martes, 22 de junio de 2010

Nightingale Wood, de Stella Gibbons

No me canso de recomendar Cold Comfort Farm, de Stella Gibbons, ahora por fin traducida como La hija de Robert Poste (que es el título que le dieron aquí a la película).

Lo malo del asunto hasta ahora era que, con todo lo que me había gustado, no podía leer más de Stella Gibbons porque el resto de su obra (en total escribió 25 novelas, 4 colecciones de poesía y 3 libros de relatos) porque estaba todo descatalogado y nunca encontraba nada de segunda mano. Así que me hizo mucha ilusión cuando vi que Virago reeditaba por fin otra novela suya: Nightingale Wood, publicada por primera vez en 1938, seis años después de su primera y famosísima novela.

Me hice con ella por fin en Londres en abril (prueba de las ganas que tenía de conseguirla es que la compré en la primera librería en la que entramos, Blackwell's, creo) y desde entonces no veía el momento de ponerme con ella.

Quizá por eso el principio no es que me decepcionara exactamente, sino que se me hizo un poco pesado, un poco lento. Me daban ganas de decirle a Stella Gibbons (ya muerta hace casi veinte años la pobre mujer): "sí, sí, ya nos has puesto en suficientes antecedentes, pero ¿cuándo empieza la acción?" No es que los antecedentes estuvieran mal, simplemente no parecían llevar ningún sitio.

En todo eso, sin embargo, había algunas cosas claras: primero lo moderno de la prosa de Stella Gibbons. Me encantan las bromas internas acerca de sus personajes o la creación y redacción de la historia que comparte con el lector y que forjan una complicidad única, como algo que dos comentan en voz baja rodeados de un montón de gente. Me gusta cuando los autores se dirigen a los lectores: famoso es el "lector" al que se dirige Charlotte Brontë en su obra, sin ir más lejos. Y después está el sentido del humor, también muy moderno, como muchos comentarios acerca de la sociedad de la época. De la época o actuales, a veces no hay separación temporal, como cuando se bromea con los hobbies de los adinerados y se dice que todos debían durar poco tiempo y ser muy caros. (A propósito de los ricos también se dice otra cosa que me hizo mucha gracia: "una de las pequeñas alegrías de los ricos es que nunca saben de qué serán sus sándwiches").

Es cierto que hay cosas un poco fechadas, pero son las menos, creo yo, y la modernidad del libro en general los anula.

La novela es una especie de Cenicienta moderna (por lo visto a Stella Gibbons le gustaba mucho esto de poner al día los cuentos de hadas y lo hizo en otras novelas): Viola Wither (atención al nombre, que viene a decir "viola marchita") es una viuda de 21 años que se casó con el hijo cuarentón y nada entrañable de los Wither. A la muerte de éste, que nadie parece lamentar demasiado, la familia política de Viola, modestamente adinerada y con un cabeza de familia de lo más tacaño, se ve en la obligación de invitar a Viola, que sólo tiene a unas tías, a vivir con ellos. El problema está en que Viola era hija de un tendero y había trabajado en una tienda, por lo que los snobs de los Wither la ven con malos ojos. Menos mal que Viola congeniará más o menos con una de las hijas, Tina, que siempre espera que pase algo emocionante. La otra, Madge, está muy ocupada con sus pasatiempos más bien masculinos. Pero a Viola este estilo de vida aislado se le hace pesadísimo.

En otra casa cercana, una familia de nuevos ricos (eso sí, riquísimos), son la envidia de todos los que les rodean y Victor Spring, el hijo casadero (cuyo apellido significa "primavera", no diré más), es el objeto de los suspiros de decenas de jovencitas. La madre de Victor es viuda y por más que ha intentado moldear a su sobrina Hetty a su gusto, esta se rebela siempre y se aburre muchísimo con el estilo de vida que llevan, llegando a envidiar el estilo de vida que imagina que llevan los Wither. Una representación gráfica del famoso dicho inglés de que "la hierba siempre está más verde al otro lado".

Si en todo esto incluímos a un vagabundo conocido como "el ermitaño" o a un chófer llamado Saxon el estilo y la historia son puramente Gibbons (o lo que yo conozco de ella, claro). Y también está el hecho de que demuestra, como tantas novelas inglesas, que se pueden tratar algunos temas serios con sentido del humor. El mensaje está ahí igual, pero contado de forma mucho más amena y ligera.

El caso es que cuando la historia coge velocidad entonces se vuelve imparable y todo lo que yo podía esperar de ella. Además es de esas que acaban contándote qué será de todos los personajes. Será que yo tengo poca imaginación, pero creo que todas las películas, libros y demás historias deberían acabar así, incluso si, como en este caso, hay que transformar una novela que quiere ser más o menos realista (situada en el contexto histórico tal y como sucedía, con alguna mención a la guerra en España o a las posibilidades de otra nueva guerra; es 1938) en una novela más imaginativa, puesto que es muy probable que la Segunda Guerra Mundial cambiara muchas cosas.

A ver si con un poco de suerte siguen reeditando novelas de Stella Gibbons. Tampoco me importaría poder leer la biografía, también descatalogada, de Stella Gibbons, dicho sea de paso.

10 comentarios:

  1. Hace unos meses leí "La hija de Robert Poste" y me encantó. He estado esperando la reseña de este libro desde que vi en tu barra lateral que lo estabas leyendo. Quizá me lo compre y lo lea... no sé. Dios, me puede el ansia!!!

    Besines ^^

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  2. Pues si te gustó La hija de... yo creo que este también te gustará. El otro es mucho más imaginativo, por llamarlo de alguna forma, pero este tampoco tiene desperdicio y los personajes, unos más que otros, son igual de especiales y particulares.

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  3. hola,
    vaya me están entrando ganas de leerme "la hija de Robert Poste", la sinopsis no está nada mal, a ver si me la puedo comprar más adelante. De momento tengo pendiente una trilogía que estoy leyendo titulada Crónicas del mago negro, y tengo pendiente La evolución de Calpurnia Tate

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  4. ¡Hola! Soy María, una lectora que te ha descubierto hace poco. A mi también me encantó "La hija de Robert Poste". No había leído nada de esa autora. Lo compré en Fnac en castellano. Me llamó la atención la cantidad de explicaciones que incluye el traductor. No había leído nada de esa editorial "Impedimenta". Me encanta la encuadernación. He comprado las recomendaciones que incluían en el propio libro: "La hija del optimista" de Eudora Welty, "Las vírgenes sabias" de Leonard Woolf, y "Santuario" de Edith Wharton. Ya te diré qué tal. Un saludo y gracias por tu blog.
    María

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  5. "demuestra, como tantas novelas inglesas, que se pueden tratar algunos tiemas serios con sentido del humor. El mensaje está ahí igual, pero contado de forma mucho más amena y ligera."

    ¡Cuánta razón tienes, Cristina! Parece que serio tenga que ser pesado, plomo, y no es así. Se pueden decir cosas profundas y verdaderas con una cierta ligereza, que no es lo mismo que superficialidad. Es como una elegancia natural, que por supuesto pueden tener personas muy inteligentes y sabias.

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  6. Amelia: pues cuando tengas un hueco yo te recomiendo que cueles La hija de Robert Poste. Creo que no te arrepentirás :)

    María: bienvenida y muchas gracias por el comentario. ¿Qué tipo de notas son las que incluye el libro? Y ya digo que es difícil conseguir leer más de esta autora. De su gran producción literaria la que mencioné ayer, Nightingale Wood, es la primera - aparte de La hija de Robert Poste, que nunca ha caído en él - que rescatan del olvido. Como te puedes imaginar, Christmas at Cold Comfort Farm y Conference at Cold Comfort Farm me tienen intrigadísima desde que leí Cold Comfort Farm (La hija de Robert Poste). Espero que traduzcan Nightingale Wood y lo puedas leer.

    La hija del optimista y las vírgenes sabias (que no sabía que estaba editado aquí) están en mi largísima lista de libros que leer algún día. Si los lees ya contarás.

    Elvira: es que es verdad, aquí para que algo se considere, no sé cómo llamarlo, ¿digno? ¿culto? tiene que ser pesado y denso y sin un ápice de humor. Y sin embargo las cosas entran mejor si se cuentan de forma amena. Vale que habrá temas con los que no sea posible, pero hay muchísimos que se pueden tratar de forma ligera sin, como tú bien dices, caer en la superficialidad.

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  7. Inglaterra tiene muchísimos escritores que sin ser humorísticos precisamente, saben escribir con un toque de humor sin caer en la frivolidad.

    De momento me espero a leerlo: todavía tengo pendiente Cold Comfort Farm, que creo que leeré en castellano. Supongo que este también lo traducirán: La hija de Robert Poste se ha pasado semanas en el número 1 de los más vendidos en la Casa del Libro. Ojalá recuperen más en Inglaterra...

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  8. No lo dudes con Cold Comfort Farm, sea en el idioma que sea, porque es una joya. Ya vi lo de las listas de ventas y me sorprendió pero me hizo ilusión. La verdad es que el libro se lo merece.

    Y sí, ojalá sigan recuperando más.

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  9. Queridas amigas,

    solamente quiero anunciaros que en febrero (el día 21, concretamente) publicamos la segunda parte de "La hija de Robert Poste", que titularemos "Flora Poste y los artistas". La traducción será también de José C. Vales, quien ya se ocupó de la primera parte. Y en otoño publicaremos "Nightingale Woods", ese delicioso cuento de hadas à la anglaise, una maravilla.

    Sigo vuestro blog y me encanta.

    Un abrazo fuerte de este editor,

    Enrique Redel
    IMPEDIMENTA

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  10. Gracias por la información. Justo este mismo lunes cogí un folletito vuestro y de la Fnac donde se anuncia el lanzamiento. Y qué sorpresa también lo de Nightingale Wood. Espero que tengan tanto éxito como La hija de Robert Poste.

    Por cierto que dejo constancia aquí también de que el título original de Flora Poste y los artistas es Conference at Cold Comfort Farm y quienes quieran leerla en versión original están también de enhorabuena ya que se pueden ahorrar los más de 50 euros que piden por ahí por ediciones de segunda mano ya que en agosto del año que viene lo reeditarán también en Inglaterra.

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