lunes, 8 de septiembre de 2008

Caminata


Diría yo que, salvo para ir y volver del aeropuerto, no pisé nada que no fuera Manhattan. No sé dónde empieza Brooklyn, pero a no ser que empiece en la mitad del puente de Brooklyn creo que no llegué a pisarlo. Mi teclado empieza a tener desgastadas las letras de las palabras enorme y gigante, pero el puente de Brooklyn también lo es. Me impresionó, sobre todo, el cableado, que le da un toque espectacular. Y lo largo y complicado que es andar por él. Las bicis van y vienen y una marea de gente cruza de un lado a otro.

Una de las postales que mandé desde Nueva York era de este puente y, al explicar qué se veía en la foto, decía que el puente de Brooklyn es el único sitio donde un avión puede volar sobre un peatón que camina sobre un coche que circula sobre un barco que navega sobre un tren. Me gustó muchísimo la idea (que es una realidad desde hace muchos años).

Ya digo que no llegamos a cruzarlo entero, nos quedamos justo donde se arremolina todo el mundo para ver el "panaroma" (nota al señor que forjó el hierro de la placa aquella... es panorama, chico).

He dicho antes que había muchísimas bicis que iban y venían por el puente. Desconozco si es habitual o se debía a que muy cerca, en Manhattan no en Brooklyn, había una clase "pública" para aprender a montar en bici y había algunas calles cortadas por las que debía de circularse que daba gusto. Fuimos muy malos - malísimos - pero nos reíamos bastante (pero bajito y discretamente) de los pobres principiantes, que ya eran mayorcitos además (más vale tarde que nunca, eso no lo niego).

Antes de pasar por el puente de Brooklyn veníamos de conocer el parque del City Hall: bonito, como todos y alumbrado permanentemente - incluso de día - con farolas de gas. Después del puente de Brooklyn seguimos callejeando y viendo un poco de Chinatown y del cast iron district (¡qué casas más bonitas!). TriBeCa y Little Italy estaban en el ambicioso plan inicial para el día pero nuestros pies dijeron basta. Y así llegamos a la famosa - para quien haya leído el libro de Henry James - Washington Square. Más grande de lo que había imaginado leyendo el libro, aunque supongo que hubo más casas del estilo de las de la foto - y de las del libro - que ya no están. La plaza está en obras, pero una parte del parque aún está accesible así que entre una gente de lo más dispar, comimos una deliciosa pizza con un complemento para picar del que ya hablaré en la entrada sobre la comida.

Con los pies un poco recuperados seguimos andando por Greenwich Village (oh, me encantó el ambientillo de las calles). Ese día pudimos comprobar con nuestros propios ojos y nuestros propios pies que el paisaje de Manhattan es lo más variopinto que hay. Los ingleses dicen que si no te gusta el tiempo que hace sólo tienes que esperar cinco minutos a que cambie. Estoy segura de que los neoyorquinos deben de decir que si no te gusta una zona, sólo tienes que andar un poco en cualquier dirección para que cambie.

5 comentarios:

  1. Vaya caminata!! y qué interesante todo lo que vuestros ojos vieron. Me gusta la última foto, y me habría encantado pasear por Washington Square. También el puente...precioso!!

    ResponderEliminar
  2. Como os gusta callejear! La verdad es que es una ciudad preciosa y poder disfrutarla así es genial. No creas que no me he ido leyendo tus crónicas pero no había tiempo para dejar mensajes :(

    ResponderEliminar
  3. María: Lo malo de Washington Square era que estaba en obras así que, por ejemplo, el famoso arco, se veía sí, pero detrás de una verja. Pero estuvo bien, sí.

    LittleEmily: Es que yendo en metro/autobús ganarás tiempo, pero te pierdes también mucho.

    Gracias por leer :)

    ResponderEliminar
  4. El puente es bastante imponente. ¿No os hicistéis ninguna foto a lo Woody Allen y Diane Keaton en la peli Manhattan?
    A mi también me gusta la foto de Washington Square, tiene más encanto que los fríos rascacielos.

    ResponderEliminar
  5. No, la foto de Manhattan es como en un lateral, en tierra, y no pasamos (que yo sepa). Otra vez será :)

    Los rascacielos no son tan fríos. En serio, los hay espectaculares, tanto en moderno como en más clásicos, con adornos en las fachadas que dejan boquiabierto.

    ResponderEliminar