martes, 26 de mayo de 2009

Shakespeare: The World as Stage, de Bill Bryson

Ya era hora de leerlo por fin, porque Shakespeare: The World as Stage, de Bill Bryson llevaba esperando su turno desde mi cumpleaños hace ya cerca de un año, pero cuando no era por una cosa (en el viaje a Nueva York me había llevado un libro de Bill Bryson y me gusta espaciar los libros del mismo autor) era por otra (un libro dejaba paso a otro y por un motivo u otro nunca quedaba hueco para este). Pero el otro día me puse seria conmigo misma y lo saqué por fin de la estantería. A pesar del tiempo transcurrido siempre me ha apetecido mucho leerlo.

Y por suerte no me ha defraudado lo más mínimo. Salvo por el pequeño roce que Bill Bryson y yo tuvimos con Neither Here Nor There siempre solemos entendernos de maravilla. Escribe de forma amena, entretenida y, cuando la ocasión lo requiere, incluso divertida y es de esa gente que es capaz de convertir el tema más árido en algo muy vívido. Claro que la vida de Shakespeare no es nada árida, pero yo siempre agradezco que los autores sepan prescindir del lenguaje académico. Y es que de hecho esta biografía de Bill Bryson está escrita para cualquier ciudadano de a pie, es muy breve, muy directa, no se va por las ramas, cuenta lo imprescindible (con alguna que otra curiosidad irresistible tanto para el autor como para el lector) y está muy bien contada.

Bill Bryson comenta desde el principio que su biografía va a centrarse única y exclusivamente en lo que se sabe de Shakespeare con certeza, de ahí que la biografía no llegue a las 200 páginas. Especulaciones y teorías hay muchas pero las pruebas y los hechos escasean. Empieza por ejemplo, mirando los tres retratos que con más seguridad están más cerca de ser auténticos - porque hay bastantes más - (1, 2, 3; el dudoso 4 salio a la luz después de la publicación del libro) y demostrando que o bien no se puede afirmar que sean de Shakespeare o bien sí pero son muy malos. Continúa diciendo que existe muy poco del puño y letra de Shakespeare (ninguna obra, ninguna carta), entre otras pocas cosas sólo seis firmas y curiosamente ninguna de ellas escribe el nombre como lo escribimos actualmente. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta cómo lo hubiera pronunciado él o si en Londres y su ciudad natal de Stratford se pronunciaría de forma diferente (tanto la ortografía como la pronunciación estaban en pleno proceso de desarrollo en ese momento y eran muy variables; Shakespeare no era el único que variaba a la hora de escribir su nombre). Y eso es sólo la superficie, pero un patrón que se repite durante toda la vida de Shakespeare: nada queda claro y cualquier cosa da pie a otro misterio más. Como dice Bill Bryson, Shakespeare es el equivalente literario de un electrón: siempre está y nunca está (aunque Manuel, sin entrar en detalles, me dejó caer cuando se lo comenté que Bill Bryson no ha terminado de entender la teoría, y sería de esperar que sí después de haber escrito A Short History of Nearly Everything (Una breve historia de casi todo)). Así que como ese símil lo tenemos en tela de juicio me quedo con otro que aparece también en el libro y que es mucho más poético: que Shakespeare nunca deja de ser una sombra en su propia biografía. Aunque en realidad resulta que se sabe mucho más de él que de muchos otros autores de la época.

Es increíble y muy, muy ameno cómo Bill Bryson nos va acercando a Shakespeare (lo máximo que puede acercarnos, que no es mucho) mediante un pequeño aunque importante "rodeo" a través de la sociedad isabelina en general, Londres en particular y el mundo del teatro más en particular aun. Todo ello fascinante y plagado de anécdotas increíbles. El Londres de la época era radicalmente diferente al que conocemos hoy, con murallas y un Támesis que fluía con libertad, acechado siempre por la plaga y otras enfermedades. Sirva de ejemplo tanto para Londres como para la sociedad de la época el decir que en la antigua Catedral de San Pablo había casi de todo menos servicios religiosos: mientras el cura (que era protestante, claro) intentaba seguir con lo suyo, en la iglesia había mendigos, puestos ambulantes, gente haciendo fogatas, niños jugando a la pelota... En fin, que lo de Jesús y el Templo no se limita a los tiempos de la Biblia.

Y el teatro, claro, era también otro mundo del que se conoce muy poco y casi siempre gracias a turistas que pasaban por Londres y comentaban lo que habían visto. De haber sido por los propios londinenses del momento sabríamos menos aun. La reconstrucción nueva de The Globe - el teatro de Shakespeare - en Londres se basa en descripciones de otros teatros de la época y aunque The Globe se describe como una "gran O", de ahí que la reconstrucción sea redonda, resulta que en la época no sabían curvar la madera por lo que lo más probable sea que fuera un polígono de muchos lados. También resulta que la reconstrucción no está exactamente donde estaba el teatro (que se quemó incluso antes del Gran Incendio de 1666). Yo sólo lo he visto por fuera (y he aquí una foto de nuestra última visita) pero Manuel sí que ha visto alguna obra dentro. Yo entraría encantada de no ser porque las entradas asequibles exigen pasar toda la obra de pie y las que permiten sentarse cuestan un ojo de la cara.

Todo el libro está muy bien (las anécdotas sobre los investigadores y sus investigaciones sobre Shakespeare son buenísimas también) , pero quizá lo más divertido al más puro estilo Bill Bryson sea el último capítulo, donde se trata el tema de la autoría (cuya entrada en la wikipedia, en inglés, acaba de engancharme durante más tiempo del que debía; en español también está pero mucho menos completa). Ahí Bill Bryson no se corta un pelo y se ríe de todas las teorías, unas más alocadas que otras, sobre el tema. Una frase que vendría a resumir cualquier intento de robarle a Shakespeare su propiedad intelectual sería la que Bryson aplica a una en concreto: "esta teoría sería excelente de no ser por la falta de pruebas que la corroboren". Y es que yo estoy con Bill Bryson y los defensores de Shakespeare como Shakespeare. Qué manía tan tonta eso de pensar que por ser de origen humilde (y en realidad no tan humilde) no pudiera necesariamente haber escrito obras como Hamlet o MacBeth. Así que los anti-Stratfordianos se dedican a buscar a gente, cualquiera con tal de que no sea el que ellos llaman despectivamente "el hombre de Stratford", a la que encasquetarle las obras de Shakespeare. En fin, que para una vez que no hay un misterio, van estos y se lo buscan. Como si no hubiera suficientes misterios en la vida de Shakespeare o en su obra (¡los sonetos! ¡qué intriga!).

Bien por Bill Bryson y bien por el misterioso e interesantísimo William Shakespeare.

EDITADO para añadir: que el libro se ha traducido y está a la venta desde el 3 de septiembre de 2009 como Shakespeare, editado por RBA. ISBN: 9788498675993.

10 comentarios:

  1. Adoro a Bryson. Me parece un gran escritor, puede parecer frívolo y superficial de primeras, pero todas sus obras tienen un gran fondo de documentación y estudio, y aún que seán fáciles de leer no por ello debemos creer que son fáciles de escribir.
    Yo siempre lo recomiendo.

    ResponderEliminar
  2. Coincido totalmente. Por eso comentaba de pasada lo del lenguaje académico, porque hay veces que parece que para dar la impresión de saber mucho la gente siente la necesidad de recurrir al lenguaje y el estilo barroco. Y Bryson demuestra que no es así, que con buena documentación, buena capacidad de síntesis y un estilo abierto y sencillo se consigue transmitir e interesar al lector mucho más.

    ResponderEliminar
  3. Menudo par de expertas. A ver si montáis una librería con dos sedes: una en Barcelona y otra en Madrid. :-)

    ResponderEliminar
  4. Yo quiero trabajar en esa librería ( sede, barcelona!)...yo también soy fan de Bryson...y creo que voy a pasar de la recién traducida mega-tocho-biografía de P. Ayckroyd y me voy a lanzar a por Shakespeare en la lengua de Shakespeare en cuanto acaben las clases y pueda tardar un mes en leer un libro...

    ResponderEliminar
  5. No conocía a este autor...lo anoto de inmediato en la libreta...Gracias.
    La foto del teatro, una pasada!!

    ResponderEliminar
  6. Elvira: qué proyecto tan ambicioso, ya una cadena de librerías desde el principio ;)

    Samedimanche: la bio de Peter Ackroyd seguro que está bien pero también es verdad que la de Bryson sirve de buena introducción (claro que igual tú ya conoces más sobre la vida de Shakespeare y no lo necesitas, no sé). Es muy cortito y Bill Bryson ya digo que no se caracteriza por un lenguaje enrevesado ni nada, ya verás cómo lo lees más rápido de lo que piensas.

    María: pues Bryson tiene bastantes libros traducidos, aunque creo que mi favorito, que es sobre Inglaterra, no lo está (en inglés se llama Notes from a Small Island).

    ResponderEliminar
  7. María: en castellano no puedes perderte "Historias de un gran país" sobre USA y "En las antípodas" sobre Australia. Son estupendos y muy, muy divertidos.

    ResponderEliminar
  8. Cristina, acabo de recibir el Boletín de Novedades de la Editorial RBA y para septiembre sale la traducción en castellano.

    ResponderEliminar
  9. ¡¡Gracias por la información, Roberta!! :D

    ResponderEliminar