domingo, 24 de enero de 2010

Mad Men

Ayer fue el primer sábado en mucho, mucho tiempo que no pasamos un rato en el mundo de la publicidad de los años sesenta: se nos han acabado las tres temporadas de Mad Men (Mad Men) que hemos visto una detrás de otra y ahora no nos queda más que esperar a la cuarta como al resto de la humanidad. Es muy duro.

Yo soy poco de fiarme (léase: coincidir) de las listas de "los mejores libros", "las mejores series", "las mejores películas" y ya he asumido que si hay pocos lugares comunes no es definitivamente ni porque yo tenga mejor gusto ni tampoco peor gusto. Es una cuestión de percepción. Y por eso no me fío. Que sea un buen producto no quiere decir necesariamente - no para mí, insisto - que esté bien. La primera vez que fui consciente de que existía una serie llamada Mad Men (quizá ya la hubiera oído antes pero no había prestado atención) fue cuando Javier Marías empezó a ponerla por las nubes. Dudo que Javier Marías y yo tengamos demasiados gustos en común a pesar de lo mucho que me gusta él, pero me hizo gracia verlo tan entusiasta con una serie. Después vinieron los blogs. Y después vino Manuel preguntando si me apetecía verla los sábados y tanto entusiasmo global me pudo y dije que sí (y creo que le sorprendí un poco yo a él). Mientras hemos ido viendo las tres temporadas no hay semana que no vea alabanzas de esta serie en algún sitio y suele aparecer en los primeros puestos de "las mejores series", a veces en el primer puesto directamente. Y sin querer hacer apología del borreguismo: ¡qué maravilla coincidir a veces con esas listas! Más que alabanzas a la serie parecen alabanzas al buen gusto de uno, ahora entiendo por qué la gente lee los libros que marcan y ve las películas que señalan: es todo para sentirse bien con uno mismo. Y cuando la serie gana premios, ¡ah, qué orgullo!

Alto y claro: si Friends es para mí la mejor sitcom de todas, Mad Men es para mí la mejor serie seria. Y lo puedo decir con más palabras pero no más claro: Mad Men lo tiene todo. Tiene un gran guión, tiene buenos actores, tiene unos decorados que hacen dudar que no la rodasen en los sesenta de verdad y la estén emitiendo ahora y una estética de lo más agradable (desde el logo hasta los vestuarios hasta la decoración, etc.). Si algo le falta es más Nueva York, pero el resto es tan bueno que da un poco igual. Mad Men no tiene pelos en la lengua y es tan realista - en el buen sentido de la palabra - que se pasa lo políticamente correcto por el forro: quiere mostrar las cosas tal y como eran y si para eso tiene que mostrar a gente que fuma y bebe sin parar, a embarazadas que fuman y beben, a gente negra en segundo plano y a hombres machistas en primer plano, pues lo muestra.

Y por supuesto Mad Men tiene a Don Draper, y eso es tener ya mucho terreno ganado. Hay guionistas a los que admiro y odio a partes iguales: los admiro por conseguir que un personaje como Don Draper me resulte irresistible y los odio por conseguir que un personaje como Don Draper me resulte irresistible. Don Draper no es más que una versión sofisticaday refinada (por dentro y por fuera) de Gene Hunt. El principio y la pregunta son las mismas: ¿cómo puede ser que un señor bastante machista (aunque Don Draper lo es - al menos de boquilla - menos que Gene Hunt), mujeriego, mentiroso y manipulador sea capaz de ganarse al público en el siglo XXI? Y sin embargo lo que ves es a este hombre que parece salido de los buenos tiempos de Hollywood, que con dos palabras es capaz de arreglar cualquier cosa, diplomático, galán, apuesto y lo demás da todo igual, se olvida rápido. (Podría ser peor: hay a quien le gusta Pete Campbell). Los guionistas y el magnífico John Hamm (el actor que hace de Don Draper) consiguen que a él le llegues a entender más o menos y que a quien no comprendas - al menos en caliente - sea a su mujer, a Betty. Luego fríamente lo piensas y los pones a cada uno en su sitio. Pero viene el siguiente capítulo de Mad Men y otra vez vuelta a empezar. Admiración y odio.

Y el resto de personajes son igual de complejos: Pete Campbell cae mal (en general, ya digo que hay a quien le gusta) sin saberse del todo por qué (bueno, porque uno se alía con Don Draper), Peggy va evolucionando y aunque a mí me caía mejor al principio, su cambio está muy bien logrado. Y Betty, la mujer de Don, es un mundo aparte. He visto que en algún sitio se metían con January Jones (ex modelo) y su actuación, pero a mí me parece brillante, dice las cosas con una mirada y un gesto y es tan chic ella. Con los niños me intriga mucho, porque no sé si es que ella es así o son los tiempos.

Recuerdo el primer episodio como si fuera ayer. Manuel no las tenía todas consigo de que Mad Men fuera a ser lo mío. Ahí estaba ya Don Draper y el tema del tabaco y la publicidad y todo comenzando de golpe y el espectador que no se entera de nada. Al acabar el primer capítulo yo estaba muy perdida y sólo el entusiasmo generalizado me hizo pensar que habría que ver más. Pero ese día Mad Men no me dijo gran cosa, la verdad. El día que la única lectora andaba por estas tierras y tuvo que tragarse el que posiblemente sea el capítulo más raro de toda la serie creo que se llevó la misma impresión. Hace poco leí una crítica de Mad Men que decía algo que me pareció muy curioso: decía que, como había dicho Virginia Woolf de Jane Austen, Mad Men es una serie difícil de cazar en plena grandeza. Y es tan cierto: qué difícil es señalar un párrafo de Jane Austen y decir: "aquí, aquí puedes ver claramente por qué Jane Austen es una de las grandes". Si Jane Austen es genial es por el conjunto que consigue elaborar a base de aparentes pequeñeces, de minucias. Pues con Mad Men lo mismo. Ves un capítulo de Mad Men y te quedas como estabas; ves Mad Men capítulo tras capítulo y te pasas al bando de los que la encuentran irresistible.

Mad Men, además, me demuestra que no leo libros tipo editorial Persephone porque sólo me interesen las vidas de las mujeres normales y corrientes. No, se confirma lo que yo ya pensaba pero tenía poca base para afirmar: me gustan las vidas normales y corrientes de mujeres Y hombres, pero parece que las mujeres son las que más se atreven con ellas. A los hombres, por los motivos que sea, les va más irse lejos, a grandes acontecimientos, grandes aspavientos, etc. En cambio Mad Men es un mundo muy de hombres visto desde un punto de vista de hombres (pero que, más medallas para los guionistas, tiene el mérito de conseguir que se vean ciertas injusticias sin necesidad de señalarlas con el dedo o de subrayarlas en amarillo: se lo confían al espectador del siglo XXI) en el que por supuesto hay mujeres, claro. Pero las historias son, en general, pequeñas, normales, cotidianas, basadas en pequeños detalles: desde una visita a un hospital, a un jarronazo en la cabeza, pasando por una llamada telefónica, un paquete de viejas fotos o una mirada que se centra en un niño pequeño.

En fin, que podría seguir hasta el infinito alabando Mad Men y haciendo tiempo hasta que llegue la cuarta temporada, pero lo único que haría sería repetirme y babear más.

Para los que estén tan enganchados como yo recomiendo:

- Este artículo en inglés.

- Y esta web: Mad Men Footnotes (puede contener spoilers, ojo), que demuestra que efectivamente eran otros tiempos (aunque el anuncio sea de 1936 no desentona con los años sesenta de Mad Men).

12 comentarios:

  1. Yo estoy ahora acabando de ver la 1ª temporada y pensar que me quedan dos por delante... bliss :-)

    ResponderEliminar
  2. Bliss indeed! :D ¡Que las disfrutes!

    ResponderEliminar
  3. ¡Magnífica reseña, Cristina! No sabía de la serie más que el nombre, y creo que ahora me he hecho a la idea muy bien.

    Tú tendrías que participar en revistas con tus reseñas, va en serio. Plantéatelo.

    ResponderEliminar
  4. He oído hablar de esta serie, pero un poco como a ti en los inicios, aún no me he decidido a verla.
    Después de leerte, me tienta,...quizá me decida.
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  5. Insonrible y tu no podeis estar equivocadas. Y, aunque yo soy más de asesinatos y monstruos variados, os voy a hacer caso. Además -¡qué demonios! - me encantan los hombres canallas. ;)

    ResponderEliminar
  6. Es la siguiente en nuesttra lista, en cuanto terminemos The Wire que estamos a mitad de la quinta y ultima temporada.

    Te recomiendo muchísimo The Wire y The Sopranos...lo que cuentas aqui del protagonista de Mad Men se parece mucho a lo que yo sentía viendo a Tony Soprano.

    Gran reseña

    ResponderEliminar
  7. Elvira: muchas gracias, pero mi reseña era más babeo incontrolado que otra cosa ;) Te recomiendo al serie en cualquier caso, que es cierto que, antes de verla, nunca sabes exactamente de qué va. Incluso después de verla cuesta describirla.

    María: pues cuando te decidas te encantará, ya verás.

    Samedimanche: jajaja... ¿estás segura de esa afirmación? Piensa que a Insonrible y a mí nos gusta Virginia Woolf también ;) No, pero en serio, yo creo que Mad Men podría gustarte mucho, nada que ver con la Woolf.

    Molinos: ¡qué suerte tener todo Mad Men por delante! Ya verás cómo os va a gustar.

    De The Wire mejor no hablar... El sábado acabamos de ver la primera temporada y a Manuel le gusta muchísimo pero digamos que a mí... no tanto, por decirlo delicadamente. Reconozco que es una buena serie; es problema mío y no de la serie, pero no conectamos. En cualquier caso continuaremos con la segunda temporada.

    ResponderEliminar
  8. A mi tampoco me dijo nada The Wire y, en teoría, es más de mi cuerda. En cuanto a Virginia Woolf...a mi hay cosas que si me gustan, es por hacer rabiar a Insonrible, más que nada.

    ResponderEliminar
  9. Jajaja... qué mala, hacerla rabiar con Virginia Woolf nada menos :D

    Qué consuelo lo de The Wire, que por cierto suele aparecer en las mismas listas que Mad Men, a veces en puestos superiores y a veces en puestos inferiores. Pero a mí, nada, no me dice gran cosa.

    ResponderEliminar
  10. Sólo puedo decir: ¡Qué grande Cristina! Una maravilla de entrada y estoy de acuerdo con todo lo que dices, esa sensación de amor-odio a Don Draper, lo glamurosos que van, lo bien guionizada que está la serie, la maravilla de vestuario y atrezzo... ¡No pararía!

    Por cierto ¿has visto que C+ y Javier Larrainzar han acordado diseñar una corbata a lo Mad Men? Si no la has visto, googléalo...

    Y una última cosa, ¿cómo no os gusta The Wire? Pero ¡si es genial! A la biblioteca ya nos han llegado las primeras cuatro temporadas y estamos todos revolucionados. :P

    ResponderEliminar
  11. El tuyo fue uno de los blogs que habló de la serie entre las menciones de Javier Marías y que la empezaramos a ver nosotros, así que tu mérito tienes :) Lo de la corbata lo vi hace unos días, sí, y también que la diseñadora de vestuario de la serie está preparando un libro (aunque creo que será más para "enseñar" a la gente a descubrir su propio estilo o algo así, pero aprovechando el tirón de Mad Men. No sé, yo me hubiera conformado con un libro sobre Mad Men a secas, la verdad).

    Y una puntualización sobre The Wire: a quien no le gusta es sólo a mí, a Manuel le encanta y lo tiene tan revolucionado como a vosotros en la biblioteca. Este sábado comenzamos con la segunda temporada. Yo lo seguiré intentando pero de momento me deja fría, igual que a ti Avatar.

    ResponderEliminar
  12. Una excelente serie que la gente tiene que ver, una crítica a la sociedad, que ha cambiado un poco, pero falta mucho, Matthew Weiner es un genio al crear esta serie, lo mismo con los soprano. Ojalá haya más temporadas.

    ResponderEliminar