jueves, 9 de diciembre de 2010

Bizcocho de pistachos

No era mi intención desaparecer del mapa después de las velas de adviento y no es que me haya tragado la tierra estos días, sino que simplemente me ha engullido el sofá y la vaguería ha llegado a niveles insospechados. Fue una reclusión casi obligada después de que el lunes nos aventurásemos por calles céntricas y, un año más - no aprendemos - saliéramos de ellas escarmentados y con un sentimiento de odio profundo hacia la humanidad, sobre todo cuando se mueve en masa y se olvida de que se puede caminar a más de un paso por minuto. La idea era ir a una exposición que resultó estar cerrada (con lo cual el día ya comenzó mal) y luego pasarnos por la Feria de Santa Lucía (sólo conseguimos atravesar un pasillo sin ver nada más que los abrigos de la gente que nos rodeaba y con la señora que nunca puede faltar en las aglomeraciones: aquella que te va empujando en los riñones todo el tiempo). En cuanto pudimos salir nos alejamos sin mirar atrás; ya volveré yo algún día en que el planeta haya decidido concentrarse en otro punto. Después de eso Manuel hizo una escapada a la exposición temporal del MACBA y yo, sin muchas ganas (pero es que la exposición del MACBA tampoco me decía gran cosa), me di una vuelta por algunas tiendas en busca de inspiración y no la encontré. A comer y a volver a casa. Y después de eso nos alejamos voluntariamente del mundanal ruido, cuyo mejor refugio son el sofá y la manta y las palabras sosegadas de Nella Last.

Así que con tanta vaguería el lunes - y el martes y el miércoles - me dejé sin poner la repostería del sábado. Hoy pongo remedio a la situación y presento en sociedad nuestro bizcocho de pistachos.

La semana pasada, antes de dar con la tarta del diablo, Manuel le había echado el ojo al bizcocho de pistachos, pero como yo no recordaba si la crema agria que llevaba era la que se hacía a base de yogur griego o no (sí que lo era), lo dejamos en reserva para confirmarlo. Una vez comprobado que se podía hacer en casa, no hubo dudas - ah, qué maravilla - respecto a la repostería de esta semana.

Y la verdad es que fue una repostería muy acertada porque sale un bizcocho riquísimo. La única pega que le pongo es lo de pelar tropecientos pistachos y dejarse los dedos por el camino. Pero el resultado final, con el sabor en el paladar y la sensibilidad de los dedos recuperada, es muy bueno y ligerito.

Al final, eso sí, resultó como siempre que nuestra comprensión lectora con las recetas es más bien baja, ya que la crema agria no es tampoco imprescindible, ya que es por si se quiere poner relleno. Y al final el relleno que hicimos tampoco fue el que pedía la receta exactamente, ya que la receta mezclaba la crema agria con crema de limón. Estuvimos dudando si salir a por algún yogur de crema de limón o similares pero al final optamos por ver qué tal estaba la crema agria sola y, si no estaba mala, dejarla así. Efectivamente no estaba mal, sabía más que nada a yogur, así que renunciamos a la crema de limón. Lo que no hicimos fue lo de abrir la tarta y untarla entera, ya que luego, si dura días - como es nuestro caso - el bizcocho va absorbiendo la humedad y poniéndose correoso. Así que dejamos el bizcocho por un lado y el relleno por otro y a untarse cada uno su trozo antes de comerlo. Mucho mejor.

Y lo cierto es que el bizcocho sin relleno estaba muy bueno, pero el relleno le daba un toque fresquito y diferente muy agradable, incluso si era un relleno que nos habíamos sacado de la manga nosotros. Estaba muy rico.

Así que seguro que repetiremos porque fue un pequeño gran éxito.

Y no me olvido de la película clásica del domingo, esta vez muy, muy conocida: Adam's Rib (La costilla de Adán), de 1949. Poco se puede decir que no se haya dicho ya y siempre es un placer reencontrarse con Katharine Hepburn (con Spencer Tracy también, pero le conozco mucho menos). Desde el domingo, eso sí, nos dan ataques espontáneos de Farewell, Amanda.

12 comentarios:

  1. En El Corte Inglés (súper), tienen, sección natas y similares, una nata agria de la casa Vraie de lo más recomendable. La mantequilla de esta casa también es muy buena (sabe a mantequilla y todo).

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  2. Yo estuve el martes en Barcelona. Visita frustrada al Cosmocaixa, con una cola que nos hizo desistir, al Tibidabo y por la tarde, por el Barri Gòtic, la catedral y la feria, con dos adquisiciones para mi pesebre. Y aunque esto lo confieso sólo aquí (ahora me doy cuenta que uso tu blog, en lugar del mío, para hacer mis confesiones) lo mejor del día, fue la merienda en el Starbucks, en esta ocasión el de la calle Ferran.

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  3. YO intento evitar los lugares donde hay mucha gente porque me agobia mucho el paso lento de algunos que me desesperan y acabo por ponerme muy nerviosa y echando humo por las orejas.AHora con las niñas es imposible ir a sitios así, con lo cual lo agradezco.

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  4. En El Corte Inglés venden (o al menos vendían hace unos años) bolsas de pistachos pelados. Si no son muchos los que necesitas puede ser una solución, por que pelarlos es un latazo.

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  5. Ohhh, Farewell, Amanda. ¡Ahora yo tampoco podré quitármelo de la cabeza! Estupenda película:))

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  6. Me ha hecho mucha gracia lo que explicas de la típica señora que te empuja por los riñones. También me he acordado de cuando trajimos montañas de pistachos de Estambúl (de hecho creo que aún nos quedan) y cada vez que Ángeles decidía hacer algún postre pistachil me tocaba a mí pelarlos. Entonces me ponía frente al televisor y pela que te pela llegué a coger mucha práctica. Por cierto, en Tarragona fuimos a una tienda de tés (como no) y me compré una tableta de chocolate con...pistachos!!! estaba de muerte (ya casi me la he acabado).
    Besos

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  7. Uyss odio las multitudes en cualquier situación, sacan lo peor de mi, de hecho ni en el cine me gusta la "masa". Hago lo que vosotros, ir en la dirección contraria.
    Si que es pesadito pelar pistachos, habra que buscarlos pelados,como dice Malglam.
    La costilla de Adán es tann chula, ays esa escena en la que se estan dando masajes y se entusiasman con las palmaditas, de pequeña me gustaba mucho esa pelicula, me hacía mucha gracia oir el nombre de Amanda, mi madre se llamaba asi y mi hermana mayor tambien se llama Amanda, pero hace unos años era un nombre poco habitual y me chocaba oirlo en una pelicula antigua.

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  8. Pues no me gustan los pistachos pero el bizcocho tiene una pinta fantástica. Además, lo de rellenarlos con algo les da un toque, como dices, muy resrescante. Yo lo probé hace poco con la mermelada de melocotón y el resultado también fue riquísimo. Es un buen sistema :D

    saluditos

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  9. Donde puse "resrescante" quise decir "refrescante"... :P

    +saluditos

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  10. Claudio: lo sé y también en Carrefour (no sé la marca). Pero es que no tengo ninguno de los dos enfrente de casa y me da mucha pereza ir de acá para allá en busca de un solo ingrediente. De lo que tomo nota es de lo de la mantequilla para la próxima vez que vaya al supermercado de ECI.

    Mar: qué buena visita, aunque siento lo del Cosmocaixa. No me extraña tu confesión porque, en los días de muchedumbres y fresquito, hay pocas cosas mejores que poder refugiarse en uno y descansar un rato. Si quieres confesión por confesión yo te diré que nunca he estado en el Tibidabo ;)

    Amelia: reaccionamos igual entre las masas humanas entonces. Yo es que creo que me olvido de un año para otro de lo agobiante que son los sitios céntricos en pleno puente de diciembre. Debe de ser una especie de defensa: mi mente lo borra. Lo malo es que al año siguiente vuelvo a ir.

    Malglam: pues me lo apunto también para la próxima visita al supermercado de ECI. A este paso voy a tener que llevar un remolque ;) Desde luego si los siguen teniendo me parecen una gran idea.

    Elena: bienvenida al club de los que tenemos esa canción metida en la cabeza ;)

    Enrique: ¡qué lista Ángeles! Manuel no recuerdo con qué andaba liado que sólo tuvo que pelar unos poquitos pistachos, la mayoría fueron obra mía. Nos merecemos un monumento. Vuestros pistachos de Estambul debía de estar riquísimos, ¿no? Y a Manuel le encantaría el chocolate ese que dices...

    Ángeles: qué curioso lo que cuentas de Amanda, porque efectivamente parece un nombre muy poco común, incluso ahora. ¡La escena del masaje en la película es divertidísima! Y las del juicio cada vez más surrealista... Es una joya.

    Lillu: a mí la mermelada no me suele gustar pero reconozco que alguna vez que hemos rellenado un bizcocho con mermelada de melocotón como tú dices ha quedado para chuparse los dedos.

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  11. Me encanta la Hepburn. Siempre ha sido mi actriz favorita, y cuando lo decía con quince años, hace mucho ya, mis amigas me miraban extrañadas.
    Buena pinta tiene el bizcocho, lo que me echa para atrás es lo de pelar los pistachos
    Besos
    Emma

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  12. Katharine Hepburn es una maravilla: tienes muy buen gusto ya desde jovencita :)

    Y sobre los pistachos ya ves que Malglam más arriba decía que en el supermercado del El Corte Inglés le ha parecido verlos pelados. Habrá que indagar.

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