Esta mañana nos hemos encontrado con un montón de fresas demasiado maduras. Ya estaban las pobres de camino hacia la basura cuando casi he notado eso de la bombillita que se te enciende: íbamos a hacer un batido con ellas. Así que con un puñado de fresas, un poco de leche a ojo y un poco de azúcar a ojo nos han salido sendos vasos de batido de fresa riquísimo.
¿Y con las fresas que aún se podían comer en estado sólido? Una fondue de chocolate y a mojarlas.
Sí señor, un desayuno poco variado pero bien rico.
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