Madalenas de arándano azul para Carmen Martín Gaite

Estos días del puente son un jaleo. Ayer fue medio sábado porque después de tantos sábados sin hacer nada de repostería decidimos que ya no podía ser. Eso sí, por la falta de previsión en cuanto a ingredientes y demás tuvimos que optar por la vía fácil pero sabrosa de las madalenas de arándano azul de Betty Crocker. Pero en vez de hacer las seis gigantes que proponían en la caja optamos por 11 de tamaño más aceptable.

Quedaron riquísimas y casi recién sacadas del horno ya quedaban sólo nueve aunque - censo repostero obligatorio - a estas horas aún quedan tres dos.

Hoy hemos tomado alguna para desayunar, claro. Mi calendario me había informado de que tal día como hoy, aparte de mi tía que a veces deja mensajes en la cajita de la barra derecha, también había nacido Carmen Martín Gaite, tal y como ella misma contaba:

Nací en Salamanca, el 8 de diciembre de 1925, a las doce de la mañana de un día frío y soleado. Esto de nacer a mediodía y con sol parece presagio de buena fortuna, según dicen los nigro­mantes; pero en mi caso, y sin ánimo de quitarle méritos al sol, creo que todo lo bueno que me ha pasado en este mundo (y lo que, siendo menos bueno, haya sabido aceptar o convertir en mejor) se debe al amor a la vida y la confianza que desde la in­fancia me inculcaron mis padres, ambos de una calidad humana excepcional. Aparte de su bondad natural y su inteligencia, po­seían ambos un particular y acusado sentido del humor que conservaron hasta la vejez, gracias al cual cualquier conversación mantenida con ellos jamás era convencional o rutinaria, sino algo muy vivo y divertido.

Hemos celebrado el cumpleaños con una foto un tanto surrealista, tanto por la imagen como por el hecho de que yo pensara que no estaba saliendo ninguna no borrosa y me haya tirado un buen rato haciendo una foto tras otra sin, aparentemente, obtener el resultado deseado. Mi sorpresa ha sido cuando al pasarlas al ordenador he visto que había pocas borrosas y un montón de fotos más o menos idénticas. Supongo que a la larga ha merecido la pena porque me hace mucha gracia cómo ha quedado.

Y después, ya que ayer fue medio sábado, hemos decidido hacer un medio domingo, lo que conlleva una parte más aburrida, la plancha, y otra recién instaurada gracias al último regalo de la única lectora e inaugurada hace algunas semanas con Man's Favourite Sport? (Su juego favorito): una película clásica tipo screwball comedy acompañada por unas aceitunitas para picar. Hoy tocaba Midnight (Medianoche) y desde luego, con diálogos así, una casi ni se entera de la plancha.