Uno de los encargos que les hice a mis padres antes de ir a Madrid fue una cajita de violetas. Unos días antes me había acordado de ellas al ver unas violetas de verdad y ya no me las quité de la cabeza. Son unos caramelos que, en exceso, pueden llegar a cansar, pero una cajita de vez en cuando es una delicia, y más si viene así envuelta:
En Madrid con tanto dulce conseguí resistirme a abrirlas, pero ayer ya no pude más. Eso sí, tuve la paciencia de documentar el proceso de apertura, pero es que el envoltorio, la caja, los dibujos, los colores y - por desgracia esto es imposible captarlo en foto - el sabor se lo merecían.
Concluí, además, que fanática de las chucherías como yo he sido (y sigo siendo: una cosa es que ya no las compre y otra que me resista si me ofrecen una), al final, con los años (y tampoco tengo tantos, ¿eh?), me voy quedando con los sabores "antiguos": los caramelos de toffee, las bolitas de anís, las violetas, las bolitas de chocolate y naranja que también les encargué a mis padres... Los jelly bellies y las nubes americanas son más modernillos, eso sí.
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Hace 5 días
¡Qué monada! La semana pasada fue mi semana de violetas, me hizo mucha ilusión descubrirlas silvestres en un bosquecillo.
ResponderEliminarSí, con los años (muy pocos en tu caso) nos vamos quedando con los sabores más auténticos, y los aromas artificiales dejan de gustarnos.
Hola Cristina!!
ResponderEliminarHabía un cliente en el despacho que viajaba mucho y siempre me traía regalitos. En Madrid hacía parada obligatoria en La Violeta e iba alternando entre estos caramelitos y las lenguas de gato. Por Dios, qué bueno estaba todo!!!!!!
Me alegro que hayas disfrutado de tu fin de semana en Madrid.
He estado unos días muy ocupada y no he podido dedicarme al mundo blogueril pero ya estoy de vuelta!!!!
Un abrazo
A ti te hizo ilusión encontrar las violetas de verdad y yo saboreo cada violetita que me como :) Están riquísimas. Creo que nunca he olido una violeta y, supongo que será así más o menos, pero me pregunto si estas saben como huelen las de verdad.
ResponderEliminarMar: ¡qué bien verte de vuelta! Y qué suerte con el cliente ese :)
ResponderEliminarEstos caramelos no los he probado yo nunca, pero me suenan un montón. Igual de cuando era pequeña. Tienen una pinta estupenda. ¿En Barcelona no los venden?
ResponderEliminarsaludos
soy fan total
ResponderEliminarAmelia: pues ni idea de si los venden en Barcelona, la verdad, ya ves que yo los encargué en Madrid. Están ricos, sí :)
ResponderEliminarAndrea: jaja :D
me encantan estos caramelos, pensaba que era la única xD
ResponderEliminarAsí estaba yo y ahora resulta que casi podemos formar un club de fans ;)
ResponderEliminarEste fin de semana he ido a Madrid, y cuando vi una tienda con violetas me acordé de ti y no pude resistir la tentación de comprar una cajita, para ver qué tal saben!
ResponderEliminar¡Qué bien! ¿Y qué te han parecido! A mí me trajeron unas de regalo en julio y las tengo racionadaspara que duren ;)
ResponderEliminarEstán muy buenas, dulces y suaves, pero que a la vez dejan un saborcillo que dura un buen rato. Se me están acabando más rápido de lo que creía, y eso que cojo una muy de vez en cuando...
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