viernes, 30 de mayo de 2008

Hallelujah

Si el concierto del domingo consistiera en un par de canciones de These Days y la que pongo a continuación (cantada hace sólo un par de días en Hamburgo) yo me daría por satisfecha, a pesar de la brevedad, a pesar de la (posible) lluvia.

Oídla, aunque penséis que Bon Jovi no es lo vuestro porque de hecho la canción no es de Bon Jovi.

Parte 1:




Parte 2:


miércoles, 28 de mayo de 2008

Paréntesis

¿Qué culpa tengo yo si el nuevo disco de Alanis sale en plena semana Bon Jovi? ¿Quién se puede resistir? Yo no, además dentro de poco también habrá una Semana Alanis. Tengo curiosidad por saber qué tal está Flavors of Entanglement.

Sólo por hoy, ¿eh? Mañana retomo mis obligaciones para con Bon Jovi.

martes, 27 de mayo de 2008

Oh-oh

¿Aquí también sirve lo de llevarle huevos a Santa Clara?

lunes, 26 de mayo de 2008

Semana Bon Jovi

Igual que antes del concierto de Marlango (y de hecho para Marlango hubo dos, una para el concierto cancelado y otra para el de verdad), queda inaugurada oficialmente la Semana Bon Jovi. Claro que Manuel está mucho menos entusiasta que con Marlango y ni siquiera me ha dejado que le ponga una selección de las canciones típicas que seguro que tocan, y no será por haber insistido poco. Buuuuh.

Así que lo siento, a 6 días del concierto no puedo evitar martirizar a los pobres lectores que recalen en estas aguas y lo hago con la canción (y el vídeo) que lo empezó todo: This Ain't a Love Song.



Sólo pido que en el concierto haya alguna canción de These Days, igual que en Madrid hace ya 5 años e igual que anoche en Liepzig. These Days, que contiene la canción anterior, es sin lugar a dudas mi disco preferido de Bon Jovi y uno de mis discos preferidos en general. Lo habré oído como un millón de veces, y las que me quedan... Y mi copia está firmada por el grupo.

sábado, 24 de mayo de 2008

Alijo

Aun a riesgo de que las hordas de gente que leen este blog (ejem) vayan y me quiten todos los libros que quiero, no puedo dejar de recomendar mi hallazgo. Llevaba semanas sabiendo de su existencia pero por encontrarse fuera de mis rutas habituales no me había podido pasar antes. Ayer descubrí que desde donde estaba no había mucha distancia y que un par de autobuses nos conectaban de maravilla, así que por fin pude hacer una "pequeña" escapada a Hibernian books. No sabía qué me iba a encontrar, aunque las fotos de la web eran muy halagüeñas.

Crucé el umbral y la física no pudo evitar que el tiempo se parara y que me trasladara por arte de magia a cualquier librería de segunda mano del Reino Unido.

Y empecé a recopilar libros casi desde el mismo umbral, ya que bien cerquita tienen una estantería dedicada a Virago de pies a cabeza por unos precios excepcionales. Ahí me hice por fin con Angel de Elizabeth Taylor (no podía ser de otra forma después del éxito de Mrs Palfrey at the Claremont) y me tuve que convencer de dejar algún otro suyo que había con la promesa, ya desde esa primera estantería, de que volvería más temprano que tarde. Seguí el periplo mientras los nombres de autores que busco desde hace muchísimo saltaban en mi cabeza como pop-ups. Y yo pululando sin parar de una estantería a otra, de una sección a otra, de una letra a otra. Y sin parar de coger libros. Algunos me obligaba a devolverlos a la estantería con un "bueno, para la próxima" y otros los agarraba con todas mis fuerzas, como libros propios a los que has perdido de vista hace algún tiempo.

Al final el autocontrol y el hecho de que todo lo que llevara encima no llegara a 20 euros y no se pueda pagar con tarjeta (yo siempre a vueltas con la chatarrilla, qué mal) me permitieron salir con lo siguiente:

- Angel de Elizabeth Taylor como ya he dicho.
- Before I Say Goodbye de Ruth Picardie (hermana de Justine Picardie, autora de Daphne). Un libro del que sólo he oído cosas buenas y aunque se supone que está contado con sentido del humor, promete ser el libro más triste del mundo.
- Testament of Youth de Vera Brittain. Lo buscaba desde antes, pero no para de ser una referencia en mi lectura actual y eso me ha convencido aun más.
- A Very Private Eye de Barbara Pym. Una pena que no tuvieran también alguna novela suya, pero muchas entradas de esta autobiografía contada a través de cartas y entradas de diario han llegado a mi libro de diarios y siempre me gustan mucho. Además la portada que me encantó y el precio (hubiera sido barato incluso de haber sido en tapas blandas) no me dejaron devolverlo a la estantería.
- Tea with Mr Rochester de Frances Towers. Hace poco lo descubrí y el nombre me hizo gracia y lo añadí a mi lista de libros imposibles de encontrar en mis librerías habituales. En realidad es una colección de relatos cortos, uno de ellos que apenas llega a 20 páginas es el que le da nombre. Ayer casi me olvido de buscarlo, pero menos mal que miré en la T y allí estaba, con su portada clásica de Penguin, que tanto alabé cuando leía The English, y que en este caso tiene además el extra de ser de las auténticas y no una recreación.

Y ya digo que lo que llevaba encima no llegaba a 20 euros. Es decir, que compré cinco estupendos libros por menos de lo que cuesta una novedad editorial en tapa dura.

Conclusión: que poco importa que no estuviera en mis rutas habituales. Ahora Hibernian books tiene ruta propia y obligada, porque además, cuando pregunté cada cuánto solían recibir libros, me respondieron que cada día.

jueves, 22 de mayo de 2008

Al alcance de la mano

En estos días en los que no hace ni frío ni calor, ni sol ni lluvia sino todo lo contrario, llego siempre a coger el tren muerta de sed.

Hace unos días iba sedienta pero mentalizada de que no tenía suelto y no podría sacar una Coca Cola fresquita de la máquina (es llegar el calor (los ratos que lo hace) y pedirme el organismo Coca Cola fresquita). Lo sobrellevé como pude y deseé no tardar mucho en llegar a casa. Al día siguiente hice lo posible para generar suelto. Así, llegaba yo tan feliz a la máquina, sacando el monedero sin recordar que había hecho un gasto en calderilla de última hora que me había dejado otra vez sin nada suelto. En esta ocasión el golpe fue más duro porque no sólo no estaba yo mentalizada como el día anterior, sino que encima había ido concentrada en la botella en cuestión todo el santo día, independientemente de la sed, sólo por resarcirme. Me llevé tal chasco que estuve un rato mirando al suelo discretamente por si encontraba alguna moneda que complementara mi escasa chatarrilla. No hubo suerte, claro. Al día siguiente, para evitar dramas entré en un supermercado, compré cosas que necesitábamos y, entre ellas, una botella de Coca Cola. Pagué con tarjeta sólo por darme el gusto de evitar el drama de pagar en metálico.

Hoy me he puesto la chaqueta que he llevado todos los días esta semana. La chaqueta que ni da mucho frío ni da mucho calor ni se estropea si llueve ni desentona demasiado si hace sol. Hoy, como todos los días, me he metido el iPod en el bolsillo al salir de casa. Hoy he encontrado dentro de ese bolsillo en el que meto la mano todos los días una moneda de un euro que yo no he metido ahí recientemente y que me hubiera sido de lo más útil en mis dramas de la calderilla. Siempre hace ilusión encontrarse dinerito inesperado en el bolsillo, pero hoy me ha dado hasta rabia. Eso sí, la he dejado ahí, para emergencias de sed.

martes, 20 de mayo de 2008

Love in a Cold Climate (Amor en clima frío) de Nancy Mitford

Love in a Cold Climate (Amor en clima frío), de Nancy Mitford con su letra minúscula es uno de los libros que más ha paseado (por llamar así a caminar rápido-rápido) por Barcelona y que ha llamado la atención de más gente con su portada (normal, es preciosa) y, sobre todo, lo que es más de agradecer, me ha entretenido muchísimo cuando lo he leído por todas partes.

Quizá queda un poco por debajo de In the Pursuit of Love (A la caza del amor), en parte porque ese me abrió las puertas de las Mitford y en parte porque las andanzas de Fanny y la familia Radlett son únicas, pero este no está nada mal tampoco. Tiene esos golpes de humor crueles y cínicos tan característicos de las Mitford, que te desarman por completo en una sola frase. Inolvidable y divertidísima la gran mayoría de las conversaciones, pero en especial la que trata sobre Virginia Woolf y Mrs Dalloway y la que trata sobre el "extranjero" en general y sobre España (la de los años 20) en particular.

Fanny cuenta las excentricidades de una familia rica y bien posicionada en la alta sociedad inglesa. Sus idas y venidas, sus peleas y sus modas pasajeras. Mientras ella, mucho más comedida, habla también de su propia vida que, por contraste, es mucho más sosegada y algo más al uso.

Hay reencuentros agradables, aunque este libro trate menos sobre los Radlett y más sobre Fanny y los Montdores. Davey y, especialmente, las dos Radlett aún sin casar, Jassy y Victoria, son personajes de los que deseas que salgan pronto de nuevo en las páginas siguientes. Cedric, un personaje que se parece escrito en la actualidad por lo moderno que suena, y su obsesión por la moda, por la belleza, por los cuidados personales es único.

Me sorprendió enncontrar que había una editorial que ha publicado tres traducciones de novelas de Nancy Mitford recientemente. (El prólogo de A la caza del amor, de hecho, puede leerse online). Pero me parece buenísimas noticias y desde aquí las recomiendo alto y claro, sobre todo las dos que he mencionado. The Blessing (La bendición) viene incluida también en mi edición pero aún no la he leído. Me extraña que no hayan traducido Don't Tell Alfred, que continúa siguiéndole la pista a Fanny y que yo adquirí hace poco y que estoy deseando leer (pero me obligo a dosificar). También tengo ganas de leer formalmente alguno de los libros sobre las Mitford que tengo, pero dosifico igualmente. Hay que repartir.

Además hace poco me enteré y me hice con una serie basada en las dos primeras novelas (hay otra anterior incluso, de la que hablan en el prólogo que he dicho antes) y lo poco que he visto por encima tiene muy buena pinta. Así que no sólo se me acumulan los libros sino también las series/películas que voy descubriendo basadas en lo que leo. Qué stress, madre mía. Bueno, en realidad no.

(En la foto Nancy Mitford en Venecia, tan elegante como siempre.)

lunes, 19 de mayo de 2008

Al más puro estilo Guille

¿No es increíble la cantidad de pequeñas cosas que pueden hacerse (y tiempo que puede ahorrarse) mientras hierve el agua para el té?

¿No ez increíble todo lo que puede tened adentro un lápiz?

domingo, 18 de mayo de 2008

Suma

Teletrabajo + poco tiempo en casa = poco blog.

jueves, 15 de mayo de 2008

Hmmm

Menos mal que cuando estuvimos en Madrid a principios de mes comimos rosquillas de San Isidro que si no...

miércoles, 14 de mayo de 2008

Crisoles Brontë

Me he dado cuenta de que no he puesto ninguna foto del trío completo de Crisoles, después de la ardua búsqueda para conseguirlos todos. Lo mejor son las introducciones y los prólogos de cada uno, que siempre incluyen alguna joyita que me hace reír a carcajadas. Así que hoy, para resarcirme, pongo un par de fotos y los detalles por si a alguien le interesa buscar alguno:

- Jane Eyre, Charlotte Brontë. Número 198 de la Colección Crisol (Aguilar). Traducción y prólogo de María Fernanda de Pereda.
Joyas: dice que las hermanas eran de "Hawoers" (Haworth), que Anne escribió "The Tenant of Widfield Hall" (The Tenant of Wildfell Hall) y que Emily escribió "Wuthering Heigts" (Wuthering Heights).
Interesante: que se hace recuento, si es fiable, de las reimpresiones y ediciones del libro.

- Cumbres borrascosas, Emily Brontë. Número 199 de la Colección Crisol (Aguilar). Traducción de El Bachiller Canseco y prólogo de Joaquín del Val.
Joyas: que según el señor Joaquín del Val no hay nada nuevo bajo el sol. Todo lo que aporta Cumbres borrascosas, incluso siendo anterior, ya lo ha dicho después Machado, o Pérez de Ayala, o Stendhal. Define a M. Heger como "nuevo Gracián".
Interesante: habla de las primeras traducciones al castellano y los títulos que se barajaron. Tiene bibliografía.

- Inés Grey, Anne Brontë. Número 200 de la Colección Crisol (Aguilar). Traducción y Prólogo de Amando Lázaro Ros.
Joyas: para empezar el título traducido aún. "Pero ¡qué remanso sereno y qué sosiego cerrar la obra de Emily Cumbres borrascosas, y abrir esta Inés Grey de su hermana Anne! Es como saltar de un día de galerna en los mares norteños a una barcarola azul en una playa soleada." (Se ve que si la barcarola fuera, no sé, roja, la imagen sería muchísimo menos apacible, dónde va a parar). El señor Lázaro Ros menciona pero pasa por alto el contenido de The Tenant of Wildfell Hall, que, obviamente, sería como un agujero en el fondo de la barcarola azul en el resto de sus descripciones de esta Anne de "alma buena".
Interesante: la biografía que es más o menos, con sus errores, fiable. Pero sin duda lo mejor es el estilo con que está escrita, todo en la línea de la barcarola azul.
Cumbres borrascosas es el blanco. Emily siempre yendo contracorriente.

martes, 13 de mayo de 2008

El juego del ángel, de Carlos Ruiz Zafón

Sin duda, lo que más me molesta de leer un llamado best-seller no es que lo sea, sino encontrarme con críticas snob del libro en cuestión por ahí, que es lo que me ha pasado con El juego del ángel. Un vistazo a algunas páginas web que lo reseñan y se me pone un mal humor... Siempre me ha cansado un poco el término "comercial" cuando a fin de cuentas todo es comercial a no ser que se regale. El arte no comercial no existe. Así que me encuentro gente que presume de leer los clásicos, los grandes nombres y despreciar los nombres que están en boca de todos. Sinceramente, para mí la finalidad de un libro es que el lector disfrute de la lectura y me gusta ver a la gente leer (una de mis aficiones "secretas" es curiosear y hacer imposibles para averiguar lo que lee la gente que me rodea en el transporte público, etc.), no me importa tanto que al final resulten estar leyendo La Ilíada o El diario de Bridget Jones. Se entra además en el terreno fangoso de definir qué es lo que hace que un libro sea un buen libro y todo eso. Y una cosa no quita la otra por mucho que la gente lo quiera ver así: leer La Ilíada por suerte no es incompatible con leer El diario de Bridget Jones.

Dicho esto, y entrando ya en detalles, he encontrado un poco irritante que de vez en cuando en El juego del ángel cunda la autocompasión de Carlos Ruiz Zafón. No porque necesariamente esté en desacuerdo con lo que dice, pero sí por la insistencia y por el intentar colar el mensaje en el libro cuando, la mayoría de las veces, se vuelve tal discurso que no cuadra nada en el libro.

El libro de Zafón ni se vende como una obra maestra de la literatura ni creo que pretenda serlo, pero hay gente que no sabe distinguir. El juego del ángel engancha, se lee rapidísimo, entretiene, da miedo, pena, risa... Ayuda a pasar el rato y a hacer músculo si se lleva de un sitio a otro. Después de leerlo no me arrepiento de haber hecho cola para que me lo firmase en Sant Jordi, porque ha resultado ser lo que buscaba cuando esperaba en la fila, ni más ni menos. Y tampoco es que yo sea una lectora particularmente sesuda, pero creo que algún que otro buen libro sí que he leído.

Además, como a los del afán no comercial les gustan los autores sólo mientras no los conoce ni su vecino, yo puedo dejar constancia aquí de que yo leí las obras juveniles de Zafón cuando las acababa de publicar. Por eso cuando salió La sombra del viento a mí ese señor ya me sonaba.

Si tengo una crítica no es a la historia, sino a la edición (primera edición firmada). Con las prisas por sacar el libro a tiempo para Sant Jordi no debió de dar tiempo a editarlo en condiciones, si es que se editó. Así que una se encuentra con cosas como "bien venida" (siempre que se dice está mal escrita), "escritar" (por escrutar) y bastantes más errores tipográficos, plurales y singulares y masculinos y femeninos que no concuerdan. ¡Eso sí que es grave! No sé si cuenta como falta de edición el hecho de que aparezca la palabra "melindros" que en castellano no existe (como yo di fe hace algún tiempo) o que haya un montón de frases y expresiones que rechinen porque, por imposible que parezca, recuerden a malísimas traducciones del inglés (¿cómo se dobla algo "nítidamente"? Neatly folded suena muy bien, eso sí.) También me rechinaban otras construcciones y algunas expresiones que me sonaban poco corrientes para los años 30.

Supongo (más bien espero) que en futuras ediciones se pondrá remedio al asunto, aunque vengo notando que cada vez más las primeras ediciones son un caos tipográfico. No sé hasta que punto las editoriales no confían en recibir las correcciones de los lectores y ahorrarse el trabajo.

Me gusta, eso sí, ver Barcelona a través de los ojos de Carlos Ruiz Zafón. Leer descripciones de sitios que conozco bien o preguntarme si tal sitio o tal otro realmente existen. Creo que El juego del ángel generará aún más recorridos turísticos que La sombra del viento. Y serán recorridos bonitos, eso desde luego. La foto de la derecha la tomé en la cola el día de Sant Jordi. El edificio junto al que firmaba Zafón y que sale en la foto no es otro que el que aparece en la portada del libro.

Otra cosa que me gustó y me sorprendió es que había leído que el libro recordaba en ciertos aspectos a Jane Eyre. Ya no hago mucho caso de esto porque la mayoría de las veces el parecido es minúsculo. Pero después de leer algunas escenas, desayunando, le dije a Manuel que efectivamente había cosas que me recordaban muchísimo a Jane Eyre. Una página más adelante no pude evitar soltar un "¡oh!" y leerle a Manuel en voz alta:

-[...] Pero no más mando y ordeno, ni más numeritos a lo mister Rochester.
-Lo que usted diga, miss Eyre.
-Y no se haga ilusiones, porque no me voy a casar con usted aunque se quede ciego.

Y de hecho luego aparece alguna que otra referencia más. Me encanta encontrarme referencias Brontë en los sitios más insospechados. Y me encanta también encontrarme con personajes como Isabella que, creo, es de lo mejorcito del libro.

Conclusión: que no hace falta, al menos no a mí, encontrar el sentido de la vida en cada libro que leo. Pero sí me hace falta que un libro me entretenga, de un modo u otro, para seguirlo leyendo. Y El juego del ángel me ha entretenido mucho. Creo que ese es el objetivo del autor.

lunes, 12 de mayo de 2008

Qué hacer en un día festivo

Hoy es fiesta en Barcelona capital, pero no en la periferia. ¿A qué hemos dedicado el día de fiesta? ¿Hemos hecho una excursión cultural? ¿Hemos vagueado? ¿Hemos ido a desayunar y a dar un paseo por un parque?

Oh no, mucho mejor: hemos ido al chinopijo a comprar cosas como un cortador de ajos, un cortador de huevos, un rallador... Después a la ferretería a por una tabla de planchar nueva, que con la otra ya planchaba casi en el suelo de lo que se doblaba.

Luego al supermercado a por un par de ingredientes para el plato innovador de hoy (espaguetis con tomate y gambas) y después, como en el supermercado no tenían perejil, a la frutería donde he comprado cerezas para que no me miraran mal al pedir el perejil por la cara.

Y ahora estoy aquí, haciendo tiempo antes de meterme en la cocina a estrenar alguno de mis nuevos trastos de maruja.

domingo, 11 de mayo de 2008

Noche de viernes: Cumbres borrascosas 1998

Ahora que tanto se habla de futuras adaptaciones de Cumbres borrascosas (hay dos en el aire: una para la ITV y otra para el cine, a la que Natalie Portman*, después de decir que sí, ha terminado diciendo que no), nosotros el viernes vimos por primera vez la versión para televisión de 1998 con Orla Brady y Robert Cavanah en los papeles principales y un joven Matthew Macfadyen haciendo de Hareton.

No es una miniserie, es toda la historia condensada en cerca de dos horas. En ese aspecto, el de la condensación, no hay quejas. Sin que la historia se vea apresurada ni se salten muchas cosas significativas se cuenta todo lo que se tiene que contar.

Pero es lo que siempre pasa con Cumbres borrascosas. Los actores o no llegan o se pasan mucho con todo eso de la pasión, la desesperación y las desgracias amorosas. A ella le faltaba un hervor y a él a veces se le notaba un poco pasado de tuerca. Por no hablar de la escena inicial donde Heathcliff llama a Cathy mientras el maquillaje que pretende envejecer al actor se cae casi a trozos en un espantoso primer plano (espantoso por lo del maquillaje). No hablemos tampoco de las edades de los actores. Unos actores de treinta y pico años allá por 1998 interpretan a unos personajes que, para cuando Cathy se casa y se muere, no pasan de los veinte (y eso por darles un par de años de margen). Claro, luego los años pasan y nadie cambia. Sólo al principio/final se ven en la necesidad de gastar todo el maquillaje para envejecer que habían comprado, por aquello de no dejarlo sin abrir.

Incluyeron, eso sí, la segunda generación, cosa de agradecer en una adaptación tan cortita. Como cosa positiva, por cierto, destaco también la banda sonora que sin ser exactamente borrascosa se deja oír y acompaña bien a la historia.

Aún nos quedan algunas adaptaciones de Cumbres borrascosas y también las que están por venir. Aun así, por mucho que lo intenten empiezo a convencerme de que la versión definitiva de Cumbres borrascosas es una especie de utopía. Pero que lo intenten, que lo intenten...

*Hablando de actrices conocidas en papeles Brontë. Aunque parezca que Jane Eyre 2006 acabe de salir del horno ya se plantea otra adaptación. La nueva Jane Eyre podría ser Ellen Page (sí, la de Juno).

sábado, 10 de mayo de 2008

Imágenes de un viernes lluvioso

Ayer llovió en Barcelona todo el día. Y llovió en condiciones por fin. Me tuve que refugiar en mi Starbucks preferido mientras hacía tiempo para ir a donde había quedado con Manuel. No estaba el día para pulular. Hoy sigue lloviendo. (NOTA: no me gusta nada la lluvia, pero hay veces en que hasta yo la agradezco).
Comimos (muchísimo) en Gino's. Mientras yo intentaba (sin éxito) terminar con mis profiteroles nos dedicamos a ponerles caras. El mío es el sonriente de la izquierda, el de Manuel es al que ahora le veo cara de Hitler. Pululamos por el centro comercial en el que estábamos (ya digo que no hacía día para pulular por la calle) y cuando fue la hora nos encaminamos hacia el Versus teatre para ver: Ruddigore o la nissaga maleïda. Una adaptación al catalán de la opereta de Gilbert y Sullivan. La adaptación está modernizada y le han dado un toque gótico que no estaba en el original. De hecho durante todo el primer acto lo único que no hay negro en el escenario son las caras pálidas de los actores. El resto: patos, manzanas, cochecitos de niño... están pintados de negro.

El Versus teatre es como el Gaudí (de hecho es de la misma gente). Un escenario a suelo raso con filas de butacas en los dos costados (el Gaudí aun va más lejos y está rodeado por los cuatro costados) donde, sobre todo si estás en primera fila, tienes a los actores al ladito.

La obra, para mi gusto, tardó un poco en arrancar, pero una vez que lo hizo estuvo muy, muy bien. Nos reímos muchísimo. Un "trailer":

viernes, 9 de mayo de 2008

Anglofilia (continuación)

Ayer cuando Manuel llegó y vio la ensalada de pasta se empezó a reír, así que obviamente no era yo la única que veía la bandera inglesa. Y luego lo de la bandera casi tuvo hasta su razón de ser, pero creo que eso ya sí que fue más una casualidad y no mi subconsciente anglófilo.

Horas después de comer parte de la ensalada de pasta (hmmm... rica), estaba yo leyendo las entradas de los diarios que correspondían a ayer y de repente me encontré con una de Joan Wyndham en la que hablaba del VE Day en Londres en 1945:

[Después de mucha alegría por las calles y de que Joan Wyndham perdiera un zapato bailando con unos polacos] We linked arms and slowly made our way towards Whitehall--when we got there we were packed like sardines. Everybody was singing 'Why are we waiting?' and 'We want Winnie'--a few people fainted but suddenly all the floodlights came on, sirens wailed and there he was on the balcony making the V sign, just like on Pathé Gazette.
He made a wonderful speech but I don't remember very much of it except for the bit where he said, 'Were we downhearted?' and we all yelled, 'No!' Then we sang 'Land of Hope and Glory' and I think we all cried--I certainly did. It was one of the most exciting moments of my life.

[Después de mucha alegría por las calles y de que Joan Wyndham perdiera un zapato bailando con unos polacos] Nos cogimos del brazo y nos dirigimos despacio hacia Whitehall y cuando llegamos estábamos como sardinas en lata. La gente cantaba "¿por qué tenemos que esperar?" y "que salga Winnie [Winston Churchill]". Algunos se desmayaban pero de pronto se encendieron todos los focos, sonaron las sirenas y allí estaba él, en el balcón, haciendo el signo de la victoria, como en Pathé Gazette [como el No-Do].
El discurso fue maravilloso pero no recuerdo mucho aparte de cuando preguntó "¿perdimos la moral?" y todos gritamos "¡no!" A continuación cantamos "Land of Hope and Glory" y creo que todos lloramos, por lo menos yo lloré. Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida. (Traducción apresurada mía)

Acababa yo de leer esto y estaba tan feliz tarareando Land of Hope and Glory (el vídeo enlazado es de una Last Night of the Proms, impresionante oírlo completo) cuando entró Manuel en la habitación y dijo, muy seriamente: "tú... sabes que no eres inglesa, ¿verdad?". Buuuh, menudo aguafiestas.

jueves, 8 de mayo de 2008

Anglofilia

Suena a chiste, pero la primera ensalada de pasta de la temporada me ha hecho reflexionar sobre mi anglofilia:

La "decoración" ha salido espontánea, había apartado los huevos y sobraban tomatitos. Así que, ¿me ha salido la bandera inglesa por influencia de mi subconsciente también anglófilo perdido o es que donde la gente normal ve una hilera de tomates cherry y cuatro mitades de huevo mi mente sólo ve la bandera inglesa?

Vamos, la versión anglófila de qué va antes, el huevo o la gallina.

Watch Me Disappear, de Jill Dawson

Watch Me Disappear de Jill Dawson fue libro de Sant Jordi y como tal de preferencia instantánea en mi enorme lista de libros por leer.

Por lo visto Manuel lo tenía escondido desde hace siglos y por fin esta vez le llegó su turno, por Sant Jordi como debe ser cuando Manuel dice que el libro de Sant Jordi es su lectura innovadora del año para mí (de ahí que este año el libro de Espido Freire no pudiera ser el único, porque era casi a tiro hecho). Cuando me lo dio me dijo que pensaba que no lo conocería, pero de hecho justo unos pocos días antes yo había leído una crítica del libro por ahí, y me había llamado la atención.

Con los asesinatos de Soham de agosto de 2002 como telón de fondo e inspiración, Jill Dawson cuenta la historia de Tina, que un día de pronto se acuerda de su amiga de la infancia, Mandy Baker, que desapareció hace décadas en extrañas circunstancias cuando tenía casi once años y de la que nunca más se supo, sólo se encontró su bici junto al río. Tina, que ahora vive en Estados Unidos, vuelve a su pueblo inglés para asistir a la boda de su hermano y empieza a hacer memoria, a hacerse preguntas y, aunque así contado no suene serio leído en el libro encaja perfectamente, a tener visiones que van apuntando a lo que pudo ser de su amiga.

La lectura engancha, sobre todo desde la mitad más o menos hasta el final, incluso a pesar de que el final es claramente predecible desde el principio y probablemente a propósito. Es una historia de esas en que ninguno de los detalles están ahí por casualidad. A medida que vas leyendo todo va cuadrando y encontrando su sitio.

Resumiendo: un buen libro, pese a tratar un tema peliagudo.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Mi mañana en una imagen

He aquí la parte tangible de mi mañana: mi nuevo pasaporte (que sigue caducando el año que viene a pesar del cambio a la era moderna) y entradas para ver a Alanis Morissette (de esto hablo un poco más abajo). La parte no tangible ha incluido una carrera ensanche arriba por la que casi me quedo sin pierna y que me ha hecho cojear el resto del tiempo, probarme media tienda de ropa para salir sin ni siquiera una mísera camiseta, empezar a leer El juego del ángel y resentir su grosor a la hora de llevarlo a cuestas, una parada para comer y tomar un té en mi Starbucks preferido.

Y lo de Alanis tiene su parte de clarividencia. Desde hace unos días, siempre que me ponía el iPod terminaba optando por uno de los discos de Alanis. Muy mal, pensaba yo, cuando debería estar "poniéndome al día" con Bon Jovi, que ya sólo quedan 25 días para el concierto. Y ayer fue toda una cadena de cosas: abrí la página principal de Yahoo! (¿se puede decir Yahoo! en Blogger que es de Google?) y me di de bruces con un concierto exclusivo de Alanis, lo estuve oyendo, quedé encantada a pesar de que Alanis se haya Shakirizado (¡físicamente sólo!), y me volví a lamentar de que Alanis sólo fuera a actuar en el Rock in Rio de Madrid, entré en el MySpace de Alanis para lamentarme en condiciones con la lista de conciertos delante y, sorpresa sorpresa, no sólo no me pude lamentar, sino que me pude hasta plantear si realmente quería o no ir al concierto que dará el 29 de junio en el Espacio Movistar (¿se puede ir al Espacio Movistar si se es de Vodafone?). Al final, como las entradas no eran excesivamente caras y como podía aprovecharme del descuento de Manuel por ser de Movistar, terminé sacándolas y hoy las he recogido.

Junio va a ser un muy buen mes musicalmente hablando. El nuevo disco de Alanis, Flavors of Entanglement, sale el 2 de junio y lo que cantó en el concierto de Yahoo! que lo empezó todo me sonó de maravilla. Qué ganas de oírlo enterito. Mientras tanto una canción nueva: Incomplete.



El resto del concierto aquí.

martes, 6 de mayo de 2008

A 107 días de Nueva York

Vengo de hacerme unas fotos, porque mañana tengo cita para renovarme el pasaporte. No es que haya caducado, porque le queda aún un año de vida, pero después de preguntar a todo el mundo (casi literalmente, que me ha faltado poco para preguntar hasta a la gente con la que me cruzaba por la calle, y hasta llevé el pasaporte a Madrid con la idea de preguntar si era válido de verdad en la comisaría del aeropuerto, aunque al final no nos pasamos), he decidido que lo mejor es no fiarme de lo que diga la web de asuntos exteriores de los Estados Unidos acerca de los pasaportes válidos según fecha de expedición y hacerme directamente el último modelo.

La foto es porque entre las listas de mi cuaderno - no tantas ahora que hemos vuelto de Madrid y no hay cosas que llevar y traer - hay ya una de Nueva York: cosas que ver, cosas que hacer. Y va creciendo, incluso con alguna que otra cosa Brontë al otro lado del Atlántico. Además Manuel tiene deberes pendientes de mirar lo que se cuece en Broadway (¡Broadway!) para ir sacando entradas. Falta bastante, pero los preparativos ya han llegado.

Por otra parte, he añadido a la barra lateral un "elemento" donde se pueden ver los últimos comentarios, más para mí que para nadie más, que no quiero que se me pasen desapercibidos los comentarios que de vez en cuando hay en entradas antiguas a las que ya he perdido de vista.

lunes, 5 de mayo de 2008

Proporciones bíblicas

Si es que no se puede. Una va a Madrid y vuelve con siete libros repartidos entre la maleta y la mochila, dos propios hasta ahora aún residentes en Madrid y nada menos que cinco nuevos (en la foto). Menos mal que de los nuevos dos fueron una verdadera ganga.

Los otros tres no fueron tan "ganga" en el sentido estricto de la palabra, pero sí grandes hallazgos, todos Mitford. (Lo sé, a ver si dejo de comprar tanto libro Mitford y leo alguno de ellos en serio. Pronto, pronto.). Pero es que las Mitford son adictivas.

Tomando el brunch con la única lectora cargada con mis adquisiciones Mitford, me dijo que no podía ser bueno lo de comprar tantos libros, pero casi acto seguido me hizo saber que estaba en marcha la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Claro, es o una cosa o la otra y yo me quedé más con lo segundo que con lo primero. Allá que fuimos Manuel y yo esa misma tarde.

Prácticamente en el primer puesto encontré un curioso libro con una minibiografía de Carmen Laforet (pero lo máximo que hay escrito sobre ella hasta el momento, diría yo), una recopilación de fragmentos de textos suyos (ya los tengo todos...) y una recopilación de algunos artículos sobre sus libros, etc. De lo más completito y todo por 3 euros que al final el señor del puesto, sin regateo ni nada, me dejó en 2. Creo que se lo estaba deseando quitar de encima.

Y yo seguí en mi afán de dar con un Crisol de Cumbres Borrascosas. Iba pululando de estantería de Crisoles en estantería de Crisoles hasta que por fin di con él. Un poco maltrecho el pobre, pero no tanto como para dejarlo en el puesto después de meses tras él. Lo mejor de todo es que por estar maltrecho me costó sólo 5 eurillos (cuando normalmente costaría entre 15 y 20).

Ayer cuando llegamos los libros de Sant Jordi seguían exactamente donde los habíamos dejado sobre la cómoda; no se habían colocado solos mientras no mirábamos como yo casi había esperado. Así que hubo que poner sobre ellos los 7 libros madrileños a la espera de que las comunicaciones cómoda-estantería se reanuden en breve. Desde luego la pila de libros ha alcanzado proporciones bíblicas.

domingo, 4 de mayo de 2008

A quien madruga...

Hoy nos hemos tenido que levantar tan pronto para volver que hemos visto salir el sol desde Barajas y hemos volado en un avión que casi era un jet privado de lo vacío que iba.

Claro que yo lo recuerdo todo muy nebuloso hasta que me he despertado de la "siesta de antes de comer" (de casi dos horas) que había jurado y perjurado que no dormiría, pero es que llegar, deshacer la maleta, sentarme en el sofá y quedarme frita fue todo uno.

Iba a decir que la tarde ha sido algo más productiva, pero haber recorrido casi 600 km cuando la mayoría de la gente empieza a abrir los ojos en domingo (o se mete en la cama, que hemos visto muchos juerguistas de buena mañana) es bastante productivo, creo yo.