El plan era leer este libro inmediatamente después de Mrs Harris Goes to New York, pero como conté ayer, cierto gremio nos mantuvo en vilo unos días (una semana, de hecho) y, después de terminar Mrs Harris, me refugié en la poesía de Philip Larkin porque, junto con la paz mental, el gremio famoso se había apoderado también de nuestra capacidad de concentración. Podíamos ver una serie, leer algo, mantener una conversación pero en todos los casos siempre se verían interrumpidos por una escapada al ordenador a mirar las últimas noticias, por una reflexión acerca del monotema, por una pregunta existencial, por una búsqueda sobre qué hacer en caso de huelga, por un simple suspiro con mirada perdida.
En cuanto el lunes acabó a las 12 de la noche sin anuncio de huelga, me fui corriendo a por Historias de Nueva York: no aguantaba más. Y lo he ido saboreando a lo largo de esta semana. Una parte buena de los viajes es verlos llegar. Antes de que la angustia de huelga o no huelga se instalara en nuestras vidas, mi madre comentó que a ver si el viaje llegaba rápido y yo le contesté que no, que llegara despacio: cuanto antes llegue, antes se pasa. El universo me tomó la palabra, puso la amenaza de huelga en nuestras vidas y los días empezaron a hacerse cada vez más largos, eternos. El fin de semana y el lunes se me hicieron como décadas de largos. Y lo peor de todo es que no podíamos amenizar la espera con la lista - ahora sí que definitiva, nada de cosas en el aire - de cosas que queríamos ver y hacer. Las cosas que habíamos ido enumerando en días anteriores se quedaron suspendidas en el aire, sin orden ni concierto mientras nosotros intentábamos no prestarles antención. Es cierto que a día de hoy seguimos sin planes definitivos, sólo con un par de cosas previstas con día, fecha y hora (una de ellas me gustó comprobar que la recomienda Enric González en su libro) y que ahora no hay excusas. Nos tenemos que sentar y poner orden e, inevitablemente, descartar algunas cosas.
El libro de Enric González no ha ayudado, precisamente, a rebajar el número de sitios que estaría bien visitar, aunque algunos quedan descartados de entrada, no por falta de ganas, sino por falta de tiempo, otros, con muy buena pinta, se resisten a borrarse, aunque muchos de ellos implican vivir en Nueva York, conocer la ciudad no como se conoce desde el punto de vista del turista, por mucho que trate de integrarse, sino como sólo puede conocerse con el día a día. Me encantaría, por ejemplo, ir un viernes a Brooklyn a probar el porterhouse de Peter Luger y luego pasear por el vecindario de judíos ultraortodoxos que preparan con afán el sabbath, pero no va a ser posible ya que nos ceñiremos a Manhattan, como la vez anterior.
Pero lo bueno de Enric González es que cuenta las cosas tan bien que, aunque no hayas estado y sepas que no vas a ir en un futuro cercano (por no decir nunca), no lo sientes demasiado, te quedas un poco con la impresión de conocer el sitio, aunque sea de oídas.
Historias de Nueva York es un libro muy, muy ameno y probablemente más recomendable para preparar una visita a Nueva York que una guía turística porque, al contrario que una guía turística (aunque en mi opinión el libro se hubiera beneficiado, aunque no sea una guía turística, de, como mínimo, un mapa donde el lector - sobre todo si no ha estado en Nueva York - pueda seguir los movimientos de Enric González y ver dónde queda tal sitio o tal otro), da a conocer la vida real de Nueva York, habla de la mafia, habla de la historia de la ciudad con historias fascinantes y divertidas. Se nota que sabe bien de lo que habla y te lo cuenta por escrito como si te conociera de toda la vida y te estuviera poniendo al día de su vida allí. Parte del mérito de esto último viene del hecho de que no tiene problemas en abrirse y contarte cosas personales que tienen que ver con su vida en Nueva York pero no con Nueva York en sí. No es un libro impersonal, no es una relación de hechos y anécdotas que podría contar cualquiera, es algo que sólo puede contar él y, como periodista, puede contar mucho.
Así que es muy recomendable, se vaya a ir a Nueva York o no. Es cierto que es perfecto para ir calentando motores, pero no es de aquellos que te dejan con sabor amargo por no poder ir a ver con tus propios ojos todo lo que cuenta.
Y ahora sé seguro que la próxima vez que vayamos a pisar Londres (sin fecha ni nada) leeré también sus Historias de Londres.
De momento y a menos de una semana de poner los pies en la Gran Manzana sigo con la ronda de lecturas neoyorquinas (una relectura ahora) y voy a ver si convenzo a Manuel de que se lea este completo antes de ir, aunque ya ha leído bastantes fragmentos que le he ido "recomendando" (obligando a leer sería una forma más aproximada de decirlo). He marcado muchos pasajes del libro, alguno seguro que aparece en las crónicas neoyorquinas cuando volvamos.
viernes, 13 de agosto de 2010
Historias de Nueva York, de Enric González
Publicado por Cristina en 9:02
Etiquetas Cosas de casa, Libros, Nueva York
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Te recomiendo Historias de Roma también. El fragmento donde habla del Panteón, es una delicia.
ResponderEliminarLeyendo a este hombre, acabas cogiéndole cariño.
PD Mi primer comentario a este blog que hace tiempo que visito... :-)
Gracias por el comentario y la recomendación y bienvenida. Al final seguro que acabaré leyendo todos sus libros, vaya o no vaya a ir al sitio del que habla, porque desde luego este me ha encantado.
ResponderEliminara mi el gremio este tambien me ha tenido en vilo :(
ResponderEliminarUfff, qué horror. Menos mal que al final no fue nada, pero qué agobio mientras duró.
ResponderEliminarA mi también me encanta el tiempo que va desde que decides el destino hasta que llega el día de la partida. Aún así, no me gustan tanto los preparativos como a una amiga mía que dice que se lo pasa mejor con los previos que con el propio viaje. Me das muchíiiiisima envidia!!!!
ResponderEliminarAh ya me imaginaba que te gustaria¡¡
ResponderEliminarEs una delicia de libro y el de Londres y Roma tambien, aunque el de Roma es muyy finito y carito... pero bueno, el pote pequeño y la buena confitura etc.
Aiss que envidia me das, ya estas en la cuenta atras, a disfrutar con los preparativos.
Se lo recomendaré a mi hija cuando vaya a Nueva York. Entre Molinos y tú, me habéis convencido.
ResponderEliminarOs entiendo perfectamente. Durante un tiempo sólo nos podíamos ir de viaje en Agosto y justo era el mes en el q los controladores decidían hacer huelga. Yo de los nervios.
ResponderEliminarEn este último viaje estaban los franceses en huelga así q tb nos afectó porque el viaje a Londres duró casi tres horas por el rodeo q tuvo q dar al no poder sobrevolar espacio aéreo francés. Corto aquí porque para lo poco q viajo tengo un sinfín de anécdotas con los aviones. Lo raro es q todo salga en hora, perfecto y demás.
Acabo de venir de la Fnac y estuve hojenado el de Historias de Londres. casi lo llevo si no fuera porque me acababa de comprqar Norte y Sur en DVD. Es que todo , todo...
Feliz viaje!
Cristina...tengo en mi mesa de noche "Historias de Londres". Lo estoy saboreando poco a poco...llevo varias semanas con él, porque a veces estoy tan cansada que apenas leo por las noches.
ResponderEliminarHistoria de N.Y. lo regalé a unos amigos que se marchaban allí...y me dieron muchas veces las gracias. Y es que es cierto lo que dices...este hombre escribe tan bien, que te apetece leer más y más sobre los rincones que describe.
Bueno, espero y confio en que no tengáis ningún problema y podáis hacer ese viaje que vuestra imaginación planea.
Un abrazo!!
Y si algún día vaís a Roma puedes leer las Historias de Roma ;)
ResponderEliminarTanto éste como Historias de Londres los he leído varias veces y creo que seguiré releyéndolos, pero es una lástima (de momento) no poder ir in person a Nueva York a disfrutarlos. De Enric González llegué a leer incluso el blog que hizo para el Mundial de Sudáfrica e incluso, quiero leer alguna novela de su padre.
¿Sólo Manhattan? Yo iría de Brooklyn a Harlem (me van los barrios peligrosos) caminando y con los ojos cerrados ;)
Espero que el tema de la huelga se solucione pronto.
Por si interesa.
ResponderEliminarhttp://online.wsj.com/article/SB10001424052748704164904575421553144819596.html?mod=WSJ_Books_LS_Books_5
Mar: yo a esos extremos de gustarme los preparativos más que el viaje no llego. De hecho, me saltaría el día anterior a cualquier viaje si pudiera: siempre hay mil cosas que hacer.
ResponderEliminarÁngeles: sí, ya nos quedan poquitos días para estar allí, qué emoción. Leeré seguro las Historias de Londres de Enric González, y dudo que puda resistirme - con o sin excusa de viaje - a las de Roma.
Elvira: ¿tiene tu hija planes concretos a la vista o sólo la idea de ir? En cualquier caso el libro le vendrá fenomenal.
Prima de Audrey: tenemos mucho en común en eso que dices porque nosotros es acercarse una fecha de vuelo y empiezan los problemas con controladores, las huelgas del personal de tierra, las catástrofes, etc. Pero bueno, por suerte al final todo se queda en eso y lo peor que nos ha pasado es que una maleta nos llegara al día siguiente que nosotros.
¡Que disfrutes de Norte y Sur!
María: no me extraña que te agradecieran mucho el regalo, porque es una joya de complemento para el viaje :D No tengas prisa con el de Londres, que luego seguro que lo echarás de menos :)
LittleEmily: yo en Roma ya estuve hace muchíiiiiiisimo, pero creo que volvamos o no volvamos el libro caerá tarde o temprano. Ya veo que Enric González engancha.
Bueno, te aseguro que no pisar más que Manhattan no es cuestión de temor por nuestras seguridad ni nada por el estilo, es simple y llanamente cuestión de aprovechar el tiempo y el espacio. Y Manhattan tiene tantísimas cosas que ver... Con más tiempo visitaría muchísimos sitios fuera de Manhattan con mucho gusto.
Lo de la huelga ya está solucionado :)
Claudio: muchas gracias. Lo he mirado por encima: ahora lo leeré con más detenimiento. Las Mitford siempre son irresistibles :D
Yo ya lo he dicho todo sobre Enric González. Los tres libros de viajes son increibles, pero sus artículos en El País, el chat que tenía con los lectores y su blog sobre Oriente Próximo son también muy recomendables.
ResponderEliminarEn fin..soy muy fan de Enric.
Pásalo bien en NY.
¿ No has leído a Dorothy Parker? Te pega todo y yendo a Nueva York no deberías perdértelo.
Saludos.
Me acordaba mucho de ti cuando leía el libro porque sé lo mucho que te gusta. De momento soy una novata, pero ya me noto enganchada, así que pronto seguro que rastreo El País en busca de sus columnas también :D
ResponderEliminarY miles de gracias por lo de Dorothy Parker. Estaba muy poco inspirada acerca de qué llevarme y tu recomendación ha llegado en el momento preciso. Es perfecta.
Estoy completamente de acuerdo contigo respecto a las opiniones del libro y a la visión que tiene un turista y un ciudadano de la ciudad que habita. No tiene nada que ver. Por cierto, si en otro viaje te animas a visitar Brooklyn, dilo porque te pasaré unas rutas de cuando habité la ciudad que harán vuestras delicias por saber compaginar los puntos de vista: el del que vive y el del que visita. :)
ResponderEliminarBueno, lo del turista y el residente es cosa de todas las ciudades y es algo que yo creo que ni el turista ni el residente deberían olvidar. El turista debería intentar ver conocer la vida del residente y el residente debería de vez en cuando intentar ver su ciudad como turista.
ResponderEliminarEn otro viaje espero que podamos salir de los confines de Manhattan y no sólo para ir al JFK en Queens ;)