sábado, 16 de febrero de 2008

Caelum

Ayer para huir del tercer día seguido en que los obreros de al lado se pasan el día haciendo una zanja con una máquina de esas enormes que taladran no sólo el suelo sino también los timpanos y cuyo ruido te persigue hagas lo que hagas, me fui a Ikea a renovar nuestros tuppers y a hacer casi la compra semanal en la tienda sueca. Aparte de muchas otras cosas cuando llegué a la parte de los bollitos de canela cogí una bolsa y recordé el éxito que habían tenido calentitos la última vez. Cogí una segunda bolsa. Y una tercera. Y me cogí casi literalmente por el pescuezo y me alejé con mis tres bolsas y demás tentaciones.

Luego en Barcelona con Manuel después de comer tuvimos que tomar otra difícil decisión del estilo: ¿ir a tomar el postre a La Pallaresa en la calle Petritxol con su delicioso chocolate caliente o ir a nuestro últimamente abandonado (pero muy querido) Caelum con sus tés, sus bollitos de convento y, sobre todo, su ambiente único? Ayer ganó Caelum. Además así Manuel me pudo indicar bien el camino, que yo alguna vez que he intentado llegar nunca he sabido. Es lo que tiene que esté en pleno barrio gótico laberíntico.

Caelum es una delicia. En la planta principal tienen una parte de tienda donde venden todo tipo de dulces elaborados por monjas en conventos y una pequeña zona de "cafetería". Y en el sótano, que antes eran los antiguos baños judíos de mujeres, más cafetería. Hay alguna luz eléctrica muy flojita que resalta la arquitectura original y los ladrillos de los baños judíos, pero la mayor parte de la luz proviene de velas. Tienen un surtido enorme de tés y de los dulces que venden en la tienda (dulces estos un poco caros, todo sea dicho, pero merecen la pena). La atmósfera es muy agradable y dan ganas de pasarse ahí las horas muertas.

Y luego, tras una breve parada para comprar "buñuelos", directos al cine a ver nada menos que Sweeney Todd. ¡Ayer fue nuestro tercer viernes consecutivo con Sondheim! Y lo que nos queda: ya tenemos entradas para otro Sondheim en abril y en breve compraremos otras para otro espectáculo Sondheim. Pueden hacer un cartel: Barcelona ♥ Sondheim.

La película, cuya banda sonora suena mientras escribo esto, me gustó. Un poco gore a veces, pero ya sé que el original es así. Johnny Depp y Helena Bonham-Carter espectaculares (y con talentos escondidos para la canción), y Tim Burton muy fiel a sí mismo. Me gusta Alan Rickman, pero esperemos que nunca le dé por hacer carrera musical.

Mientras veíamos la película salía olorcillo de los "buñuelos". Y ni con las escenas gore dejaban de oler bien y gritar "cómeme". Pero fuimos fuertes y hemos resistido hasta el desayuno hoy. Y la verdad, cada uno que diga lo que quiera pero, ¿son o no son rosquillas lo de la foto? ¿Verdad que son rosquillas con su agujero en el centro? Pues no, aquí eso son los famosos buñuelos de Cuaresma. Muy ricos, sí, pero con sabor a rosquilla, no a buñuelo. Manuel me intenta convencer porque dice que precisamente se llaman buñuelos de viento por tener el agujero, pero a mí no me engaña: ¡los buñuelos de verdad van rellenos de crema o de nata o de chocolate! Esto son, definitivamente, ROSQUILLAS. He dicho.

2 comentarios:

  1. Son rosquillas. Doy fe.

    El sitio ese tiene un aspecto muy interesante en las fotos. Tengo que ir para alla y que me lleves a todos estos sitios!! Y comer buñuelos de mentira!! Si!!

    Mañana voy yo a ver Sweeney Todd, y yo voy sin conocimientos previos, a ver que tal. Besos!

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  2. ¡Ya me dirás qué tal Sweeney Todd!

    Y gracias por corroborar lo de los buñuelos/rosquillas.

    Yo encantada de llevarte a Caelum, por cierto.

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