Major Pettigrew's Last Stand, de Helen Simonson fue un regalo de Reyes madrileño que justamente yo había tenido entre manos en la librería Pasajes la tarde anterior. Ahora no me queda muy claro por qué esa tarde lo devolví a la estantería (prefiero pensar en una especie de premonición de que el libro me esperaba al día siguiente) pero sí sé que el motivo por el que lo cogí en primer lugar fue la estupenda portada que no me he cansado de mirar mientras lo leía. Además, a modo de pequeño regalo, cada capítulo empieza con un dibujito de los que pululan en la portada alrededor de las dos tazas.
Y el libro resulta tan delicioso como apuntan la portada y el té que sugiere. Es un libro tan inglés, tan inglés que algunas críticas inglesas se han metido un poco con él (pero sin hacer crítica destructiva) por encontrarlo poco realista en el sentido de que o bien algunos aspectos de esa Inglaterra ya no existen o bien nunca existieron siquiera. Pero eso da un poco igual, porque es como protestar y decir que el contexto de los cuentos de hadas nunca fue exactamente así. El contexto es de sobra reconocible precisamente por lo típico y/o tópico que es. Edgecombe St Mary es un pueblecito ficticio (creo) de Sussex situado justo al borde de los acantilados donde, mínimamente modernizado, se respira un ambiente no muy diferente al de Cranford, las novelas de Barbara Pym o las cartas de Henrietta. Ahí vive el mayor Pettigrew del título, también totalmente inglés él con pasado colonial en India y todo. Jubilado ya, viudo desde hace años, con un hijo arribista en la City londinense y un club de campo donde jugar al golf y, una vez al año, dejarse manipular por las cotorras del pueblo para organizar entre todos el desastroso baile anual de disfraces.
Y entre todo esto tan típico: la tienda de comestibles los pakistaníes (que en realidad son nacidos en suelo inglés). De un tiempo a esta parte, también típica en cualquier ciudad/pueblo inglés pero impensable para todos los ambientes típicos anteriores que he mencionado antes.
El libro comienza cuando el mayor Pettigrew, al enterarse por teléfono de la muerte de su hermano, se queda en estado de shock. En mitad de todo esto llega la dueña de la tienda pakistaní, la señora Ali, a entregarle el periódico del día y, a la vista del estado en que le encuentra y aunque antes sólo se conocían como vendedora-cliente, le ayuda a reponerse ofreciéndose, por supuesto, a prepararle una buena taza de té.
Lo que ellos no saben entonces, aunque poco a poco lo irán descubriendo, es que, como en todo cuento de hadas que se precie, las apariencias engañan y ellos que, por su pasado, su familia y su situación se creen tan diferentes, en realidad tienen muchísimo en común. Entre otras cosas, y esto siempre hace que los libros sean aun más deliciosos de lo que ya lo son, su pasión por los libros y la lectura.
Major Pettigrew's Last Stand es, ya digo, un libro delicioso, con un toque fino de sentido del humor, que sobre todo trata de las segundas oportunidades en todo y para todos. A lo largo del libro el mayor Pettigrew y la señora Ali se irán conociendo y evitando lo mejor que pueden las barreras que les ponen los otros y ellos mismos.
Si le tengo que poner alguna pega es que el final no sé si no termina de convencer o de estar a la altura, no lo tengo claro. Pero hay libros que son muy difíciles de resolver. Aun así, merece muchísimo la pena y espero que lo traduzcan.
martes, 22 de febrero de 2011
Major Pettigrew's Last Stand, de Helen Simonson
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seguro que fue una premonición lo de devolverlo a la estantería!! Y menuda ilusión debió hacerte recibirlo como regalo.
ResponderEliminarYo a esperar que lo traduzcan, como siempre.
Suena ideal para una película. A ver si se deciden a hacerla.
ResponderEliminarSi el trasfondo es la pasión de ambos por los libros me gustará fijo. El problema como de costumbre es: está en cristiano???jeje
ResponderEliminarYo lo leí las pasadas Navidades - y sin disfrutar de portada, compré el ebook - y me pareció que se iba desinflando a medida que avanzaba. No me pareció que fuera para tanto, me esperaba más después de todas las críticas elogiosas que tenía.
ResponderEliminarOops, no había leído tu caluroso recibimiento, ¿tanto tiempo llevaba sin decir nada? Aunque esté calladita - dice mi madre que así estoy más guapa :-)- te leo con constancia, tienes un puesto de honor entre los - pocos - blogs en español que no me pierdo.
ResponderEliminarLa cubierta, desde luego, preciosa. Y la historia suena perfecta para leer una tarde en el sofá con una taza de té.
ResponderEliminarpreciosa! un saludo
ResponderEliminarLo apunto a mi wishlist, que adivino se va a hacer interminable. La combinación de lo británico con los libros más el componente de lo inesperado lo hacen muy atractivo. Además, la portada me encanta y la frase introductoria es muy halagüeña.
ResponderEliminarPues tiene una pinta chulisima, espero que al final coman perdices juntos.
ResponderEliminarY a esperar que lo traduzcan.
Trata un tema interesante y por lo que explicas de manera deliciosa. A ver si tenemos suerte y lo traducen. Me encanta esa portada y lo de que es poco realista, qué más da? A menudo necesitamos un punto de mágia o irrealidad. O acaso no leemos novelas para escapar de nuestra realidad y vivir otras vidas?
ResponderEliminarMagníficas las fotos de los scones con moras y chocolate! Tomo nota para más adelante porque ya le cogí el truquillo a las magdalenas y los muffins. Los de mascarpone y fresas del fin de semana quedaron buenísimos!
Un beso.
Mar: efectivamente, me hizo mucha ilusión, sobre todo al desenvolverlo y ver la portada :D
ResponderEliminarElvira: ¡eso es lo que yo pensaba todo el tiempo mientras lo leía! A ver si se animan y la hacen bien :)
Pucho: bueno, el trasfondo no son los libros; los libros son un tema más. Y no, como decía arriba, que yo sepa no está traducido, pero espero que lo traduzcan.
Miss Froy: yo también noté un poco que se desinflaba (de hecho luego no me sorprendió leer al final que ella lo que tenía escrito en un principio era sólo el primer capítulo), sobre todo al final. Pero bueno, me gustó mucho en general, supongo que en parte porque hasta que no lo tuve en las manos aquella tarde no había ni oído hablar de él así que no tenía expectativas de ningún tipo.
Sí, hacía tiempo que no sabía nada de ti. Pero vamos, que no era una indirecta ni nada. ¡Gracias por lo del "puesto de honor"! :D
Elena: sí, es de ese tipo de libro exactamente :)
Alicia: ah, sé bien de lo que hablas con eso de la wishlist que crece descontroladamente :D
Ángeles: espero que lo traduzcan y puedas averiguar por ti misma lo de las perdices ;)
Guacimara: toda la razón con lo de los libros que dices.
Y anímate con los scones, que son facilísimos. ¿Pondrás fotos de las madalenas de fresa y mascarpone?