viernes, 30 de noviembre de 2007

La vida interior de mi iPod

Aunque hoy es viernes no voy a Barcelona. Me quedo en casa para, entre otras cosas, concentrarme en que se me quite el incipiente resfriado antes de ir a Madrid. En octubre ya tuve que llevar un resfriado a cuestas y dos veces igual me parece excesivo.

Pero el miércoles de camino a la charla de Jasper Fforde (el tren y el metro iban especialmente lentos ese día) pude empezar a ver la peli Ensemble, c'est tout (Juntos, nada más) basada en el libro de Anna Gavalda, que tenía muchas ganas de ver desde hace tiempo. Ya había intentado verla antes pero me timaron y me colaron el mismo trailer repetido hasta llegar a los 100 minutos o así que dura la película. Cómo odio eso.

Creo que vi como la mitad y de momento me está gustando. Es clavadita al libro. Además mientras me leía el libro siempre me imaginaba a Camille como Audrey Tautou. Menos mal que descartaron (o como sea la historia) a Charlotte Gainsbourg, que no me pega nada y además - pese a lo que diga Manuel siempre que la pongo verde - no me gusta nada como actriz.

Así que estoy a medias y hasta el miércoles no es probable que vuelva a Barcelona y pueda verla en el tren. Tengo un dilema sobre si ver el resto en el ordenador (después de haberlo convertido y todo) o dedicarme a otras cosas y dejar la segunda mitad para el miércoles en plan miniserie semanal (como Cranford, que sigue de maravilla).

Y hablando de mi iPod, últimamente no puedo dejar de escuchar el nuevo disco de James Blunt. Lo tengo ya desde hace tiempo, pero lo tenía un poco abandonado hasta que hace unos días lo rescaté y ahora soy adicta. También me tiene enganchada el nuevo disco de PJ Harvey (de la que no conocía nada y, por lo que he oído, sólo me gusta este disco).

Ya fuera de mi iPod, y como estoy leyendo La trilogía de Nueva York de Paul Auster, aprovecho para comentar que me apetece ver La vida interior de Martin Frost, aunque el otro día leí una crítica que no la ponía mal a secas... no, se ensañaba con ella de una forma horrible. Tengo el guión, así que igual lo leo para hacer tiempo mientras la estrenan (ya la semana que viene, creo) y para estar preparada, aunque la historia la conozco más o menos porque sale de El libro de las ilusiones (mi primer libro de Paul Auster y que empezó todo, gracias a la única lectora). También querría ponerme en antecedentes cinematógraficos y ver Smoke y las otras de una vez.

En resumen, que igual entre unas cosas y otras aguanto hasta el miércoles para seguir viendo Juntos, nada más.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Con Jasper

He vuelto hace un rato del evento de hoy: una charla de Jasper Fforde como decía en la anterior entrada.

La charla ha resultado de lo más amena y Jasper me ha parecido muy simpático. Nos ha contado un montón de anécdotas de cómo escribe sus libros y ha dicho muchas cosas muy interesantes. Ha hablado de sus dos universos muy a fondo, cosa que me ha hecho gracia porque algunas cosas que decía eran de libros que aún no se han traducido y no sé hasta qué punto la gente se enteraba muy bien de lo que hablaba. Pero yo me lo he pasado en grande oyéndole hablar de su género y de que si cada género literario tiene que tener un nombre (se mete siempre mucho con los tecnicismos y etiquetas literarios) el suyo sería fiction fiction* (o sea, ficción ficticia).

Y oír hablar en vivo y en directo de un mundo tan surrealista como el de Thursday Next le da un toque de realidad que costaba imaginar. He aquí un señor que, con todo el aplomo y la razón del mundo, hablaba de Chronoguards (cronopolicías), gente erradicada (o como sea la traducción que hayan elegido), de dodos, de hooligans literarios enfrentados entre sí porque no se ponen de acuerdo en quién era mejor, Shakespeare o Marlowe. Y una laaaargo etcétera que ha hecho que el rato de la charla se haya pasado volando.

Una cosa que me ha hecho especial gracia es que ha comentado que lo que primero que "exploró" fue el mundo de los Nursery Crimes (que paradójicamente se publicó después) y que luego se preguntó si se podría hacer lo mismo con los clásicos, que siempre han estado en una especie de altar. Y ha dicho que la mayoría, efectivamente, se merecen el altar, porque son muy buenos (aunque no por ello intocables como él mismo ha demostrado)... con la excepción de Cumbres Borrascosas.

Así que cuando me he acercado a que me firmara - o le firmara a la tal Christina - mis dos libros (me decanté por el primero y el último publicados en inglés, confiando en que si se fijaba en lo que firmaba - que ha sido que no - dedujera que tengo todos los que están entre medias) ni corta ni perezosa le he dicho que a mí sí me gusta Cumbres Borrascosas. Se ha reído y me ha dicho que tiene un gran problema con ese libro. Y luego, como siempre que un autor me firma un libro, le he preguntado si el año que viene habrá libro y si sería de Thursday. Me ha dicho que libro habrá, pero que será algo nuevo que es un gran secreto. Intrigada me ha dejado el tío. Pero para compensar me ha regalado un par de postalillas muy características de su sentido del humor. Una la que pongo abajo (mejor verla en grande para leer bien lo que pone) y la otra una partida de Scrabble con números binarios.
Me ha encantado mi evento.

* Aprovecho el juego de palabras de Fforde para reivindicar muy seriamente desde aquí, ya que la RAE se dedica sólo a aceptar palabras como bluyín (blue jean) y no a estas cosas, que se diga también ficción científica, que es lo que tiene sentido, y no ciencia ficción, que si te paras a pensarlo no tiene ni pies ni cabeza.

EDITADO JUSTO UN MES DESPUÉS: La conferencía de Jasper puede leerse online. Muy recomendable.

martes, 27 de noviembre de 2007

Jasper Fforde en Barcelona

Mañana hay evento de lo más interesante. Jasper Fforde, un autor que no dudo en llamar único, viene a Barcelona a dar una charla, "Jasper Fforde, Thursday Next y la metaficción", y a entregar un premio. El acto es en la UPC y es abierto a todo el mundo, así que ahí estaré yo.

Por teléfono me han dicho que en principio no hay firma oficial de libros, pero que si quiero me puedo llevar alguno por si acaso. Y eso pienso hacer. Me queda decidir cuál, aunque algunos ya los tenemos firmados. En las librerías inglesas, cuando un autor va a firmar libros, luego suele dejar también unos cuantos firmados que ponen a la venta. Y así hemos ido consiguiendo algunos. Pero no estaría mal uno que diga para quién es y eso.

Antes decía que Fforde es un autor único, pero como siempre no tengo ni idea de qué más decir de él. Sólo que me río muchísimo con sus libros y que cada año en verano esperamos con ganas que saque el nuevo (de momento va a uno por año). Tiene dos "mundos" que a veces se mezclan: uno es el de Thursday Next y otro el de los Nursery Crimes, este último es un juego de palabras con los nursery rhymes ingleses (las rimas infantiles) donde se investigan muy seriamente cosas cómo qué llevó a Ricitos de Oro a entrar en la casa de los tres osos o por qué se cayó Humpty Dumpty del muro, a partir de ahí salen todo tipo de cosas como blanqueo de dinero o mercados negros de miel.

Pero Thursday Next es la auténtica estrella. Su primer libro (y ya van cinco, el más reciente de este mismo verano) se llamaba The Eyre Affair (hace poco traducido como El Caso Jane Eyre) y gracias a eso la descubrí. Como yo me siento incapaz de describir estos libros, copio y pego lo que dice la web de los editores en español:

En el mundo de Thursday Next la literatura es casi como una religión. Se ha creado una brigada especial que se ocupa de asuntos tan esenciales como perseguir los plagios, descubrir al verdadero autor de las obras de Shakespeare o detener a los vendedores de falsos manuscritos. Pero ser detective literaria teniendo a un padre cronopolicía y a un tío capaz de las más locas invenciones no siempre es una ayuda. Y aún menos cuando Jane Eyre, la famosa heroína de Charlotte Brontë, es secuestrada por Acheron Hades, antiguo profesor de la detective Thursday Next y moderna encarnación del mal absoluto...Como bien se dice en esta novela: «Las barreras entre la realidad y la ficción son más porosas de lo que creemos.» Un verdadero libro de culto.
Un resumen de lo más apañado, pero que pasa por alto los mil juegos de palabras, las parodias, las situaciones totalmente inimaginables que se producen y muchas cosas más.

Y ahora viene cuando digo que le presté The Eyre Affair a la única lectora pero la tía nunca lo leyó. Ella se lo pierde, pero todo el mundo debería conocer a Thursday Next.

Yo mañana conoceré - o como mínimo oiré en vivo y en directo - a su creador.

Ah, la explicación de la imagen: Pickwick es la mascota de Thursday Next. Es un dodo - un pajarraco extinguido ya - clonado por ella misma gracias a un kit casero.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Pre-Navidad

He aquí mi calendario de Adviento, cursi o no cursi. La foto está hecha con el móvil, por pereza, y de ahí que haya quedado con un flou que ya lo quisiera Robert Redford para él.

El caso es que ya estamos en época pre-navideña total. Casi todas las tiendas ya han sacado las galas de Navidad y los supermercados están llenos de cosas ricas navideñas en todas las secciones. Manuel y yo decidimos no comprar turrones, etc. hasta diciembre. Yo ya me lo salté cuando compré los primeros y adelantadísimos polvorones de finales de octubre. Pero me lo he vuelto a saltar otra vez por otro puñado de polvorones y por las deliciosas almendras rellenas, que cada vez que entraba a comprar cualquier cosa me pedían a gritos que las comprase... hasta que no lo pude resistir ya más.

La lotería, el árbol, el nacimiento, algunos adornos del chinopijo esperan a que les llegue la hora de lucirse. Pero hasta entrado diciembre nada de nada.

Ayer no me pude resistir a escuchar algunas cancioncillas de Navidad en el iPod ya. Son las primeras que pongo voluntariamente, pero no las primeras que oigo esta temporada, porque en Starbucks, con sus vasos rojos, no paran de poner villancicos. Y a mí, claro, me cuesta levantarme e irme más aun que de costumbre.

El 2 de diciembre empieza la Fira de Santa Llúcia delante de la Catedral. Estoy deseando que llegue y poder abastecerme de todo tipo de adornitos y complementos para el nacimiento.

Lo dicho, que a ver si llega diciembre de una vez y una puede ponerse en modo navideño sin que la llamen adelantada.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Atrapados en el hielo

¡Ayer me compré mi calendario de Adviento! Claro que Manuel me ganó por una semana en comprar el suyo. Compramos dos porque a él le gustan los que esconden una chocolatina detrás de cada casilla y a mí, a pesar del chocolate, me gustan los de toda la vida: con un simple dibujito. Manuel me dice que el mío es cursi (tampoco es que el suyo sea muy de machote), pero en realidad es muy mono: tiene el portal de Belén (nevado y con un árbol de Navidad al fondo...) y ovejitas y pastorcitos y todo lo típico. Y, lo mejor de todo, tiene la casilla del día 24 doble. Así que ahora queda esperar que llegue diciembre para poder abrir casillas.

Comimos en el Gino's del Maremagnum, con vistas al mar. Al salir ya se estaba poniendo el sol así que nos encontramos con la puesta de sol de la foto de al lado.

Y después nos acercamos al Museo Marítimo a ver Atrapados en el Hielo. Una pena que en la sala de al lado esté Bodies, porque le quita todos los visitantes. A mí no me importaría ver Bodies, la verdad, pero es que ayer había cola y encima la entrada cuesta casi 20 euros. Así que me quedaré sin ver músculos y cosas al natural.

Atrapados en el Hielo nos gustó mucho. Son las fotos que documentan el viaje de Shackleton a la Antártida y son todas impresionantes. Se puede ver no sólo el paisaje único con que se encontraron, sino la vida a bordo del barco, acompañado todo por comentarios y anécdotas del viaje, sacadas normalmente de los diarios de los tripulantes, como la vez en que parte de la tripulación le gastó una broma al biólogo de la expedición y le puso unos espaguetis en un bote de los suyos y luego cómo el barco encalló y tuvieron que abandonarlo y montar un campamento en el hielo, en mitad de la nada. Se pueden ver algunas fotos en esta página, incluida una de los cachorros monísimos que nacieron en pleno viaje.

Así que, señores de la cola de Bodies, ahórrense 14 euros y pasen un rato a la sala de al lado. Merece la pena.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cranford

Hoy se me ha ido la mañana haciendo recados y a cada nuevo recado más cargada iba. Primero me pasé por la oficina de correos, que cada día que pasa es más surrealista y menos eficiente. Luego: lotería de Navidad, fotocopias, castañas, tintorería. Y todo mientras hacía un bochorno de lo más extraño en esta época del año.

El caso es que ayer por la noche vimos el primer episodio de la nueva miniserie de la BBC, Cranford, que es un refrito (pero de momento muy bien hecho) de varias historias cortas de Elizabeth Gaskell. Empezó el domingo y son cinco episodios. Yo estaba bastante predispuesta a que me gustara, no sólo por las buenísimas críticas que había leído, sino porque me encanta Cranford (la única, y la principal, historia corta que he leído de las tres que hacen el refrito), porque el reparto me parecía espectacular y de lo más acertado. Judi Dench, Imelda Staunton, Eileen Atkins, Deborah Findlay, Barbara Flynn y alguna que otra más, todas haciendo de cotorras y cotillas graciosísimas. Y por otro lado están Francesca Annis, Michael Gambon y Andrew Buchan.

Y sí, como era de esperar nos reímos y nos gustó mucho. Inolvidable la escena de las dos Misses Jenkyns y su sobrina retirándose cada una a su habitación para comer sus respectivas naranjas en la intimidad o la "economía elegante" que practican con las velas.

En YouTube puede verse un minitrailer.

Esperamos ansiosos el próximo capítulo.

martes, 20 de noviembre de 2007

Tres pasos fuera del tiempo

Hoy otra vez la profesora de catalán está malalta. Y además está el día muy gris y hace bastante fresquito. Así que me quedo en casa dispuesta a empezar a leer, por fin, La insolación de Carmen Laforet. Como mi edición - conseguida a duras penas - tiene mucha más solera (es de los años 60) y y una portada más bonita que la que sacaron inmediatamente después de que yo rebuscara la mía por todas partes, la he escaneado para ilustrar esta entrada.

Tengo la manía de, una vez sé que me gusta un autor, intentar leer sus obras por orden cronológico. Las pocas veces que me salto el orden siempre tiene consecuencias "desastrosas". Me empecé a leer Al volver la esquina de Carmen Laforet sin saber la historia que había detrás del libro y para cuando la supe ya no quise dejar de leerlo para retomar el buen orden.

Al volver la esquina se publicó en 2004, poco tiempo después de la muerte de Carmen Laforet y unos 40 años después de la fecha en que debería haberse publicado. Al volver la esquina era la segunda parte de la trilogía Tres pasos fuera del tiempo, que comenzaba con La insolación. De ahí que mi orden se volviera caos porque leí el segundo volumen antes del primero. La idea de la trilogía era más o menos seguir los pasos de un grupo de amigos en tres décadas diferentes, un libro para cada década: los 40, los 50 y los 60.

¿Y qué pasó con el tercero que ya tenía hasta nombre: Jaque Mate? Pues no se sabe muy bien, pero el caso es que de momento nadie sabe o nadie dice qué ha sido de él. Están la teoría de la intriga y la teoría más normalita y menos emocionante. A mí me gusta mucho la de la intriga, pero supongo que la verdadera es la normalita.

La teoría de la intriga es que Carmen Laforet legó una maleta con sus "últimas voluntades narrativas" a un amigo romano. Nadie, ni siquiera sus propios hijos, saben qué había en esa maleta. Pueden ser papeluchos o puede ser Jaque Mate y más.

La teoría más normalita y puede que más creíble es que en los años en los que escribía la novela, Carmen Laforet fue vagabundeando por "hoteles y casas de amigos" y "buena parte de sus papeles se habían extraviado, y aunque hizo varios esfuerzos por recuperarlos, no lo consiguió".

La conclusión de las dos teorías es la misma: nos quedamos compuestos y sin la tercera parte, salvo que de pronto aparezca de alguna forma.

Así que mi caos lector es: que he leído la segunda parte de tres antes que la primera parte y cuando haya leído las dos es probable que nunca llegue a leer la tercera.

Me gustan y me entretienen (y me enervan un poco) los misterios relacionados con los autores y sus novelas que pudieron ser. Aún recuerdo que hace años la única lectora me contó la historia de que una novela de Truman Capote podía estar guardada en el casillero de alguna estación de autobuses de Estados Unidos. No soy una fan de Truman Capote pero la historia me encanta. Y por supuesto está el misterio de la segunda novela de Emily Brontë, si la escribió o no, si la carta sobre una segunda novela era para ella o para su hermana Anne, si se destruyó y cómo...

Y antes de acabar esta entrada larga de mañana gris reclamo humildemente que alguien se decida a escribir una biografía de Carmen Laforet (y ya que estamos de Carmen Martín Gaite). En cualquier otro país ya tendrían varias.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Naranjos en la ciudad

El viernes también me di una buena caminata por Barcelona. Fue el primer día que saqué el abrigo del armario y pensaba que me sobraría cuando fuera por el sol, pero qué va. Pude disfrutar de un día de los que me gustan: frío y soleado.

Después de andar y andar y, vale, sí, coger el metro, mis pies me llevaron hasta un parque lleno de colores otoñales.Una vez fuera del parque y yendo hacia donde había quedado con Manuel me topé con esto que gritaba que le sacase una foto. No me resisto a las escenas de plantas/árboles y farolas, y menos si el árbol en cuestión está cuajado de naranjas en plena ciudad.
Poco después de hacer esta foto decidí entrar un momentito en El Corte Inglés. Y en qué momento. Tardé 15 minutos en conseguir salir y no precisamente porque estuviera mirando nada en concreto, aunque vi los juegos de té unas mil veces mientras daba vueltas cada vez más desesperada tratando de buscar las escaleras de subida y luego, cuando ya me veía más cerca por fin de escapar, tardé otro tanto en encontrar la salida. Yo, que iba con tiempo para llegar antes que Manuel, llegué tarde por culpa de los laberintos de El Corte Inglés. Y si al menos hubiera encontrado lo que buscaba...

domingo, 18 de noviembre de 2007

Eco

Ayer el evento nos gustó mucho. Los actores/cantantes eran muy parecidos, tanto en aspecto como en voz, a los originales y demostraron que eran unos verdaderos profesionales que cubrían como podían las deficiencias de la mala organización: que si el cable del micrófono no daba para llegar hasta el extremo del escenario, que si nada más empezar el micrófono se estropeó. Pero lo peor de todo fue el sonido pésimo. Primero que la sala anexa al Palau Sant Jordi no es el sitio ideal para imaginar que uno está en un casino de los años sesenta, toda desangelada, fría y enorme y segundo que por eso mismo el sonido de las voces potentes rebota por todas partes. Pero eso no hubiera sido tan malo si no hubiera tenido la ayuda de un altavoz que iba con tres segundos de retraso y que añadía más eco al eco.

Y todavía hubo más, esto ya sin nada que ver con la organización, y es que al terminar el espectáculo con My Way el señor que teníamos al lado no pudo contenerse más y se puso a cantarla a pleno pulmón. No exagero, que un poco más y se sube él al escenario y le da una patada al imitador de Frank Sinatra y le roba el micrófono.

Entre canciones hacían chistes y números que estaban muy bien pero de los que el 80% de la sala no se enteró. Hicieron bromas adaptadas al país, como hablar de paella, brindar con "¡Salud!" y en My Kind of Town meter una pequeña mención a Barcelona.

Así que a la organización le damos un cero patatero pero al espectáculo le damos muy buena nota.

Y así estaba Barcelona desde las alturas cuando volvíamos a casa.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Rat Pack en Barcelona

Ayer por fin pude recoger mis entradas de Bon Jovi. Manuel me dice que le diga dónde las voy a guardar para luego cambiarlas de sitio y que cuando llegue la hora yo no logre dar con ellas. Hay que ver...

Y esta tarde tenemos evento: vamos a ver a los "imitadores" del Rat Pack original que vienen desde Londres nada menos. Sólo actúan este fin de semana, así que tenemos suerte de poder verlos.

Supongo que cantarán canciones conocidas, aunque yo sólo conozco las más típicas. Pensando en qué canción dejar aquí para poner el hilo musical adecuado a esta entrada me he decantado por una que me gusta desde que salió en la serie Sin Rastro. Manuel me dice que debo de haber elegido la peor, pero a mí me hace gracia, y el trozo de la película donde salía también me ha gustado. Así que para acercaros un poquito al Rat Pack os dejo con That's Amore de Dean Martin:


When the moon hits your eye like a big pizza pie
That's amore
When the world seems to shine like you've had too much wine
That's amore
Bells will ring ting-a-ling-a-ling, ting-a-ling-a-ling
And you'll sing "Vita bella"
Hearts will play tippy-tippy-tay, tippy-tippy-tay
Like a gay tarantella

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Porque hacer cola da para escribir una entrada muy larga

No he hecho muchas colas para comprar entradas en mi vida pero las tres veces han sido inolvidables. Y no precisamente por lo bien que estuvieron.

- La primera vez fue para el concierto de Bon Jovi en Madrid en 2003. Sí, conseguí mis entradas, pero era marzo, hacía frío y llovía. Claro que en esa ocasión al menos la cola avanzaba.

- La segunda vez fue por un encargo. Las entradas eran para U2. Me pasé en la cola casi 12 horas y creo recordar que era febrero, así que hacía FRÍO. Para más inri yo me había llevado nada menos que el Quijote para pasar el "rato" y más que leer mucho lo que hice fue lamentarme por no haber estado leyendo cualquier libro más ligerito. La cola avanzaba muy lentamente pero al final todo fue para nada, porque cuando aún estaba bastante lejos de la taquilla las entradas se agotaron.

- La tercera vez ha sido hoy. He llegado a la cola, que no había mucha, a las 10:20, esta vez con un libro bastante menos pesado que el Quijote (aprendo de mis errores) y cuando llevaba 40 minutos inmersa en el libro me he dado cuenta de dos cosas: no había dado ni una paso hacia adelante y tenía frío. He seguido leyendo y de vez en cuando pensaba en el té bien calentito que me iba a tomar en un sillón del Starbucks cuando todo acabase. Pero nada, el final no se veía cerca, porque seguíamos sin movernos. Al final han salido un par de dependientes para informar de que el servidor no funcionaba y que la única forma de comprar entradas era por teléfono si había suerte y conseguíamos que nos cogieran. He seguido haciendo tiempo con el libro, esperando, pasando frío, viendo el sol a lo lejos en la Plaza de Catalunya y preguntándome a qué hora daría en nuestro trozo de acera. He intentado llamar a la birria de ticktackticket algunas veces, sin éxito claro. He leído más. Los dependientes han vuelto a salir: no había novedades. Habían pedido algunas entradas en papel pero no sabían cuándo llegarían. Han tomado nota de la gente de la cola y lo que queríamos para hacer cálculos. Y entonces ha salido un rayo de sol - sólo metafórico, que cuando marcaba me temblaban los dedos del frío - y me han cogido el teléfono en ticktackticket. Y he podido comprar mis dos entradas por fin, después de tener que teclear el número de mi tarjeta dos veces porque daba mal a las teclas del frío.

He salido corriendo de la cola y me he metido en la Fnac a entrar en calor y a preguntar: ¿y ahora qué? Me han dicho que sin servidor no había forma de entregarme las entradas, que guardara la referencia y volviera más tarde u otro día. Con más calor en el cuerpo, he pospuesto el té y me he ido Ramblas abajo hasta el mar, buscando el sol y caminando rápido, rápido para entrar en calor por completo.

Luego he subido de nuevo, ya con una temperatura corporal aceptable, y el servidor seguía estropeado. Me he ido a comer al Starbucks, con un té bien caliente en el primer vaso rojo de la temporada. Después de comer he vuelto a la Fnac y todo lo que me he encontrado era un cartel de que el servicio de venta de entradas quedaba cerrado durante el día de hoy por problemas técnicos.

Da gusto lo bien que se organizan las cosas. Espero que el viernes me puedan dar mis entradas de una vez.

Y para acabar y cambiar de tema: me he trasladado de estantería virtual. La otra era una birria, siempre enseñando los mismos libros. En esta que veis en el lateral cada vez que uno carga el blog salen unos libros distintos seleccionados al azar de nuestra estantería física. Muy chulo y justo lo que yo buscaba. Además les he puesto estrellitas a los que he leído y he dejado los pendientes sin estrellas todavía. Así sirven de recomendaciones también.

martes, 13 de noviembre de 2007

La educación de un hada

Ayer me terminé L'Éducation d'une fée, de Didier van Cauwelaert. En español está traducido como La educación de un hada y también basaron una película española en él hace no mucho.

Me cuesta mucho encontrar libros en francés que se ajusten a lo que me gusta, pero cuando por fin doy con alguno suele gustarme mucho. Este lo encontré en la Fnac de pura casualidad cuando una dependienta se lo recomendaba a una chica que buscaba un libro en francés para regalar. Y fue empezar a leerlo hace unos días y apenas poder parar. En serio: muy, muy recomendable. Cuando paséis por alguna librería echadle un ojo. Sólo las primeras líneas ya enganchan.

Hablando de libros en francés. Nota para la única lectora (que no sé si parará de jugar con su iPod nuevo para leer esto): ¿has visto que Amélie Nothomb tiene nuevo libro autobiográfico? No me lo pierdo en cuanto salga en bolsillo.

Y para terminar cambio de tema. ¿Alguien quiere apostar? Mañana salen a la venta las entradas para el concierto del 1 de junio de Bon Jovi y voy a ir a comprarlas. Manuel dice que no me moleste en ir pronto (o sea, cuando abran a las 10) porque total no habrá ni cola ni nada, pero yo creo que lo que quiere en el fondo es que llegue cuando ya no queden o algo. En cambio, yo quiero estar allí a las 10 en punto (o antes si me da tiempo) y creo que me va a tocar hacer bastante cola. Pues nada, hagan juego.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Contaminación lingüística

Ayer tuve mi primer episodio de contaminación lingüística, argh. Hablando con mi madre le dije que habíamos desayunado chocolate con melindros y me quedé más ancha que larga. Ella me respondió que no sabía qué eran los melindros. Extrañada, le dije que yo ya los había comido en Madrid y le expliqué qué tipo de bizcochos eran. Llegamos a la conclusión de que eso, en castellano, se llama bizcocho de soletilla de toda la vida. Y efectivamente luego comprobé que melindro es la palabra en catalán. Y yo que estaba tan segura de que se llamaban melindros en castellano creo que mi contaminación lingüística viene incluso desde antes de vivir aquí.

Pero a lo que iba. Las fotos que hice el viernes. Hacía días que quería pasarme por el Mercado de la Boquería, aunque ya había estado antes. Pero siempre está bien darse una vuelta por allí. Es una curiosa mezcla de turistas haciendo fotos y gente mayor haciendo la compra diaria, puesto por puesto. Y en medio yo, haciendo fotos al tiempo que estoy atenta a ver si encuentro algo que me apetezca comprar (queso, moras...). Al final no encontré nada que buscara, pero salí de allí con una enorme manzana roja de casi medio kilo que, como decía el cartel de la frutería, estaba deliciosa. De todas las fotos que hice me quedo con esta, que es una variación de una que hice en mi anterior visita de tomates y kiwis.
Desde ahí, comiendo mi manzana gigante por mitad de las Ramblas, me fui hasta la Universidad, que siempre me recuerda a Nada de Carmen Laforet (cosa que me pasa con la mayoría de los sitios mencionados en el libro) y de cuya fachada tengo tropecientas mil fotos. Del interior también tenía alguna pero de los jardines no había hecho nunca, ni tampoco había paseado por ellos a fondo. La verdad es que son unos jardines preciosos.

Saqué muchas más fotos pero esas dos ya dan una idea. Además hay algunos gatos andando por allí que se acercan a los estudiantes que están ahí sentados leyendo, como si fuera una casa y se sentaran junto a su amo que lee en el sillón de al lado de la chimenea.

Y para acabar, cambiando de tema, hay que felicitar a la única lectora por haber dado el salto del iPod Nano al iPod Touch. Mi pobre iPod Video está un poco decepcionado porque en nuestros encuentros su madre biológica ya no lo mirará con deseo porque tendrá uno propio y mejor.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Poppy Day

Hoy iba a subir algunas fotos que hice el viernes pero al final lo voy a dejar para mañana y me voy a dedicar a escribir una selección de noticias breves e inconexas.

¡Ayer compramos un árbol de Navidad (artificial, claro) en el chinopijo! Aunque aún no lo hemos montado ni lo pensamos montar en breve. Tampoco compramos aún los adornos, porque la idea es comprar algunos en la tradicional Fira de Santa Llúcia. Lo que no pude dejar es un portalito muy apañado para el nacimiento. Así no hay que andarse con líos de corchos para montarlo.

Hace unos días me enteré de que Bon Jovi actuarán en Barcelona el 1 de junio del año que viene. Es el único concierto que darán en España y las entradas salen a la venta el miércoles. Así que ya tengo plan para el miércoles, aunque espero que no me toque hacer mucha cola. Podéis imaginaros lo emocionado que está Manuel con el asunto.

Hoy es San Martín, aunque a mí me gusta más el lado anglosajón del día: el Poppy Day (llamado de muchas otras formas también: Remembrance Day, Armistice Day...), que es cuando se conmemora el final de la Primera Guerra Mundial y se recuerda a sus caídos y, por extensión, a los caídos en todas las demás guerras. La foto la hice hace un par de años en Londres y es una corona de los poppies (amapolas) artificiales que muchos británicos, canadienses, etc. llevan prendidos por esta época.


Y este verano en York, en los jardines de la Catedral, había un monumento conmemorativo a los caídos en Kohima 1944 también rodeado de coronas de poppies donde se leía:

When you go home tell them of us and say for your tomorrow we gave our today.
Cuando volváis a casa habladles de nosotros y decid que por vuestro mañana dimos nuestro hoy.

A mí la frase me impresionó.

sábado, 10 de noviembre de 2007

El arte de disfrutar el té

El jueves cuando llegué a Barcelona a medio día, unas horas antes de ir a la cata de tés no tenía muy claro si me había bajado del metro en Barcelona o en Escocia.

Pero a lo que iba, que la cata de tés estuvo muy bien. Nos dieron a probar unas 6-7 variedades (ordenadas por colores) desde té blanco hasta té negro pasando por verde, rojo y azul (oolong) y nos explicaron de dónde venían y por qué eran tan diferentes. Mi favorito sigue siendo el negro en sus múltiples variedades y por lo visto nunca seré una verdadera gourmet del té porque - ¡horror! - me pongo azúcar en él. De la leche no dijeron nada, pero entre líneas creí entender que tampoco estaba bien visto. Tampoco es que me preocupe.

Descubrí que el té blanco con aroma de fresa es una delicia, eso sí. Y que el olor del té rojo no me gusta pese a no tener nada que ver con el sabor, que el té verde sigue sin decirme gran cosa y que he hecho bien en nunca decidirme a probar los tés aromatizados con jazmín, ¡puagh!

Al final de la cata nos obsequiaron con sendas bolsitas de muestras de todas las variedades de té que habíamos probado y la pobre chica que daba la charla estuvo aconsejándome un rato sobre nuevas variedades de té negro que probar. Me abrió cajas y más cajas para que las oliese y a la mayoría una de las dos siempre concluíamos que era demasiado fuerte.

Al final me decidí por un té negro de chocolate y naranja que probé ayer mismo y está muy rico. También me compré por fin un filtro que quería para la taza (y así dejarme de bolitas y cosas cuando el té no viene en bolsa) y un paquetito de algo que ya había visto muchas veces (sobre todo en el Starbucks) y que nunca me había decidido a probar: stroopwafels. Son unas galletitas de gengibre muy finas unidas por una especie de caramelo/sirope en el centro. Cuando se prepara el té o el café caliente se colocan sobre la taza y con el vapor y el calor el caramelo/sirope de dentro se derrite. Me han gustado mucho más de lo que imaginaba.

Mañana o pasado me dejaré de tés y escribiré una entrada llena de fotos. Ayer fue un día de lo más prolífico en Barcelona. Es lo que tiene visitar una vez más el Mercado de la Boquería y decidirse por fin a hacer fotos de los jardines de la Universidad en el mismo día.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Una humeante taza de té

¡Mañana tenemos el (mini)taller de té! Ya contaré qué tal la experiencia de cata de tés. Lo cierto es que me apetece.

Lo que aún está por ver es si iré yo sola (y tendré mis 5 euros en productos) o iré con Manuel (y tendré 10 euros en productos). El pobre tiene un enorme catarro que, aparte de todo, no sé si le dejaría apreciar muchos matices en los sabores/olores. Veremos qué tal está mañana.

Y buscando fotos de té para ilustrar esta entrada he dado con un sitio que me ha gustado mucho. En Joy Sikorski te enseñan a dibujar cosas muy básicas (o no tanto) pero que la gente tan inepta como yo a la hora de dibujar no tenemos ni idea de por dónde coger. Me ha encantado aprender a dibujar una tacita de té en condiciones.

martes, 6 de noviembre de 2007

Compuesta y sin clase

Hoy me he quedado compuesta y sin clase de catalán porque la profe está malalta.

Creo que es una maniobra del destino para que haga algunas cosas con las que llevo remoloneando ya mucho tiempo y que siempre voy dejando "para otro día". Hoy va a ser por fin el día, he dicho.

Y además hoy repito con la tortilla de patatas. Espero no dejarme mal a mí misma y que me salga peor que la primera vez.

Qué entrada tan tonta me ha quedado. Lo mejor es la foto sin duda. Se la hice el otro día en Montserrat a una estatua de mármol blanco a la que le daba la luz de una vidriera.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Snowflakes that stay on my nose and eyelashes...

Si ayer hablaba de Jane Austen hoy toca hablar un poco de las Brontë. Aunque en realidad es de las Chicas Gilmore. Ayer, viendo los capítulos del viernes (los pasan - o pasaban, porque esta semana no están anunciados - por La 2), nos encontramos con la imagen de la foto. Sí, Rory tiene un enorme poster de una Charlotte Brontë idealizada en su dormitorio de la universidad. Hubiera sido mejor de ser el verdadero retrato, pero bueno, tampoco me quejo.

Me acuerdo de que en uno de los primeros episodios de las Gilmore que vi mencionaban a las Brontë, y que Rory tenía una foto de Emily Dickinson (poetisa que me encanta) en su taquilla del instituto. Así da gusto ver una serie.

Y siguiendo con la literatura. Ya me terminé I Capture the Castle y debo decir que me pasó justo lo contrario que con La Joven Jane Austen. A pesar de todas las cosas buenísimas que había leído sobre el libro en cuestión resultó ser mejor aun de lo que esperaba, y no era poco. Muy, muy recomendable. Ahora me queda por ver la película, pero aún me queda un poco para conseguirla.

Ahora estoy con otra de mis escritoras preferidas: Helen Dunmore y una de sus colecciones de relatos cortos. De Helen Dunmore recomendaría un montón de libros pero si tengo que elegir uno me quedo con el que leí tan sólo hace unos meses (y que no está traducido al español): The Siege. Un libro impresionante sobre el primer año (1941) Sitio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Es de esos libros que se te quedan en la cabeza y de repente en cualquier momento y sin saber muy bien por qué te encuentras pensando otra vez en ellos y sus personajes.

También me ha gustado mucho el artículo de Javier Marías de hoy.

El siguiente peldaño se sube casi sin querer, y así tenemos un país lleno de jovencitas vulgares que intentan ser supermodelos; de personas incapaces hasta de entonar, empeñadas en ser cantantes; de individuos que no saben lenguas -ni siquiera la propia-, dedicados a traducir; de cuasianalfabetos escribiendo libros; de inexpresivos aspirando a ser actores; de incompetentes convertidos en ministros, consejeros autonómicos o alcaldes; de sinvergüenzas ejerciendo de jueces; de seres inarticulados haciendo de locutores; de alfeñiques decididos a ser jugadores de rugby.

Y tanto hablar de cosas que me gustan me ha hecho empezar a tararear My Favourite Things de Sonrisas y Lágrimas.

sábado, 3 de noviembre de 2007

La Joven Jane Austen

Me parece que fue el martes cuando terminé de ver La Joven Jane Austen. Había visto como la mitad el viernes anterior y saber que aún me quedaba casi una hora de película por ver era un suplicio.

Creo que es casi imposible tener menos expectativas para una película que las que yo tenía con esta. Y eso por una parte es hasta positivo porque permite que por poco que sorprenda para bien la película uno ya piense que es mejor de lo que esperaba, ¿no? Pues no es por ser mala ni tener prejuicios ni nada, es simplemente que la película, en esa primera mitad, resultó aun peor de lo que yo esperaba, que no era poco. Se me hizo eterna, no me parecía que hubiera argumento, sólo una sucesión de escenas típicas de películas de Jane Austen (baile, velas, susurros, vestidos largos, campo...) unidas por algo que dice ser una vida "imaginada" de Jane Austen y que en realidad no tiene ni pies ni cabeza.

De hecho la película se distancia tanto de la idea que yo tengo de Jane Austen que llegó un punto en el que era incapaz de sacar pegas y decir que tal cosa y tal otra en realidad no fueron así porque no había ningún punto en común donde poder pararse a comparar. Así que ni siquiera me pude indignar y poner en plan integrista. No, sólo bostecé y miré el reloj.

El martes cuando la retomé, no sé si porque me apetecía tan poco seguir viéndola o porque de verdad ocurrió, mejoró un poco durante unos segundos o minutos. Fueron la escena de la que pongo fotos (unas de las imágenes bonitas de la película, que no abundan, aunque alguna más hay) y una escena que va poco después. Pero luego... el batacazo fue aun mayor.

Y definitivamente Anne Hathaway no es mi Jane Austen para nada. En aquel vídeo de YouTube que descubrí hace tiempo se metían con ella por haber tragado helio y es que hay veces en que realmente lo parece. No me meto en si es buena o mala actriz (con un guión tan malo es imposible saberlo) pero desde luego en esta película no me pega. En cambio Maggie Smith está muy, muy bien y se lleva alguna de las pocas frases del guión que tienen un poco de chispa.

El final de la película me espantó (aunque ya lo había visto en el vídeo de YouTube y estaba un poco preparada). Y la escena anterior al final, donde Jane Austen se vuelve una mercenaria que parece que sólo escribe para poder vivir soltera y que de haber sido rica se hubiera tumbado a la bartola y encima es un chico el que pronuncia el famoso "it is a truth universally acknowledged..." no contribuyen a que la gente a la que le gusta Jane Austen termine la película muy satisfecha.

Y justo hoy me he enterado de que la BBC está ultimando Miss Austen Regrets, que por la descripción parece una especie de La Joven Jane Austen pero contado por una Jane Austen más mayor. Habrá que verlo, claro. Pero van a estresar a la pobre Jane.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Montserrat

Hace un ratito que hemos vuelto de Montserrat, donde yo no había estado nunca antes. Y mientras escribo esto bebo té (Earl Grey de Twinings) y como un pedacito de la deliciosa coca que hemos comprado allí arriba (entre otras cosas).

La verdad es que nos ha hecho un día espléndido al menos en lo que a sol y luz se refiere. Porque ahí en las alturas (que tampoco es para tanto: 720 m) hacía bastante fresquito, sobre todo a medida que se iba poniendo el sol. Así que no quiero ni pensar cómo se pondrá eso en pleno invierno. Brrrr.

Hasta allí no se puede llegar en tren, sino que se donde te deja el tren se puede coger o bien el teleférico o bien el tren cremallera. Nosotros hemos optado por lo segundo y la verdad es que es muy chulo ir subiendo por la pendiente y a la salida de cada túnel ver cómo se está cada vez más y más alto.

Un par de fotos de las espléndidas vistas:


Hemos hecho cola para subir a ver a La Moreneta (como se llama familiarmente a la Vírgen de Montserrat) después de dar una vuelta por la basílica, que es muy bonita. Hoy había muchísima gente y montones de extranjeros. Del camarín se sale al llamado Camino del Ave María, que está lleno de azulejitos con fragmentos del Ave María entre grupos de velas. Es bastante impresionante ver todas esas velas medio escondidas debajo de las rocas. Yo he encendido mi propia vela también.
Y luego hemos desempeñado nuestros papeles de auténticos turistas: hemos entrado en las tiendas de recuerdos (yo he comprado mi lápiz de recuerdo como manda la tradición), hemos comprado los dulces típicos (¡y hay que sumarlos a los panellets que aún nos quedan!): la coca que he dicho antes, el chocolate de Aromas de Montserrat (los aromas de Montserrat son un licor, así que dudo que pruebe nada del chocolate) y las rocas (una especie de pastas con clara de huevo y almendras, informaré más cuando las abramos).

Y eso es todo. Para concluir una foto más: