos posts de tirón. Qué viaje más estupendo!!! Espero las próximas entregas. Un abrazo
ResponderEliminarCristina, estás narrando tan estupendamente vuestro viaje a NY que estás haciendo que me replantee las vacaciones del verano próximo que ya tenía medio planeadas. ¡Me están entrando ganas de volver a la capital del mundo!
ResponderEliminarPS. Me había propuesto hacer un viaje por Inglaterra pero ahora estoy dubitativa... :)
Comparto el gusto por los mercados. Son un lugar perfecto para conocer a los indígenas, tomarse un café y dejar que la ciudad pase por delante tuyo.
ResponderEliminarNo comparto, sin embargo, tu aversión al té frío...hace un par de meses que no bebo otra cosa ;D.
Por cierto, queda anotado el Chelsea Market para próximas visitas...
Hola, repito yo tambien que las fotos son chulisímas y que lo cuentas todo estupendamente, no sabia esto del té frio, a mi me costo acostumbrarme y ahora me encanta, pero reconozco que no fue a la primera.
ResponderEliminarCurioso lo del aire acondicionada, vaya derroche, madre mia las fotos de los cupcakes que estas poniendo y de los panes ni te cuento, estar a dieta y ver eso es una tentación total, un saludo.
Uhmmm... Delicioso... Por lo menos tiene buena pinta. Tienes que ver este video:
ResponderEliminarhttp://www.fandemia.com/celebrities/la-intro-a-los-emmy-un-espectaculo-a-lo-glee-pero-con-famosos
Enric: pues no sé quién lo dijo porque, si te digo la verdad, no sabía que nadie lo había dicho siquiera. Pero me suena bien y estoy de acuerdo.
ResponderEliminarMar: pues menudo atracón te debiste de dar. ¡Gracias! :)
Iris: muchas gracias. Me estoy poniendo los dientes largos a mí misma incluso. ¡Pero el viaje que tienes planeado para el año que viene es una maravilla también1 Ay, yo no sabría qué elegir, son dos viajes de lo más diferentes, pero los dos con muchísimo encanto. Lo bueno que tienes es que elijas lo que elijas, elegirás bien seguro. Ya contarás.
Samedimanche: sí, ya conocía tu gusto por el té helado. Yo no puedo, me sabe a té que se ha quedado frío y con eso no puedo. Para mí el té bien calentito, por favor :D
Ángeles: muchas gracias. Pues no, ya ves que mi pasión por el té también tiene sus límites ;)
¡Los panes de esa tienda eran espectaculares! Bueno, en realidad todo lo de esa tienda era espectacular.
B: ¡hala! Pero ese vídeo es buenísimo. ¡Si hasta sale "Don Draper" (o Jon Hamm, sería más apropiado). Gracias, me ha encantado (y eso que hay gente que no sé quién es).
Oh, yo en esa panadería me volvería loca!! Adoro el pan y la bollería en general, aunque sólo sea para mirar, jaja. Lo de visitar los mercados es fantástico, y creo que tienes razón, así descubres muchas cosas de la gente de cada sitio.
ResponderEliminarsaluditos
Mmmm...Soy un amante del pan...y se me ha hecho la boca agua viendo la panaderia Amy. Yo también soy de visitar los mercados...Siempre suelo visitarlos. Tienen algo de esa vida cotidiana que no te puedes llevar sin pasar por alguno de ellos, verdad?? Este de Chelsea tiene muy buena pinta. En fin...si algún día viajo a N.Y., tendré que paseame por tu blog e ir tomando nota de todo lo que nos vas contando...
ResponderEliminarBesos!!!
Lillu: y ojo que la sección de panes es sólo un lateral del local. Había tartas, cupcakes, bollería, sandwiches... Y todo con buenísima pinta.
ResponderEliminarMaría: desde luego te hubiera encantado este sitio, entonces. Pero te habría pasado lo típico de NY: que de tanta elección no habrías sabido con qué pan quedarte ;)
Estoy disfrutando a topes con los posts de tu viaje (no sin algo de envidia, obviamente).
ResponderEliminar¡Me alegro! (bueno, no por lo de la envidia) :)
ResponderEliminarAcabo de conocerte (a traves del bolg de Molinos) y me encanta tu blog. El sábado llegué de estar en NY y me gustó tanto el Chelsea Market que comimos allí dos veces.
ResponderEliminarNosotros viajamos cuatro, con dos niños de 7 y 4 años y estuvimos tambien una mañana entera en Central Park.
A lo mejor nos hemos cruzado.
Bienvenida. Y qué curioso que también visitáseis el Chelsea Market. No me extraña que repitiérais porque es un sitio que se lo merece.
ResponderEliminarLos niños seguro que se lo pasarían de maravilla en Central Park.