Creo que ya he dicho alguna vez que me enganché a Margaret Forster allá por el año 1999 ó 2000. La revelación, echando la vista atrás, estuvo muy cerca en el tiempo de Jane Eyre (que abrió las puertas a todo lo Brontë). Curiosamente para mí que siempre reniego de las lecturas obligadas, ambos descubrimientos se debieron a una clase de literatura en la universidad. Qué diferencia cuando la profesora es buena y cuando te deja que elijas el libro a tu aire, siempre que esté dentro de un periodo de tiempo concreto. Jane Eyre fue mi elección para los clásicos (o quizá el periodo de tiempo era más concreto, no recuerdo ya) y la elección fue tan simple como que me había interesado lo hablado en clase sobre ella y, más que nada, creo yo, que estaba en inglés en las estanterías de casa (en esa edición de la que ya hablé). Otra de las lecturas debía ser de literatura contemporánea inglesa, un campo amplísimo y apenas tratado en clase. Así que allá que me fui a Pasajes y, por azar, totalmente por azar, me encontré con The Memory Box entre manos. Ya he dicho en más de una ocasión que me pueden las sagas familiares, las historias de secretos familiares y este, según el resumen, era una perita en dulce de ese tipo (y lo fue, lo fue). El resto es historia: me gustó tanto que fiché a Margaret Forster como escritora y desde entonces hasta ahora me afano en completar su bibliografía (es una autora muy prolífica) e irla leyendo poco a poco. Curiosamente, cuando entregué el trabajo sobre The Memory Box, la profesora me preguntó cómo había llegado hasta él porque Margaret Forster era una de sus autoras preferidas y no sabía que tuviera libro nuevo.
Y así llegamos hasta Over, comprado en el verano de 2007 en el ya difunto Borders de Charing Cross en Londres.
Margaret Forster es de esas autoras que 1) pueden escribir de lo que les apetezca, porque escriben tan, tan bien que sus historias enganchan incluso cuando el tema no te atraía inicialmente y 2) que no se encasillan ni se quedan ancladas en el tiempo, embalsamadas en una especie de botox literario, sino que van escribiendo de lo que les resulta interesante en la vida: de jovencita en los años sesenta escribía novelas como Georgy Girl y ahora escribe novelas como Isa & May que, sin haberla leído aún, sé que va sobre las abuelas.
La historia de Over era de esas que, en principio, no me terminan de llamar demasiado la atención, aunque este recelo con Margaret Forster siempre es mucho menor que con otros: una familia que, cada uno a su manera, intenta recuperarse de la muerte de su hija/hermana con 18 años en un accidente marítimo, todo visto desde los ojos de la madre, que va plasmando, de forma aleatoria (pero magistral puesto que quien dirige ese supuesto azar es Margert Forster), por escrito sus pensamientos acerca de su vida, antes de la muerte de la hija, al enterarse de la muerte, después y en la actualidad y así ejerce de filtro también de las reacciones de sus hijos y de su marido y se va convirtiendo poco a poco en el mítico narrador del que no sabemos si podemos fiarnos siempre, sobre todo hacia el final.
O quizá sí fiarnos, pero dejando de estar tan en sintonía, o fiarnos y alabar sus decisiones, quién sabe, si por algo se caracteriza Margaret Forster es por contar las cosas y dejarlas en manos del espectador, hacerlas reales como la vida misma, donde no siempre todo está claramente bien ni claramente mal y donde se puede entender y comprender a todas las partes. Ya dije una vez, creo, que las historias que cuenta Margaret Forster son como conversaciones de esas que se escuchan por casualidad y a veces sin querer (al menos al principio) en el transporte público. Infinitamente mejor contadas, sí, pero igual de cotidianas y de las que siempre te dejan la sensación esa de que, al bajarte tú o quien contaba la historia, se queda el final, no exactamente abierto en el sentido de que la historia acabe de forma abrupta, sino abierto en el sentido de que la historia, o el trozo de ella que venía a cuento, ya está contada y/o encauzada pero no sabes lo que va a pasar a partir de ahora.
Como siempre con Margaret Forster me tengo que conformar pensando que es una delicatessen porque ni aquí (donde ya dije que sólo tiene un único libro traducido, el único libro suyo con el que no he podido) ni en Inglaterra (aunque obviamente sí más que aquí) es una escritora de masas que provoca grandes campañas de publicidad cuando saca libro nuevo. A veces es mejor así, a veces me gustaría que se apreciara más su magnífico trabajo.
De Margaret Forster he hablado aquí y allá en el blog, pero en particular:
- Georgy Girl, con una foto de mi colección de libros suyos en el momento (ahora ya tengo algunos más, he ido rellenando huecos).
- Is There Anything You Want?
- Keeping the World Away.
- Su estudio.
Pues qué pena....asi no hay quien se introduzca en nuevos campos, me has despertado mucho la curiosidad, pero claro.....
ResponderEliminarGracias a tus recomendaciones, estoy leyendo actualmente "Is There Anything You Want?", que me está gustando mucho. Creo que yo también voy a fichar a la Forster.
ResponderEliminarHas conseguido interesarme de verdad. Pero hasta que no recupere la capacidad de leer sin "foggy mind", me temo que no voy a comprar ningún libro nuevo.
ResponderEliminarEspero poder leerlo algún día en inglés. Pero quizá empezaría por otros que ya has comentado. El que está traducido, prefiero no leerlo aún. No vaya a ser que me quite las ganas de más Margaret Foster.
ResponderEliminarQué buenas esas clases en las que te dan a elegir entre una lista de libros el que más te apetece leer. Yo no tuve literatura en la Universidad, pero sí otras asignaturas en las que había que leer mucho!!
Como siempre, despiertas el apetito literario. Que pena que no este editado en castellano, en fin, cualquier dia igual lo hacen, me ha encantado lo de las historias que se pueden escuchar a veces en el autobus, si¡¡ yo pongo la antena y te quedas con las ganas de saber mas, solo a veces eh, jajaja.
ResponderEliminarCon todo lo que nos cuentas de Margaret Forster, me entran muchas ganas de leer alguno de sus libros. ¿Cuál me recomendarías para empezar?
ResponderEliminarNunca he sido capaz de acabar los libros que nos mandaban leer en clase obligatoriamente. A no ser que me interesara de verdad: el único que acabé fue Entre visillos. De la carrera ninguno...
Cristina te deje un email, espero que me respondas.Cariños, Claudia M. ( de Chile)
ResponderEliminarSupongo que ya lo conoces, pero por si acaso...
ResponderEliminarhttp://www.theinterviewonline.co.uk/library/books/margaret-forster-interview.aspx
Dina: ya, es una pena :(
ResponderEliminarElena: ¿de verdad? Qué ilusión, espero de verdad que te guste de principio a fin. A mí ese me gustó mucho y, si te gusta, es un Forster típico (en cuanqto a tipo, no tema), así que podrías seguir con más suyos. Pero mejor que no me adelante...
Elvira: siento lo de tu foggy mind :( Pero bueno, digo yo que ya habrá tiempo para leer con normalidad.
María: sí, a ver si algún día puedes animarte con Margaret Forster, pero no con el traducido, aunque por ahí en inglés tiene muy buenas críticas, pero ya digo que yo no pude con él y encuentro otros suyos infinitamente mejores. Lo mejor de esas clases que comentaba es que ni tan siquiera había lista de lecturas, eran totalmente libres, sólo guiadas por el periodo de tiempo :)
Ángeles: ¿quién puede evitar sacar la antena ante ciertas historias que se oyen por ahí? Eso sí, de la misma forma, hay veces en que la gente es tan plasta/gritona que dan ganas de arrancarse la antena de cuajo ;)
LittleEmily: ¡qué pregunta tan difícil! Me cuesta mucho elegir o saber recomendar por qué libro comenzar con Margaret Forster. Pero, quizá, conociendo tu afición por la Historia y demás, el que mejor te va es Diary of an Ordinary Woman, que es una maravilla de libro y, pese a ser ficticio, real como la vida misma.
Claudia: te acabo de responder :)
Claudio: síp, de hecho creo que la enlacé por ahí en alguna de mis entradas con Margaret Forster. Pero me me da igual, la he abierto y la he dejado de fondo, no me canso de esa mujer, así que gracias de todos modos :)
Es un síntoma crónico de la enfermedad que tengo, pero hay épocas mejores y peores. Echo de menos poder leer a gusto, desde luego.
ResponderEliminarBueno, pues entonces a ver si la época mejor llega pronto. Sobre todo porque da mucha rabia querer hacer algo y no poder.
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