Los dos sábados que pasaron mientras iba contando lo de Nueva York hicimos repostería.
El primer sábado, pese a haber comido también muchas cosas con arándanos azules en Nueva York, nos decantamos por repetir el delicioso helado de arándano azul. No sé si porque esta vez le puse un poco menos de nata de la que decía la receta (la otra vez me había sabido un poco demasiado a nata) o por algo de los arándanos quedó de este color espectacular y casi irreal parecido al de las patatas azules que en esta ocasión también tomamos una vez en Nueva York para recordar viejos tiempos.
Y estaba para chuparse los dedos.
Y el sábado anterior a este (de última noche de los Proms y scones, etc.) optamos por algo también muy británico: una tarta Victoria sándwich. Pese a tener varias recetas no sé de dónde me saqué que esta era la más tradicional y al final resultó ser la menos tradicional de todas, creo yo. El relleno es a base de mermelada de fresa o frambuesa (las mermeladas sólo las tolero en bizcochos). Nosotros pusimos de fresa para gastar la que nos había sobrado de, curiosamente, la tarta inglesa de almendras (la anglofilia se me está desbordando en un sólo párrafo como la mermelada en la Victoria sándwich) y el relleno en este caso es a base de buttercream (mantequilla con azúcar) y canela, cosa que hace que no se parezca a la típica imagen de la Victoria sándwich, que es el bizcocho (cuatro cuartos) relleno por dos capas, una blanca y otra roja. Pero bueno, pese a no estar nada convencida con el resultado visual inicial, el sabor me hizo reconciliarme con la receta rápidamente.
Investigando descubrí que en realidad la Victoria sándwich clásica es sólo con mermelada, aunque lo de añadir nata ahora quizá está más extendido que la tradición. Y lo del buttercream tampoco es extraño pero, efectivamente, menos tradicional.
Y para seguir con el batiburrillo de fechas: la película clásica de este domingo fue Roxie Hart (Roxie Hart), de 1942 con Ginger Rogers. Una de las muchas adaptaciones de la historia que ahora se conoce como Chicago. Muy curiosa.
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Hace 5 días
Me quedo con el helado de arándanos, tiene una pinta bárbara. Y con lo viciosa que soy yo con los helados...
ResponderEliminarYo creo que te gustaría. Y el sabor era mejor incluso que la pinta :D
ResponderEliminarOh, el helado es impresionante!! Me encanta el color! Y fíjate que no conocía la Victoria Sándwich esa, tiene una pinta fantástica también. Sois unos experimentados reposteros ya! :)
ResponderEliminarsaluditos
Vaya, no sabia que la historia de Roxie Hart, que conocía de "Chicago", tenía tantos antecedentes en el cine. Y encima resulta que está basado en un suceso real (convenientemente dulcificado por Hollywood).
ResponderEliminarLillu: yo no tengo tan claro lo de experimentados, la verdad. Cada sábado me sigo sorprendiendo cuando sacamos algo comestible del horno ;)
ResponderEliminarElena: a mí me pasó como a ti el domingo entonces. En esta versión el código Hays les obligó a dulcificar la historia, claro. ¿Has visto fotos de la tal Beulah Annan (una de las protagonistas de las dos historias reales en que se basó)? Son muy curiosas.
¡Qué impresionante el color del helado de arándanos azules! Me pregunto qué sabor tendría.
ResponderEliminarVivir contigo debe de ser una perdición para la figura, pero a la vez un gustazo para el paladar :-)
Saludos,
Noemí.
Me alegra que te guste el color del helado. A mí también me encantó :)
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