Después de la tarta rica pero complicada y estresante del fin de semana pasado, esta semana había una cosa bien clara: la repostería tenía que ser sencilla y rápida. Llevaba tiempo queriendo repetir la deliciosa tarta bretona de mi madre y además esta tarta era perfecta para estrenar el famoso molde comprado en Sant Jordi con urgencia y luego nunca utilizado (como las pobres baking beans, que también languidecen desde que llegaron de Londres) y si a eso se le suma lo ligera y lo fresquita que es, el resultado es que hay poco que meditar.
Así que el sábado mientras hervía la leche con la canela, le pedí a Manuel que mirara en el blog (qué prático es un blog) cuánto azúcar habíamos puesto exactamente la otra vez, porque la receta de mi madre decía un vaso pero me acordaba de haber hablado con ella cantidades en gramos por teléfono. Aparte de mirar los gramos de azúcar nos reímos viendo el caos que se había montado alrededor de la tarta aquel día, qué horror.
Y nos pusimos manos a la obra. Mezclar, batir, etc. y al molde y al horno y a esperar a que se dore por encima para taparla, qué facil es esta tarta. Pero... espera... ¿hemos puesto la harina? ¡¿Qué harina?! Nos habíamos olvidado de añadirle la harina y el error se repartía a partes iguales: yo había leído y sacado los ingredientes (de ahí que luego recordara que llevaba harina, porque lo había leído pero no la había sacado del armario) y Manuel había leído los pasos y se había saltado, después de "crema espumosa", el paso que decía que se añadiera la harina. Además Manuel, al pasarlo todo al molde, había comentado que no recordaba que fuera tan líquido. Así que por 70 gramitos de harina cundió la indecisión durante unos momentos: ¿qué hacíamos? Sin harina la tarta no se iba a solidificar, ¿no? Ya estaba dorada por encima, con lo cual no se podía sacar, añadir la harina, remover y devolver al horno. ¿Qué hacer? Pues tirarla con mucha pena (y menos mal que es una receta bastante austera y no fue un gran desperdicio) y repetir, leyendo bien todos los pasos.
El calor, que atonta, pero a la segunda lo conseguimos. Eso sí la tarta - porque Manuel luego rompió un vaso - se ganó el apodo de tarta gafe, porque las dos veces que la hemos hecho ha generado un caos a su alrededor que, para ser una tarta TAN sencilla, es inexplicable.
Manuel también juraba y perjuraba que era la última vez que la hacíamos, pero visto el gusto con el que nos la hemos zampado (no pasó de ayer por la noche, una de las esperanzas de vida más bajas por estos lares; en nuestra defensa repito lo ligerita que es), me atrevería a decir que, tarde o temprano, la tarta bretona y su séquito de caos volverán a nuestras vidas.
La dimos por terminada después de la plancha y de la película clásica dominical: Hired Wife (ni idea del título en español, no se debió de estrenar aquí), de 1940, con Rosalind Russell y con Virginia Bruce, cuyo nombre me sonaba muchísimo de algo pero no sabía de qué hasta que Manuel se acordó: había sido Jane Eyre en la versión "cómica" (no intencionada) de Jane Eyre 1934. Seis años después, sin tirabuzones y con una dirección mejor hay que admitirle que estaba irreconocible.
Y ayer faltaba justo un mes para mi cumpleaños. Hoy ya, obviamente, menos.
lunes, 7 de junio de 2010
Tarta bretona (o tarta gafe)
Publicado por Cristina en 9:13
Etiquetas Álbum de fotos, Cine, Con las manos en la masa, Cosas de casa
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qué pintaza!!!!
ResponderEliminarA qué beans te refieres? Las de lata las venden aquí de la misma marca exactas o son otras?
Tengo en mente un proyecto... Te lo quiero comentar a ti y a un par de amigas/blogueras más a ver qué te parece. Tengo la idea, pero no sé cómo encarrilarla!
"una de las esperanzas de vida más bajas por estos lares.." Jajaja! Parece muy rica, desde luego. Seguro que la próxima vez os saldrá a la primera.
ResponderEliminar¡Tarta bretona! Una de mis tartas preferidas, pero a vosotros parece que os divierte más hacerla que comerla. :)
ResponderEliminar¿Las baking beans tienen algo especial? Quiero decir, que yo siempre he utilizado garbanzos, ¿cuál es la ventaja de las baking beans?
Mar: nosotros también estamos enganchados a las baked beans de Heinz (lata verde), pero a las que me refiero aquí son baking beans, bolitas/pesos para hornear y evitar que las bases de las tartas de levanten. Las trajimos del último viaje a Londres y aún no las hemos estrenado.
ResponderEliminarMe has dejado intrigada con lo del proyecto. Hazme un adelanto, please. Mi dirección de correo electrónico está en la columna de la derecha.
Elvira: yo no estoy tan segura. Vamos, puede que salga a la primera, pero la cuota de gafe se la cobrará por otro lado seguro ;)
Masanobu: ¡es que está deliciosa! Y no te creas, si tuviéramos un criado-repostero para los sábados no pisaríamos la cocina. Pero como no lo tenemos y el desayuno dominical de este tipo ya se ha vuelto un clásico tenemos que cocinar nosotros. Y ya puestos mejor pasarlo bien que no estar ahí metidos a la fuerza sólo por el resultado ;)
Las baking beans no tienen nada de especial, más que son reutilizables. Mi madre me comentó lo de los garbanzos cuando le pregunté por un peso para las bases de las tartas pero Manuel se escandalizó con eso de utilizar comida y no destinarla a comer. Así que compramos las baking beans para apaciguar su conciencia ;)
No conocía esta receta, pero seguro que está buenísima. Eso de mirar en el blog cómo lo hiciste la vez anterior también lo hago yo con las mías, jajaja. Jamás nos darán un premio a la memoria XD
ResponderEliminarsaluditos
Me la apunto para la próxima, que esta semana me han regalado un montonazo de recetas y voy a hacer esta tarta, que a lo mejor le llama la atención a Manuel :)
ResponderEliminarCreo que cada lunes te digo lo mismo: qué buena pinta y qué apetecible!! Tomo nota para mi recién estrenado cuaderno de recetas (que ni por asomo es tan precioso como el tuyo).
ResponderEliminarUn abrazo.
Cerezas, quería decir que me han regalado cerezas.
ResponderEliminarLillu: pues sí, es una delicia de tarta. Si puedes anímate a hacerla y verás. Jajaja, sabía yo que no podía ser la única a la que el blog le sirviera de "memoria externa" ;)
ResponderEliminarMalglam: me hizo gracia lo de que te habían regalado un "montonazo de recetas" :D La tarta tiene una pinta espectacular, pero ufff... no sé si es muy sofisticada para nosotros. Cuando la hagas cuéntame qué tal (de dificultad y demás, de sabor ya me imagino que delicioso ;))
Mar: mi cuaderno de recetas será "precioso" pero ahí sigue el pobre, intacto. Una vergüenza, lo sé. Así que bien por el tuyo :D
¿Después de la tarta de mazapán esta te parece difícil? No es nada difícil. La masa se trabaja como si fuera plastilina y el relleno se hace en un momento. Si te da pereza, siempre puedes comprar la masa hecha. La mía tiene dos defectos: que con las prisas, la masa se me quedó demasiado gruesa y hubiera estado más rica con más fruta. Pero con todas las cerezas que tengo, siempre puedo mejorar :)
ResponderEliminar¿Cuál es la tarta de mazapán que dices que hemos hecho?
ResponderEliminarEl caso es que me has convencido y con las cerezas en plena temporada cualquiera lo deja pasar. Creo que lo intentaremos este sábado a ver qué pasa.
Me refería a la Battenberg cake, que casi es necesario ser ingeniero para construirla :)
ResponderEliminar¡Qué gran responsabilidad! Espero que os salga buenísima y la disfruteis mucho. Si no, te puedes quejar de lo pesada que me he puesto ;P
Ah, sí, a los ingenieros/arquitectos deberían darles el título según si consiguen hacer una Battenberg cake con éxito ;)
ResponderEliminarPues a ver qué tal se nos da. El lunes ya contaré :)