martes, 26 de enero de 2010

A History of Haworth from Earliest Times, de Michael Baumber

Poco puedo decir de A History of Haworth from Earliest Times, de Michael Baumber*, más que a veces una tiene la necesidad de hacer una pequeña escapada mental - en el tiempo y en el espacio - a uno de sus sitios con encanto preferidos. Nunca dejará de parecerme curioso cómo, por ejemplo, Charlotte Brontë no veía el momento de huir de su no tan pequeño pueblo y los entusiastas Brontë de todo el mundo no hacemos más que desear poder volver allí.

Y ahora tengo aun más ganas de volver no sólo por lo que ya no conozco y no me canso de ver sino por lo que he tenido varias veces a la vuelta de la esquina y no me he acercado a ver por falta de tiempo o por desconocimiento. La última vez que estuvimos en Haworth Manuel y yo decidimos que íbamos a explorar un poco pero ocurrieron dos cosas: 1) que no sabíamos muy bien hacia dónde dirigir nuestros pasos y acabamos en una calle sin salida muy mona y muy típica y poco más y en parte como resultado y en parte como causa 2) el tirón de las zonas Brontë conocidas es demasiado fuerte y tienen el aliciente de que incluyen los páramos y que están situadas en la parte superior de la calle principal.

Cuando volvamos - aquí no hay "si volvemos" que valga - y gracias a este libro hay algunas cosas no Brontë que no me importaría visitar, otra cosa es que el tirón Brontë lo permita y que nos veamos con fuerzas de ir calle abajo sabiendo que luego hay que volver a subirla. De momento como no hay fecha para el "retorno", yo me contento leyendo las palabras de las Brontë, viendo fotos propias y ajenas y hojeando el material adicional sobre Haworth que tenemos en la estantería Brontë, que no es poco.

Haworth, a veces, puede ser un estado mental. Un estado mental positivo salvo que una sea Charlotte Brontë, quiero decir.

* Atención, atención: acontecimiento histórico. Este es el cuarto libro que leo en 2010 y nótese el balance poco habitual de la lista de lecturas: 3 libros escritos por hombres y 1 por una mujer. Lo digo ya: esa es una proporción que no se ve mucho en este blog.

9 comentarios:

  1. Me encanta eso que dices de que Haworth a veces es un estado mental...y además positivo.
    Y eso de contar con que desde luego vas,...que vamos...no es una opción, jajaja. Si te alojas en el mismo "hotel" que en la otra ocasión, verás mi firma del mes de Julio de 2008. En fin...
    Por otro lado, y dado que estas leyendo muchos lugares que visitar "brontë", me pregunto una cosa. Este libro, también habla de la época que pasó Brontë en Bruselas?? Y...aunque no venga en este libro...sabes por donde anduvo Brontë por aquellas tierras?
    Un abrazo gigante!!! Qué tengas muy buen día, con esta entrada,y pensando en Haworth SEGURO!!!

    ResponderEliminar
  2. Físicamente, jamás he estado en Haworth. Pero "anímicamente"...más que para Charlotte, yo tiro para Emily: leo y amaso y luego me tiro a pasear ( en mis casos, por los límites de la ciudad ).
    Esa es una visita obligada...que probablemente tenga que hacer sola porque A. opina ( tal y como oyó en el musical "A little night music") que " las Brontë le hacen dormir". Es muy majo, pero no se puede tener todo. ;)

    ResponderEliminar
  3. Hoy me he acordado de ti al leer el fragmento de A Room of One's Own donde habla de Charlotte Brontë. Por lo que cuenta, no me extraña que ella deseara salir de su pueblo y ver mundo.

    ResponderEliminar
  4. María: me he explicado mal, creo. El libro no va sobre las Brontë, sino sobre Haworth, donde las Brontë son un mero capítulo o dos en una historia de cientos de años. Así que no las sigue a Bruselas. Pero cualquier buena biografía Brontë debería hacerlo, aunque me temo que lo de seguir sus pasos en Bruselas no es nada fácil, puesto que el barrio del "pensionnat" donde se alojaban, etc. lo derribaron prácticamente todo años después. De hecho, en la Gazette de la que puse foto hace unos días, contaban que acaban de restaurar la placa que está en el Palais des Beaux-Arts (de estilo modernista, con eso te lo digo todo sobre cuándo se construyó) que está situado más o menos sobre lo que fue la Rue d'Isabelle, donde estaba el "pensionnat". De la zona de Bruselas que ellas tenían más vista en la actualidad sólo quedan pequeños rincones. (Y ojo que todo es de oídas, ¿eh? que yo no he estado en Bruselas). Así que la Rue d'Isabelle es un estado mental total, situado en Villette. (Y perdona que me haya enrollado.)

    Sobre el hotel creo que la próxima vez que vayamos cambiaremos. No por nada malo, sólo por curiosidad de probar otros :)

    Maelstrom: yo soy incapaz de elegir Brontë preferida o más afín. A veces me inclino más por Charlotte, pero creo que se debe más a la cantidad de material que hay sobre ella que a otra cosa. Emily con todo su misterio es irresistible. Y a Anne es imposible dejarla de lado y su vida es mucho más interesante de lo que parece a simple vista.

    Siempre puedes intentar una escapada a Haworth en mitad de otras menos "soporíferas" ;) Pero la visita de verdad te la recomiendo.

    Elvira: ¿y qué te está pareciendo? ¿Qué tal vas? Hay varias menciones/referencias a Charlotte Brontë (y a Emily) a lo largo del ensayo.

    ResponderEliminar
  5. Me está gustando cómo analiza las dificultades que antiguamente encontraban las mujeres para escribir (y para todo lo que no fuera cuidar del hogar, el marido o los hijos). Mientras mejor lo pensamos, más alucinante resulta el cambio de la mujer en el siglo XX. Yo añado que el control de natalidad hizo más por la independencia de la mujer que muchas otras cosas de las que se habla más.

    Con mi carácter, si llego a nacer en esas épocas, haría estado tan frustrada que habría salido eso en mis escritos, como comenta Virginia Woolf de Charlotte Brontë.

    ResponderEliminar
  6. Sí, el siglo XX, mirado en frío puesto que 100 años parecen mucho pero no son tantos, la progresión fue rapidísima. Aún estamos en ello, todavía creo que muchas de las cosas que dice Virginia Woolf siguen vigentes, pero la vida de una mujer en 1900 es totalmente diferente - en el mundo desarrollado - a la vida de una mujer en el año 2000. Nunca en 100 años habían cambiado tanto las cosas. De 1700 a 1800 la vida de las mujeres era prácticamente idéntica.

    ResponderEliminar
  7. Y yo nací en el año 54, lo que quiere decir que todavía quedaba mucho por hacer, mucho camino por abrir. Me siento orgullosa de haber contribuido con mi granito de arena. Hay miles de cosas por las que mi hija no tuvo ni que plantearse luchar por ellas, de lo cual me alegro mucho.

    ResponderEliminar
  8. Sí, es increíble cómo ahora damos por hecho cosas que hace sólo décadas no eran posibles. Ahora lo que choca es cuando esos logros no se ponen en práctica. Que no quiere decir que aún no queden cosas por hacer, claro.

    ResponderEliminar