jueves, 5 de noviembre de 2009

Antes y después, o ronda frutal con tubérculo

Últimamente los domingos por la mañana suelen oler a batata (me gusta más decir batata que boniato) asándose en el horno y, a pesar de que hasta ahora el tiempo no ha acompañado demasiado y no ha habido esa sensación de olor hogareño calentito, me sigue pareciendo uno de los olores más reconfortantes que hay.

Hago unas cinco que luego me duran unos cuantos días, días que disfruto saboreando - aparte del sabor como la propia palabra indica - el color naranja intenso y la textura que prácticamente se deshace en la boca.


Es un placer solitario porque, aunque Manuel reconoce que el nuevo olor dominical es agradable, las batatas le gustan tan poco como a mí otro de los productos de la temporada que él toma - venido de la casita de verano - el palo santo/caqui/persimon.

Por otra parte, el otro día Manuel dio por inaugurada la nueva frutería (de cuyas castañas hablé el otro día) con una minibandejita de moras. Las hay en más sitios y siempre me tientan mucho, si no fuera por los tres euros que suelen costar y el recuerdo de que de pequeña las cogíamos directamente de entre los pinchos gratis y en cantidades industriales. El último día que fuimos a Sitges vimos, junto a la via del tren - o sea, inalcanzables - zarzamoras con sus correspondientes moras y nos preguntamos si los niños siguen dándose atracones de ellas en algún sitio o es una de esas cosas que ya no se hacen. También recordamos, entonces, que la última vez que nosotros habíamos comido moras había sido en York, cogidas, como debe ser, de la zarzamora, de la tapia que impedía el paso a la vía del tren (otra vez, trenes y zarzamoras) y que teníamos enfrente de nuestro acogedor bed & breakfast. En esa ocasión cogí todas las que pude - como debe ser - y luego las lavé bien antes del atracón, que no están los tiempos para comerlas directamente.

Las del otro día estaban ricas y eran mucho más grandes que las que se cogen al aire libre, pero no tenían el aliciente del dolor de dedos por los pinchazos.

Por otra parte la frutería nueva nos trajo la eterna duda del arándano azul. Entre las moras y los arándanos rojos, había una bandejita de lo que yo identifiqué de inmediato como blueberries, o arándanos azules o mirtilos en castellano y nabius en catalán, cuyo cartelito decía que eran "aranyons". Confusa, llegué a casa y miramos en internet qué era qué. Resulta que los aranyons son prácticamente idénticos de aspecto a los arándanos azules/mirtilos, pero en realidad son endrinos, que son con lo que se hace el pacharán. Con lo cual no tengo ni idea de si eso es lo que son de verdad o si el cartel estaba mal puesto o qué, y me da reparo pagar tres euros (cuando en Inglaterra, por ejemplo, moras, arándanos y demás bayas suelen ser mucho más baratitos) por cinco bolitas y media que puede que no sean arándanos azules sino endrinos. Estoy confusa.

5 comentarios:

  1. Ohhhh...yo todavía cojo moras en Los Molinos en septiembre...todavía hay zarzas para llenar una buena cesta y comerlas con leche y hacer mermelada.

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  2. Ahí era donde yo las cogía, así que me alegra que continúan estando y la gente las sigue cogiendo. Eso sí, yo las comía a palo seco, sin leche ni nada, y desde luego no para mermelada (que no me gusta de ningún sabor).

    Me das envidia coneso de tenerlas literalmente al alcance de la mano ;)

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  3. Me encanta el olor de boniatos asados, pero no soporto su sabor. Me pasa como con el café. Me encanta cuando la gente los cocina por el olor, y la emoción que conlleva, que te embriaga, pero yo no me los como.

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  4. Me muero por comer castañas y boniatos, pero no me decido a hacerlos para mí sola. Creo que me pasaré por la panadería a comprar boniatos asados. Mmmmm... Y me encantan los palosantos, este año estoy comiendo más que ningún otro año.

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  5. Iris: entonces te pasa como a Manuel con lo de las batatas. No sabías lo que os perdéis ;)

    Elvira: yo también me los hago para mí sola: hago cuatro o cinco a la vez y duran 4 días o así igual de ricos (los puedes comer a temperatura ambiente o calentarlos en el microondas). Y así disfrutas del olor :)

    Este año ha debido de ser muy bueno para los palosantos porque Manuel también se está poniendo las botas.

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